En Pretoria hay un ave que debe ser la angustia:
Gime si va a cantar, solloza cuando vuela;
Es un pájaro sepia, arruinado en las plumas,
Solitario en el árbol donde las flores fueron.
He preguntado el nombre de esta luz y esta sombra,
Y ningún transeúnte me sabe responder.
Aquel dice fantasma, este ha dicho la Historia,
Otro melancolía, y el más anciano piensa
Que por sufrir no vuela y que muere de rabia.
En Pretoria hay mil aves (cantoras, democráticas),
Y un negro mira a un blanco como si fuera un negro;
Mas en la jacaranda que poblaron mis ojos,
Yo vi un pájaro sepia que imaginé la angustia.