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EL HOLLYWOOD DE HITLER. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

En el documental queda claro un concepto afín a Goebbel: las masas no van al cine para ser aleccionadas, sino para evadir una realidad, de ahí lo imperioso de crear para ellas nirvanas artificiales. Ni siquiera disfrazaban esa intención
hitler y goebels aprueban una película
Hitler revisando un filme, fotograma del documental. Foto: Tomada de Internet

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

Si bien la cinematografía nazi plasmó a bombo y platillos su ideología, y para ello no escatimó recursos, se ocupó igualmente de producir historias de corte «escapista» –comedias, musicales, melodramas, policíacos–, dirigidas a distraer la atención de un público atrapado en un tiempo convulso.

Llevada a términos numéricos pudiera decirse que aquella dualidad en la producción fue de 50/50, según se afirma en el documental El Hollywood de Hitler (2017), que forma parte de una trilogía del ensayista Rüdiger Suchsland, encaminada a examinar el cine del Tercer Reich, cerca de mil filmes realizados entre los años 1933-1945 bajo lo que pretendió ser una «fábrica de sueños» al mejor estilo de la Alemania nazi.

El director Suchsland emprende un análisis metódico –social, político y estético–, marcado por la objetividad y la contención, sin diatribas contra filmes que lo hubieran merecido por sus enfoques racistas y xenófobos, un cine que gustaba proclamar que duraría mil años, y elaboró un imaginario ideológico cuajado de estereotipos en contra de valores ancestrales de la humanidad.

La exhibición de parte de esa obra, que tuvo en Hitler su estrella máxima, ha estado prohibida en Alemania y se necesitan permisos para proyectarse como material de estudio, por lo tanto, permanece inédita para las nuevas generaciones, ávidas de saber qué fue en realidad aquel engranaje cinematográfico signado por una política demencial.

El documental de Suchsland permite acercarse  a los días en que el cine nazi puso el mayor empeño en la calidad técnica de sus producciones, tratando de crear un «arte propio» y de competir con Hollywood, al que no tuvo reparos en adaptar, acorde a una escala de valores que ya desde los años 30 venía siendo trazada por los ideólogos del nazismo (de esa manera, el artificioso «american way of life», destilado por los filmes estadounidenses, fue encontrando su equivalente germano en filmes amelcochados que glorificaban el patrioterismo nazi y entonaban loas a los tiempos por venir tras el triunfo del nazismo).

Aunque se sabe que Hitler gustaba del cine, en especial de la obra de Disney, la responsabilidad de impulsar la industria recayó en Goebbels, con una cultura fomentada en universidades de Bonn y Berlín. Nombrado desde el mismo 1933 ministro de Propaganda e Información, una de sus principales tareas fue servirse de escuelas y medios de comunicación para convertir a Hitler en un dios destinado a dominar el mundo. Y nada mejor para ello que el cine.

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Rüdiger Suchsland, director y guionista del documental. Foto: Tomada de Internet

Goebbel trató de que le filmaran un Potemkim nazi, y también prohibió a última hora que una versión alemana de Titanic llegara a las pantallas en 1943, año en que la batalla de Stalingrado le dio un vuelco a la guerra. El filme podía interpretarse como una metáfora del hundimiento alemán y  de la noche a la mañana su director Helbert Sepin, que había dejado media piel en el rodaje,  le resultó sospechoso a la Gestapo y sin juicio ni alegatos terminó en la horca. Seguir leyendo EL HOLLYWOOD DE HITLER. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

CHERNÓBIL. JULIO MARTÍNEZ MOLINA


CHERNÓBIL 1

JULIO MARTÍNEZ MOLINA

julio-martinez-molinaDurante el siglo XX tres hechos trágicos fundamentales vinculados al factor nuclear estremecieron al planeta. De los dos primeros, el responsable directo fue el gobierno de los Estados Unidos, cuyo presidente, Harry S. Truman, ordenó lanzar los bombardeos atómicos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente.

Más de 120 mil personas muertas -de una población de 450 mil-, además de otras 70 mil heridas y la destrucción instantánea de la ciudad casi en su totalidad provocó la bomba en Hiroshima. En Nagasaki asesinó a  50 mil inocentes -de una población de 195 mil habitantes- y causó más de 30 mil heridos. A dichas víctimas precisa sumarse las derivadas, a lo largo de años y décadas posteriores, de los efectos de la radiación nuclear.

El bombardeo atómico contra civiles en ambas urbes niponas constituye el genocidio más atroz, bárbaro e injustificado de la historia de la humanidad. Estados Unidos guarda la deshonra indeleble de ser el único país del mundo en haber empleado el poder nuclear contra una población civil.

El tercer hecho aludido en el primer párrafo, sin parangón con los dos anteriores en razón del carácter alevoso y taimado de aquellos, es el accidente en el reactor RBMK # 4 de la planta de Chernóbil, Ucrania, el 26 de abril de 1986, originado por el error humano; no por razones intencionales. Dos motivos básicos concatenados viabilizaron la explosión: el primero, de relieve mayúsculo, tanto la desidia y falta de profesionalidad de la dirección al mando de los controles aquella fatídica madrugada, como de los directivos centrales de la propia planta; y el segundo, la inobservancia en el diseño de ese tipo de reactores de todos los requisitos establecidos para instalaciones similares a lo largo del resto del mundo, fundamentalmente la carencia de un edificio de contención.

De acuerdo con los datos oficiales conclusivos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas, hubo 31 muertes directas por el accidente, a las que se sumaron otras 4 mil como consecuencia del suceso. Decenas de miles de personas sufrieron efectos, a distinto grado. Entre 1990 y 2011, Cuba atendió a 26 mil 114 víctimas (el 84 por ciento de estas niños ucranianos, bielorrusos y rusos), en diferentes áreas médicas. De 1998 a 2011 una brigada de doctores cubanos atendió aproximadamente a seis mil personas, cada año, en la ciudad de Evpatoria, Crimea. Dicho programa de asistencia médica integral masiva y gratuita, respuesta solidaria de nuestro país a solicitudes de organizaciones sociales de la Unión Soviética, fue silenciado por los grandes consorcios mediáticos corporativos encargados de escribir la historia que le conviene a los ejes de poder.

