
Yo participé, en aquel entonces (enero de 1919), en una reunión del KPD*, durante la cual hablaron Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg. Me llevé la impresión de que los dos eran los líderes espirituales de la revolución, y me decidí a hacer que los mataran.
Por órdenes mías fueron capturados.
Alguien tenía que tomar la determinación de ir más allá de la perspectiva jurídica…
No me fue fácil tomar la determinación para que los dos desaparecieran…
Defiendo todavía la idea de que esta decisión también es totalmente justificable desde el punto de vista teológico-moral.
Capitán Waldemar Pabst, 1962

*Kommunistische Partei Deutschlands.