El ciervo siente que lo rodean sospechas.
Mira en su entorno y sabe
que quien lo observa no puede ser su padre.
El ciervo quiere escapar del acoso
y termina escondido en su propia mirada.
Ahora es noche
y es caricia que recibió en su infancia.
Sólo él y su padre en una noche fría.
(La gente ignora que un ciervo
no se resigna al llanto.)
Mientras escucha el agua
y un cazador lo busca,
levanta el vuelo y es curva tierna
en el aire más cálido.
El ciervo siente que lo rodean sospechas
mientras la gente cree que ha salido a volar.
OMAR GONZÁLEZ
Bello Poema. Decantada poesía. Me asombra y sobrecoge, con un abrazo.
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GRACIAS, QUERIDA ISABEL; ERES MUY GENEROSA CONMIGO. NUNCA RECIBÍ TU SELECCIÓN DE POEMAS PARA PUBLICARLOS EN ESTE BLOG. MÁNDAME HASTA CINCO, EN DEPENDENCIA DE LA EXTENSIÓN. ME IMPRESIONA MUY GRATAMENTE TU POESÍA, QUE ES COMO TÚ: CÁLIDA, INTENSA, ELABORADA Y FIRME. ABRAZO GRANDE, HERMANITA, PARA TI Y MIS SOBRRINOS.
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