Es algo que también suelen hacer los emporios audiovisuales, los cuales hallan su camino todavía más abierto cuando en los propios países donde se suscitan los hechos no se toman las iniciativas para emprender la realización de materiales que reflejen sus circunstancias de la forma objetiva. Así, se comprende mejor el surgimiento de una miniserie como Chernóbil (Chernobyl, 2019), coproducción entre la cadena norteamericana HBO y la británica Sky, propiedad del ultrarreaccionario magnate australiano de las comunicaciones Rupert Murdoch.

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A resultas, sobre la serie basada en el libro Voces de Chernóbil, escrito por la periodista y escritora bielorrusa Svetlana Alexievich, Premio Nobel de Literatura conocida por su postura adversa a la Unión Soviética y su lapidario axioma “el comunismo es el opio de los intelectuales”, gravitan dos signos contradictorios: la calidad técnica y narrativa marca de fábrica del sello estadounidense y la decisión irrenunciable -del primero al quinto episodios, pero sobre todo en los dos últimos- de introducir una tesis política y contribuir a la satanización de todo cuanto se relacione con el universo socio-político-económico soviético, contextualizado ello dentro de la actual y muy poderosa tendencia del audiovisual occidental hacia la demonización rusa. No sería fútil recordar aquí que, desde el imaginario forjado por los materiales de las casas productoras de Occidente situadas en la misma línea de pensamiento instaurada por los poderes hegemónicos, Rusia representa la continuación directa de la Unión Soviética; no importan las sustanciales diferencias entre ambos modelos.

De tal, los notables valores de producción de Chernóbil tienden a languidecer ante su imperiosa necesidad de mensaje, expresada en un irrefrenable ataque a la URSS en todos los costados (dirigencia, ética -ese dirigente partidista del episodio 2 que humilla y se burla de la científica, en cuyo pleno rostro apura un trago por “los obreros del mundo”; ese villano de manual, puro cartón, al frente de la KGB; esos burócratas y redomados mentirosos del Kremlin-, explotación de estereotipos -zafiedad y alcoholismo de los rusos-, honestidad política -la matriz fundamental injertada por la serie es que la Unión Soviética vivió en su totalidad a base de mentiras, algo muy curioso proveniente de un material facturado en los Estados Unidos, imperio consolidado a base del sofisma y cuyo equipo directivo actual es el culmen de la falsía-; estructuras de poder…), lo cual le quita hierro a la pieza, al demeritarla por su proclividad a la inducción.

Resulta pueril que en una obra que en diferentes apartados exude redondez artística, en el capítulo 4 ubique a la KGB en posición de decidir el mismísimo camino nuclear de la Unión Soviética; si bien esto no resulte nada gratuito, en tanto ha sido resorte esencial de la propaganda occidental anti socialista la impugnación de los aparatos de seguridad e inteligencia de los países de Europa del Este y su calificación como sistemas diabólicos, sanguinarios y hasta supraestatales, aunque en realidad ninguno se comparó ni de lejos con otros como los norteamericanos e israelí, por citar dos ejemplos. Seguir leyendo CHERNÓBIL. JULIO MARTÍNEZ MOLINA

SODERBERGH PISA FIRME, TAMBIÉN, EN TELEVISIÓN. JULIO MARTÍNEZ MOLINA

SODERBERGH 2

JULIO MARTÍNEZ MOLINA / LA VIÑA DE LOS LUMIERE

JULIO MÁRTÍNEZ MOLINAHastiado quien escribe de la mayor parte de las innumerables series de abogados, policías y médicos -las cuales en la práctica circunvalan sobre un mismo ritornello argumental y similares esquemas compositivos-, le impresionó sobremanera una perteneciente a la última parcela temática, convertida en abono nuevo para fertilizar un subgénero serial fagocitado hasta la náusea.

Se trata de The Knick, de Steven Soderbergh, en transmisión por el Canal Educativo, de la Televisión Cubana. Una obra rigurosa, de personal puesta en pantalla, alejada de convencionalismos y de la hojarasca acompañante de tanto exponente genérico, dueña de un estilo visual propio debido en notable medida a la cámara del propio director de la serie, irrigada por la riquísima apoyatura musical de Cliff Martínez (habitual de Soderbergh, quien aquí hace del soundtrack un elemento cuasi protagónico del relato) y blanco de una reconstrucción de época de antología gracias a un diseño de producción de veras impecable.

Un material que combina, por consecuencia, logros formales y narrativos, con sinergia y resultados artísticos escasamente vistos en la televisión contemporánea.

No en balde, detrás de esta creación televisiva se encuentra el realizador norteamericano Steven Soderberg, a quien el cine -al margen de su cuota de películas descartables, pues también las tiene-, le debe estimables películas desde que debutara en el Festival de Cannes en 1989 por conducto de Sexo, mentiras y videos, con sobresaliente para su díptico sobre el Che (Guerrilla y El Argentino) y destaque para la hoy casi olvidada Out of Sight  y The Limey, entre otras.

Pero el director de Behind the Candelabra ya también posee una historia en el universo serial, tras su adaptación (estupenda) a la pequeña pantalla de su fallida aventura fílmica The Girlfriend Experiencie y la recién finalizada e irregular Mosaic, la cual he acabado de digerir mucho más por oficio que por deseo.

The Knick, la primera serie dirigida por Soderbergh, no es un drama médico televisivo más al uso. Antes bien se erige en relato antropológico de las condiciones de subsistencia social de una época (el Nueva York de inicios del siglo XX de barrios nauseabundos y minorías en la opulencia) y hunde el escalpelo en escenarios poco abordados por las narraciones seriadas norteamericanas, con agudeza y fabulosa percepción de registro.

La crudeza derivada de la objetividad de las situaciones recreadas, y no la crudeza gratuita dimanada de la necesidad de buscar rating y alargar temporadas, es apreciable desde esa operación quirúrgica en primer plano que el espectador observa en los primeros minutos del mismo primer capítulo, explícita hasta en los mínimos detalles, con un naturalismo hiperrealista que indicará el camino moral de la serie.  Seguir leyendo SODERBERGH PISA FIRME, TAMBIÉN, EN TELEVISIÓN. JULIO MARTÍNEZ MOLINA

«COCO», EL NEOCOLONIALISMO DISNEY. ANDY ROBINSON

Pixar ha logrado que llorar como se lloró en las proyecciones de Bambi sea elogiado por los que antes denunciaban el imperialismo cultural
ANDY ROBINSON* / CTXT

<p>Fotograma de la película de Disney 'Coco'.</p>

Fotograma de la película de Disney ‘Coco’.

Este momento de tensión  entre EE.UU y México es muy desconcertante para USA Inc. Porque para las grandes corporaciones estadounidenses (y otra multinacionales), México tiene un valor incalculable a la hora de diseñar sus campañas de marketing. Y, por supuesto, a la hora de diseñar sus producciones cinematográficas. México es «auténtico» y tiene alma. Para un buen creativo corporativo con MBA, especializado en la extracción de valor intangible, quedan enormes yacimientos de cultura popular en México que, increíblemente, aún no han sido convertidos en mercancía.

Es más, en México, con su historia tan cruel, su cultura todavía no mercantilizada se ve estrechamente identificado con la última barrera de protección, la familia, otro elemento de valor inestimable para los creativos del marketing e imagineering precisamente porque se percibe como un santuario del mercado, lo último que se vendería y que se corrompería. México tiene todo lo que le faltaba a McDonalds cuanto intentó sin éxito hacer aquella campaña de  “Say it with love”. Para decirlo con amor y alma, hace falta algo mucho  más potente que un Big Mac regalado al cliente para que llame a su madre o novia y que le diga ante el público: «Te quiero». Hace falta algo menos obviamente transaccional para así esconder la fría cotización bursátil que motiva cada decisión corporativa necesaria para su expansión imparable e insaciable. Y ¿qué mejor para penetrar hasta la zona más protegida de la cultura que hacer una ofrenda del Día de los Muertos?

La semana del 2 de noviembre podían verse ofrendas en cada uno de los centros comerciales de la Ciudad de México: calaveras de azúcar o chocolate, tamales de maíz, papel picado de colores chillones, panes de muerto, flores anaranjadas cempasúchil ya fotos del difunto, quizá, el fundador de la franquicia. México primero regaló a Frida Kahlo, una revolucionaria reconvertida en un logotipo de moda global. Más tarde, la calavera, un icono de moda auténticamente étnica. ¿Qué mejor que un esqueleto para combatir las acusaciones de superficialidad y narcisismo que suelen hacerse a la moda?  Seguir leyendo «COCO», EL NEOCOLONIALISMO DISNEY. ANDY ROBINSON

A PROPÓSITO DE BENJAMIN Y BRECHT. HISTORIA DE UNA AMISTAD, DE ERDMUT WIZISLA. ARIANE DÍAZ

ARIANE DÍAZ / EL REPERTORIO

La relación personal e intelectual de (Walter) Benjamin con (Bertolt) Brecht ha sido motivo de tensiones entre sus allegados durante su vida y motivo de disputa entre sus estudiosos. Las controversias han tenido consecuencias en la edición del legado de Benjamin: Arendt y otros editores han señalado modificaciones y omisiones en la edición de su obra, entre ellas, la demora en la publicación de sus escritos dedicados a Brecht.

Wizisla1 dedica este libro a analizar esta “compleja” relación, la cual en líneas generales considera productiva, contestando así a las difundidas opiniones negativas al respecto. Se trata de un estudio erudito y ampliamente documentado, con el que el autor trata de reinterpretar, o subsanar y ampliar las lecturas hechas hasta el momento. Director de los archivos “Bertolt Brecht” y “Walter Benjamin” en Berlín, Wizisla sabe aprovechar este acceso a sus escritos para contrastar los textos más conocidos de estos autores con cartas personales, entradas de diarios y consultas hechas a sus allegados. Sin embargo, nos dirá, el interés no es sólo filológico (aunque es quizá lo más destacado en su libro), sino también “lo político, lo humano, y cada vez más también lo literario y lo referido a la política artística” [p. 332]. Veamos algunos de estos nudos.

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Walter Benjamin

Los vaivenes de esta amistad, construida en uno de los momentos más acuciantes del siglo XX (los ‘30, años de ascenso del fascismo y consolidación del stalinismo), acompañan y señalan muchos de los problemas que marcaron al conjunto de esa generación intelectual europea, y que les dieron proyección en lecturas posteriores. Tanto Scholem, estudioso del judaísmo, como Adorno, representante del “marxismo occidental”, quienes también compartieron una relación personal e intelectual con Benjamin, consideraron que la influencia de Brecht sobre éste lo alejaban de sus fortalezas intelectuales: “Así como Scholem hacía responsable a Brecht por el materialismo en general de Benjamin, Adorno imputaba a la influencia de Brecht la aplicación tosca, desde su punto de vista defectuosa, de esos principios metodológicos” [p.34]. Nos centraremos en esta última lectura adorniana por ser la más difundida en el contexto de las discusiones sobre la tradición del marxismo occidental y de la Escuela de Frankfurt en particular, con la que por lo general se afilia a Benjamin.

los diez bertolt brecht testificando, 30.10.1947
Bertolt Brecht durante el proceso conocido como Los Diez de Hollywood

Señalemos en primer lugar las preocupaciones comunes que muestran una particular configuración de intereses que englobaron a esta generación de “marxistas occidentales” y al propio Brecht, que en el libro de Wizisla encontramos sobre todo alrededor del proyecto de revista Krise und Kritik [Crisis y crítica], impulsada durante 1930/31 por Brecht y Benjamin aunque finalmente no concretada. El proyecto apuntaba a intervenir en la lucha ideológica con “la inteligentsia burguesa” (incluso en los temas donde ésta se consideraba como en casa), al decir de Benjamin “propagandizando” y “aplicando el materialismo dialéctico”, al análisis de la crisis teórica, artística y social que por esos años ellos caracterizaban [p.138]. Además del acuerdo sobre la necesidad de la intervención política desde el terreno de las ideas presupuesto en la edición de la revista misma, entre los problemas comunes discutidos por Brecht y Benjamin hacia ese proyecto estarían el papel de los intelectuales, los problemas de método de la crítica marxista y los posicionamientos frente a las nuevas técnicas artísticas de la época, sin duda todos ejes diferenciadores de las temáticas y posicionamientos del marxismo “oficial” soviético de la época, y centrales en las discusiones del “marxismo occidental” (muchas veces en forma de debates entre ellos).  Seguir leyendo A PROPÓSITO DE BENJAMIN Y BRECHT. HISTORIA DE UNA AMISTAD, DE ERDMUT WIZISLA. ARIANE DÍAZ

LA MORFOLOGÍA DEL CUENTO, DE VLADÍMIR PROPP

Vladimir Propp
Vladimir Propp

Vladímir Propp (1895-1970) fue un profesor ruso que hizo un profundo estudio de los cuentos populares de su país. Su libro más importante La morfología del cuento (Morphology of the Folk Tale) se publicó en Rusia en 1928. Dicho escrito fue muy poco conocido en occidente hasta que se tradujo al inglés en 1958. Voy a dedicar esta entrada del blog a hacer un pequeño resumen de las conclusiones a las que llegó Propp en sus trabajos. Me parece que es un tema que puede ser atrayente para las personas interesadas en el guión cinematográfico.

Tras estudiar decenas de cuentos maravillosos rusos, Propp se dio cuenta de que, prácticamente todos, tenían una estructura narrativa muy similar. Los personajes, por diferentes que fueran, solían desarrollar acciones muy parecidas en todas las historias. Propp definió “función” como la acción de un personaje, desde el punto de vista su significado en el desarrollo de la intriga. El profesor solo encontró 31 funciones. Puede que un cuento las tuviera todas o solo algunas, pero las funciones siempre aparecían en el mismo orden (seguramente por necesidades narrativas de la trama).

 Las funciones que Propp postuló no tienen una estructura idéntica al monomito de Joseph Campbell, pero guardan infinidad de similitudes (la entrada de este blog de septiembre de 2008 trata sobre Joseph Campbell y la influencia de su monomito en el cine del siglo XX). Sin embargo, la interpretación profunda que Propp da a los cuentos y mitos es muy diferente. Campbell ve en los relatos míticos metáforas universales del alma humana estructuradas de una forma muy cercana a como Carl Jung entendía los arquetipos inconscientes. Propp, si bien en un principio se mostró a favor de esta visión, posteriormente reconsideró su postura y afirmó que los cuentos son restos de antiguas ceremonias populares de paso de la infancia a la adolescencia. Concretamente, coincidirían con rituales en los que se practicaba la circuncisión y se preparaba a los muchachos para el matrimonio. ¿Cuál de los dos pensadores tenía razón? A la vista del tremendo éxito que suelen tener los relatos y guiones que siguen el esquema de Campbell, parece lógico pensar que Propp podría estar equivocado. Seguro que en algunos mitos se pueden encontrar restos de antiguas ceremonias, pero es muy dudoso que la mayoría de los espectadores vayamos al cine solo para enterarnos de los ritos de culturas remotas. Más bien, solemos estar interesados en temas que nos afectan de una forma más directa, vital y personal. Parece muy evidente que Star Wars, Matrix o El señor de los anillos hablan de mucho más que de antiguas ceremonias de circuncisión.

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LOS DIEZ PREMIOS DE LA CRITICA LITERARIA EN CUBA

JUVENTUD REBELDE

La cinta métrica

indexLa poesía como asunto de vida o muerte que se instala en la biografía de un poeta suicida, la poesía entendida como diario devenir de quebrantos, silencios, gritos, rabia, dolor, ausencia, mucho más allá de la escritura misma y en abierta discusión con sus exigencias… La poesía como santo y seña de la pesquisa que lleva adelante el narrador de una historia donde las diversas coordenadas de una existencia —la del poeta, léase lo posible de su nombre ubicuo, Ángel Escobar— deslindan luces y sombras de una palabra herida: he ahí el firme trazado narrativo de La cinta métrica, de Efraín Rodríguez Santana, novela que a partir de aquellas demarcaciones se convierte en un audaz thriller metafísico, donde también se asiste a una novela de formación apartando los visillos en la ventana del lector. El autor logra mantener un suspense de raro pero pertinaz equilibrio en esta historia de una voz desgarrada y doliente, un destino cumplido desde la condición de poeta piel adentro. (Eugenio Marrón)

Esperando por el sol

Destaca en este conjunto de relatos titulado Esperando por el sol, de Raúl Flores Iriarte (Ediciones Matanzas), el sinsentido de una realidad, el modo un tanto rocambolesco en que los acontecimientos van llevando a los personajes de una situación a la otra, en medio de un caos que ya no intentan comprender y a través del cual fluyen como imperturbables testigos de sus propias vidas. Entre los mayores aciertos del autor están precisamente esa mirada fría, desprejuiciada, y su habilidad para construir relatos desbordantes que sin embargo logran cerrar sobre sí mismos y atrapar un sentido, una imagen reveladora, cierto orden que prevalece a pesar de la arrolladora fuerza centrífuga del absurdo. (Daniel Díaz Mantilla) Seguir leyendo LOS DIEZ PREMIOS DE LA CRITICA LITERARIA EN CUBA

UNA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC, DE TENNESSEE WILLIAMS. INTRODUCCIÓN DE EDWARD ALBEE

Tennessee Williams
La edición original (1958) de Una gata sobre el tejado de zincUn análisis perfecto hecho por un loro*, ambas de Tennessee Williams, incluía la siguiente Introducción, escrita por el también dramaturgo norteamericano Edward Albee (Quién le teme a Virginia Woolf, 1962). Entre otros aspectos, nos interesa llamar la atención acerca de las revelaciones que Albee hace del proceso de escritura de Williams y en torno al papel del cineasta Elia Kazan --tristemente célebre en el Hollywood macartista de los años cincuenta--, en la evolución de una de las obras de teatro más renombradas que jamás se haya escrito, al igual que Un tranvía llamado deseo, también de Tennessee Williams, sin dudas la más conocida. 

Edward Albee

EDWARD ALBEE 

Introducción

Cuentan una anécdota muy divertida a propósito de George Bernard Shaw. Y espero que sea cierta. Pasados los noventa, cada vez que Shaw releía una de sus obras o la veía representada le costaba seguir el argumento. La complicación de los textos le preocupaba, continúa la anécdota, porque, en su opinión, delataban una complejidad excesiva —acaso demasiado hermetismo— que dificultaba su comprensión, así que no había mejor solución que simplificarlos: y más valía hacerlo tarde que nunca.

A Shaw no se le ocurrió pensar que el problema era él y no los textos, y sus editores tuvieron que arrebatárselos antes de que los redujera a un pienso bueno sólo para niños en su primera o segunda infancia.

Alguien ha escrito que un trabajo creativo nunca queda terminado, sólo se abandona, un comentario de lo más aleccionador, por mucho que no haya sido ésa su intención. Estudiantes y periodistas me preguntan con frecuencia si me gustaría volver sobre mis obras años después de haberlas terminado (o abandonado), es decir, si me gustaría revisarlas o remodelarlas.

Yo les respondo que no, afirmando que la persona que allá por 1959 escribió El sueño americano no es exactamente la misma persona de cuarenta años después, que los errores (si los hay) de esa obra revelan el entusiasmo de la juventud y que, aunque tras una revisión sobria de sus excesos (si los hay) den ganas de que se le trague a uno la tierra, esas dos personas, aunque se llevan bien, no mantienen un contacto útil.  Seguir leyendo UNA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC, DE TENNESSEE WILLIAMS. INTRODUCCIÓN DE EDWARD ALBEE

ESPAÑA: GUERRA CIVIL PARA JÓVENES: UN LIBRO RESPONDE A LA VERSIÓN DE PÉREZ-REVERTE

HACIENDO MEMORIA

 / EL ESPAÑOL

El filósofo Carlos Fernández Liria y la historiadora Silvia Casado Arenas publican una réplica exacta a la del novelista, más cruda y menos equidistante: «No miente, pero no es objetivo».

Los libros de Alfaguara y Akal, enfrentados por el relato de la Guerra Civil.

Los libros de Alfaguara y Akal, enfrentados por el relato de la Guerra Civil.

La Guerra Civil contada a los jóvenes ya tiene contestación: ¿Qué fue de la Guerra Civil? Nuestra historia explicada a los jóvenes. Un año y medio después de la aparición de la equidistante obra del novelista Arturo Pérez-Reverte, publicada por Alfaguara, aparece la contestación del filósofo Carlos Fernández Liria y la historiadora y profesora Silvia Casado Arenas, en Akal. Y las diferencias son abismales, a pesar de que la novedad es una réplica editorial al original.

Han planteado un interesante debate para caldear los escaparates de las librerías y el conocimiento de los lectores juveniles: mismo tamaño, similar estructura y extensión, una fórmula didáctica clavada. La ofensiva es llamativa a simple vista, y al abrirlos aparecen dos visiones muy enfrentadas. Una amable y otra cruda. Con el libro de Akal, la visión de Pérez-Reverte se descubre limitada a la guerra, mientras que la contestación abarca hasta nuestros días. Porque, como asegura su editor Tomás Rodríguez, “nuestra democracia es hija de esa Guerra Civil, nos guste o no”.

Cuenta el editor que cuando apareció el libro del académico reaccionaron en contra, porque su idea es mostrar que en esta guerra no hubo inocentes, que todos fueron culpables. Cada libro defiende posturas distintas: uno defiende el consenso, el otro que el consenso es inviable. “Nuestra versión obedece a la necesidad de poner en cuestión el relato establecido”, asegura Rodríguez. Carlos Fernández Liria explicó en su día a este periódico que “el libro de Pérez-Reverte no miente, pero no es objetivo por todo lo que calla”.

CONTRA LA EQUIDISTANCIA

Así que han publicado el mismo libro, pero contándolo de otra manera. Para Fernández Liria lo más peligroso es la equidistancia. “Lo que cuenta el libro de Pérez-Reverte es, en general, muy cierto. Ante todo, pretende ser equidistante, sin renunciar, desde luego, a denunciar el Golpe de Estado de Francisco Franco y sus aliados, el fascismo italiano y el nazismo alemán”, se puede leer en el prólogo. “Sin embargo, la equidistancia respecto a los acontecimientos históricos no depende tan sólo de lo que se dice. También depende de lo que no se dice”. Reclaman menos azúcar, en la revisión de los hechos.  Seguir leyendo ESPAÑA: GUERRA CIVIL PARA JÓVENES: UN LIBRO RESPONDE A LA VERSIÓN DE PÉREZ-REVERTE

FALSOS DESAGRAVIOS Y COHERENCIA NULA. JOEL DEL RÍO

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JOEL DEL RÍO / JUVENTUD REBELDE

Guiados por demostrar que habían escuchado los reclamos de mayor inclusión y diversidad, y ávidos por desagraviar a la comunidad afronorteamericana, los académicos votaron en mayoría por Moonlight.

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Mahershala Ali recibió el premio al mejor actor secundario por Moonlight. Foto: Juventud Rebelde

Ahora que siguen llegando a Cuba, por las más diversas vías, los filmes nominados al Oscar, estamos todos en condiciones de juzgar aciertos y desaciertos de un premio que nunca, en ninguna de sus 88 entregas anteriores, ha intentado seguir algún principio, ya no de justicia, sino de mínima sensatez. Este año, como siempre, predominó el desatino por debajo de la evidente intención de ganar credibilidad e influencia. Y si antes hubo racismo, pues ahora algunos enervados se tranquilizaron gracias a la presencia de una larga lista de profesionales negros postulados y distinguidos. Con un aluvión de premios y nominaciones los académicos demostraron cuánto amaban La La Land, pero a la hora de decidir cuál era el mejor filme de 2016 optaron, incomprensiblemente, por Moonlight, galardonada solo en otros dos rubros: actor secundario (Mahershala Ali) y guion original (Barry Jenkins y Tarell Alvin McCraney).

Y aunque de votaciones y entregas incoherentes está colmada la historia del Oscar, lo curioso es que este año la inmensa mayoría de los críticos, especialistas y cinéfilos del universo agradecieron, como un acto casi de justicia divina verificada, que la estatuilla a la mejor película del año pasara de las manos del productor de La La Land (a quien se la entregaron por un error de tarjetas y presentadores) al de Moonlight. Y casi todos quedaron contentos con el resultado final, porque al parecer se estaba revalidando el rigor y el humanismo, en tanto un filme claudicaba con los códigos del musical polícromo, acaramelado y evasivo, y el segundo jugaba la carta de la corrección política y el drama realista, de modo que se implicaran los buenos sentimientos del espectador, relatando las tribulaciones del protagonista-víctima (negro, pobre, gay, madre yonqui) en un barrio marginal y conflictivo de Miami.  Seguir leyendo FALSOS DESAGRAVIOS Y COHERENCIA NULA. JOEL DEL RÍO

LUZ DE LUNA (MOONLIGHT). ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

CRÓNICA DE UN ESPECTADOR

Alguna que otra pluma aviesa ha sugerido que el Oscar a la mejor película obtenido por Luz de Luna (Moonlight) ha sido una respuesta de la Academia de Hollywood a la acusación de racista que recibió el pasado año

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ROLANDO PÉREZ BETANCOURT / GRANMA

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Luz de luna, un premio diferente.

Alguna que otra pluma aviesa ha sugerido que el Oscar a la mejor película obtenido por Luz de Luna (Moonlight) ha sido una respuesta de la Academia de Hollywood a la acusación de racista que recibió el pasado año. Y en un intento de restarle mérito al filme hasta se ha escrito en la red que «hay que ser negro y gay para ganar un Oscar», ofensa que ha recibido un aluvión de críticas y más de una palabra contundente.

Reacia a galardonar como mejor película filmes de temáticas gay (el caso más sonado fue el premio que le dieron a la mediocre Crash por encima de Brokeback Mountain) la Academia ha distinguido actuaciones como las de Tom Hanks, en Filadelfia y Sean Penn, en Milk. En la primera no aparecían muestras de afectos típicas de una relación gay y el eje dramático se centraba en las reclamaciones de un abogado despedido de su trabajo por estar enfermo de sida, y en la segunda, aunque sí las había sin llegar a extremos, el tema principal era el asesinato de un político homosexual norteamericano en los años 70.

Luz de luna, filme independiente realizado con escasos presupuestos y actores negros, se basa en una obra teatral de corte autobiográfico, a la que el director Barry Jenkins le hizo aportaciones, y sí es un filme de temática homosexual, aunque tampoco presenta escenas que la imposibiliten ser exhibida ante una amplia audiencia.

Más allá de especular si ese premio será el inicio de una apertura que desde hace tanto tiempo se le pide a la conservadora Academia —lo que es de dudar, entre otras razones porque hay mucho dinero apostando tanto al cine clásico de Hollywood, como a los gustos por él fomentados, y la muestra más reciente es la inflada La La Land— de lo que si no cabe duda es que Luz de luna es una excelente película basada en un tema duro y al mismo tiempo lleno de poesía. Seguir leyendo LUZ DE LUNA (MOONLIGHT). ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

«OCHO HORAS NO HACEN UN DÍA», EL GRAN ACONTECIMIENTO DE LA BERLINALE. LUCIANO MONTEAGUDO

OCHO HORAS 1

Fotograma de la serie Ocho horas no hacen un día, de Rainer Werner Fassbinder.

LUCIANO MONTEAGUDO / EL VIEJO TOPO / PÁGINA 12

A comienzos de 1972, Rainer Werner Fassbinder tenía apenas 26 años y en sólo tres había filmado quince largometrajes, que finalmente empezaban a ser reconocidos por la crítica y los principales festivales internacionales, a pesar del rechazo inicial que había provocado –aquí mismo en la Berlinale– su opera prima El amor es más frío que la muerte (1969). Pero Fassbinder era plenamente consciente de que su cine -formalmente tan austero como sus presupuestos– era apreciado sólo por una élite: la misma burguesía a la que él no dejaba de cuestionar. Por eso, cuando la cadena de televisión Westdeutscher Rundfunk (WDR) le ofreció escribir y dirigir una miniserie para su catálogo de producciones familiares, tan populares en la TV alemana de la época, Fassbinder no dudó en aceptar la propuesta. El resultado fue Acht Stunden sind kein Tag (Ocho horas no hacen un día), una experiencia crucial y a todas luces insólita que en estos días, en una flamante versión restaurada, se ha convertido en el gran acontecimiento cinéfilo del Festival de Berlín.

OCHO HORAS 2

A diferencia de la famosa Berlin Alexanderplatz (1980), que Fassbinder también rodó para la televisión, Ocho horas no hacen un día era un trabajo olvidado, nada menos cinco capítulos de una hora y media cada uno que casi no habían vuelto a verse desde su primera emisión, 45 años atrás. Pero la Rainer Werner Fassbinder Foundation que dirige Juliane Lorenz, en cooperación con el Museo de Arte Moderno (MoMA), de Nueva York, exhumaron el material original, rodado en 16mm, restauraron meticulosamente imagen y sonido y lo que ahora vuelve a la luz puede considerarse como la primera -y quizás la única– telenovela marxista de la TV occidental.  Seguir leyendo «OCHO HORAS NO HACEN UN DÍA», EL GRAN ACONTECIMIENTO DE LA BERLINALE. LUCIANO MONTEAGUDO

TA-NEHISI COATES: ENTRE EL MUNDO Y YO / UN LIBRO AL DÍA

TA-NEHISI COATES: ENTRE EL MUNDO Y YO / UN LIBRO AL DÍA 

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Idioma original: inglés
Título original: Between the World and Me
Años de publicación: 2015
Valoración: muy recomendable

Andan tiempos algo convulsos en E.E.U.U. últimamente. Y no parece que la victoria de Trump vaya a ayudar a mejorar la situación, al menos en lo que atañe el tema que trata este libro: el racismo. A pesar de los intentos de avanzar hacia una sociedad más igualitaria y sin divisiones por motivo de raza, queda aún mucho camino por recorrer, tal y como evidencian casos como el tiroteo de Charleston, los altercados entre policía y comunidad afroamericana en Baton Rouge, Minneapolis, y otros tantos que llevaron a realizar grandes actos de protesta y disturbios en Ferguson. Hasta el propio Obama reconoció que «hemos visto tragedias como ésta demasiadas veces». El movimiento «Black lives matter» coge fuerza en Estados Unidos y parece que no faltan razones ni sobran motivos.

El magnífico libro que nos ocupa, publicado en 2015 y ganador del premio National Book Award de no ficción ese mismo año, nos ofrece una fotografía reciente del conflicto existente entre la comunidad blanca y la negra. Objetivamente no es que nos cuente nada que no sepamos (o que no debamos saber ya a estas alturas) sino que lo que nos ofrece el libro, más que quitarnos las posibles vendas que aún podamos tener en los ojos, es la visión particular del autor ante tal situación. Escrito a modo de ensayo, describe y narra en clave epistolar del autor hacia su hijo los sentimientos que puede albergar una persona negra en Estados Unidos y las dificultades con las que se encuentra por causa del color de su piel. De esta forma, y haciendo un breve repaso de las desigualdades que ha sufrido la comunidad negra a lo largo del tiempo desde sus épocas de esclavitud, el autor se ciñe en la reciente historia para detallarnos un país con una imagen muy diferente de la que se nos quiere transmitir a través de películas, anuncios, etc., es decir, una sociedad hecha, dominada y moldeada a medida por y para los blancos.  Seguir leyendo TA-NEHISI COATES: ENTRE EL MUNDO Y YO / UN LIBRO AL DÍA

LA CONTEMPLACIÓN EVADIDA: MILES DAVIS Y LA MELANCOLÍA DE «KIND OF BLUE». CARVALLO ROBLEDO

ISMAEL CARVALLO ROBLEDO / EL CATOBLEPAS
Sobre Miles Davis y Kind of Blue. La creación de una obra maestra, de Ashley Kahn, ALBA Editorial, Barcelona, 2011, 340 páginas.

Para Yuko Fujino.

[Kind of Blue. La melancolía de una nación.]

Evans pergeñó claramente sus ideas con bolígrafo azul en tres hojas de papel de carta. A juzgar por la fluidez de su escritura parece que la redacción fue bastante espontánea; Townsend apenas retocó nada. La única frase que no se utilizó en el álbum fue la afirmación final de Evans, una repetición de una frase previa: «Tal vez aquellos que tengan el oído fino captarán algo que escapa a la contemplación».
Ashley Kahn.

I

Quincy Jones dijo alguna vez que en un hipotético caso, en el que llegara a desaparecer todo rastro que sobre la faz de la tierra existiera del jazz, ese género tan único y, sobre todo, tan estrictamente norteamericano, de modo tal que fuera imposible tener noticia de reliquia alguna a través de la cual les fuera posible saber a los hombres lo que fue todo aquello, bastaría con escuchar Kind of Blue para poder comprender en su totalidad, y en toda la potencia del esplendor que pudiera cifrarse en una fórmula de belleza, perfección y equilibrio tan absolutos, lo que fue.

El disco se grabó en dos sesiones, corriendo el año de 1959. En marzo la primera y al mes siguiente la segunda. Era muy difícil que quienes participaron en ellas tuvieran consciencia plena de lo que ocurrió, y de la trascendencia de la ceremonia a la que juntos asistían más allá del proceso mismo de configuración musical en el que todos eran soberanos, razón por la cual para ellos no haya sido quizás otra cosa, tal vez, más que una grabación añadida a la lista de trabajo. Acaso haya sido Bill Evans el que pudo haber percibido algo, reiterándolo inconscientemente, es posible, en la repetición de esa frase que borrara después el productor general, según la cual en todo aquello había algo que escapaba a la contemplación. Algo que escapaba a la contemplación, nos quiso decir dos veces Bill Evans.

Y es que efectivamente terminó siendo eso: una ceremonia de solemnidad matinal y de especial nobleza, que resumió la historia entera -desde el punto de vista social, racial, artístico y musical- de la cultura norteamericana hasta esos momentos, y que llegaba en ese par de sesiones a la altura de una de sus cúspides más altas, llamada a permanecer como referente para todos los tiempos por venir. Una sola persona, un solo nombre resume todo ese proceso histórico, estético y comercial, saturado de genio refulgente y esfuerzo, y preñado de potencialidad artística multiplicada por seis. Béla Bartok, Alban Berg y Prokofiev habrían de ser sincopados junto con Dizzy Gillespie, Charlie Parker y Ahmad Jamal, así como por Gershwin y Debussy, en una ecuación armónica de refinamiento exquisito puesta en acto por la banda que él y solo él convocó. Toda la juventud, toda la arrogancia, todo el genio, todo el estilo le pertenecían a este trompetista nacido en Alton Illinois en 1926. El líder -entonces de treinta y tres años- de un sexteto al mismo tiempo efímero y eterno es el responsable y el vector fundamental de ese disco magnífico y sereno e irrepetible, y que refractó a alta presión lo mejor del siglo XX en un compacto aproximado de cuarenta y cinco minutos de duración nada más: Miles Davis.

En una sociedad partida en dos por el conflicto racial, un negro se levantaba deferente y soberbio como el símbolo indiscutible de lo mejor y más elaborado y más elegante que pudo haberse producido en los Estados Unidos, y que en Berlín sería recibido como miembro de una casa real. Era histórica y estructuralmente imposible que eso ocurriera en Europa: Miles Davis y el jazz configuran una de las herencias más grandes e insustituibles que al mundo ha dado América. Fue una síntesis perfecta y poderosa de la música europea y el resto de los géneros no europeos, pero producida, con sello propio, fuera de ella. Quien no ha escuchado este disco dispóngase a hacerlo y me entenderá.  Seguir leyendo LA CONTEMPLACIÓN EVADIDA: MILES DAVIS Y LA MELANCOLÍA DE «KIND OF BLUE». CARVALLO ROBLEDO

ENFERMOS DE PODER. JOSÉ LUIS ESTRADA BETANCOURT

JOSÉ LUIS ESTRADA BETANCOURT / JUVENTUD REBELDE

Cersei Lannister (Lena Headey).

Ella está convencida de que, como regla, el juego limpio no existe en la política. Algo que también saben muy bien los poderosos que hoy gobiernan el mundo, especialistas en aparentar una cosa y hacer otra: hablan de paz y promueven guerras imperiales; acusan a quienes, según afirman, violan los derechos humanos y potencian un sistema económico que se alimenta de la miseria a la que someten a la mayor parte de la humanidad. Y ni se inmutan.

A esas alturas de la primera temporada de Juego de Tronos pensábamos que la afamada serie de HBO no podría tener otro protagonista que Ned Stark (Sean Bean), el Señor de Invernalia y por demás Mano del rey Robert Baratheon. Apenas podíamos imaginar cuán equivocados estábamos. Ver su cabeza clavada en una pica, después de rodar ensangrentada ante la mirada risueña del aborrecible Joffrey Baratheon (Jack Gleeson), nos empezaba a señalar que esta ficción inspirada en las novelas de George R.R. Martin, y creada por David Benioff y D.B. Weiss, tendría mucha tela por donde cortar.

Samsa Stark (Sophie Turner) junto al bastardo Jon Snow (Kit Harington). Foto: Juventud Rebelde

De hecho, Benioff se apresuró a aclararles a aquellos que entonces se mostraron decepcionados: «Si solo estás viendo la serie por Ned Stark, entonces no estoy muy seguro de qué serie estás viendo», les dijo, e insistió: «Es crucial para nosotros crear un mundo en el que estás constantemente sintiendo miedo por lo que les va a pasar a los personajes. Esa fue nuestra experiencia leyendo los libros». Seguir leyendo ENFERMOS DE PODER. JOSÉ LUIS ESTRADA BETANCOURT

RECOMENDACIONES II. CRÍTICA POÉTICA ADDISON DE WITT

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George Sanders / Addison DeWitt

 CRÍTICA POÉTICA ADDISON DE WITT

Addison de Witt (Addison DeWitt) –conocido personaje de la película All about Eve, interpretado por George Sanders– es el nombre (y la identidad) que escogió un colectivo de cinco autores españoles para firmar sus textos críticos sobre libros, concursos, premios de poesía…

El último post que aparece en su blog de crítica poética, data de abril de 2013 y está dedicado a reseñar el otorgamiento del Premio Ausiás March a Mejor Poemario de 2012 al escritor chileno Raúl Zurita por su libro «Zurita», publicado por la editorial Delirio.

Después de varios años en el anonimato, los autores del blog se despidieron de sus lectores y seguidores del siguiente modo:

 «Como dijimos en su momento, esta será la última publicación en el blog Addison de Witt, al menos por tiempo indefinido. Los objetivos del blog han sido, al menos, parcialmente cubiertos. Cada vez es más frecuente que los poetas hablen públicamente de la corrupción existente en los premios de poesía e incluso que poetas conocidos, todavía ninguno de los «elegidos» por el Estado, una su nombre a diversas causas. Esto era algo impensable hace unos pocos años, cuando el silencio y la complacencia eran la reacción ante casos flagrantes de malversación de dinero público. Algo ha cambiado en este aspecto aunque sorprende que gente joven se siga sumando a la orgía de premios amañados y tenga la desvergüenza de justificar su comportamiento. Por otro lado, la objetividad en la crítica de poesía no sólo no ha mejorado en los medios oficiales sino que también ha empeorado en los medios digitales. No es sencillo encontrar reseñas que no sean de amigos sobre amigos. Este amiguismo es un problema serio de la poesía española que quizás no hemos señalado suficientemente. Y respecto a la calidad de la poesía escrita, pensamos que modestamente se ha puesto un granito de arena para que la poesía editada en España se atreva con poéticas alejadas de la naftalina y los nenúfares que tanto siguen lastrando a nivel internacional el trabajo realizado. A día de hoy, la media de calidad de los libros publicados es mucho mayor que cuando este blog comenzó.»  

A continuación, reproduzco un comentario aparecido en Crítica Poética Addison de Witt a propósito del estado de la poesía española en agosto de 2009. Tiene de interés, a juicio de un amigo andaluz, que todo sigue más o menos igual, excepto alguna que otra buena noticia descarriada. (OG)  Seguir leyendo RECOMENDACIONES II. CRÍTICA POÉTICA ADDISON DE WITT

EL JUEGO DEL REVÉS, de ANTONIO TABUCCHI

 

FRANCISCO MARTÍNEZ BOUZAS / BRÚJULAS Y ESPIRALES

tabucci-1El juego del revés, de Antonio Tabucchi. Traducción de Carlos Gumpert.  Editorial Anagrama, Barcelona, 2016, 183 páginas.

   Anagrama publica la que parece ser la edición definitiva de Il gioco del rovescio  que Antonio Tabucchi escribió a partir de 1978, aunque no fue editado hasta 1981. La primera edición española es de 1986, y con relación a ella, la nueva traducción añade dos relatos que habían aparecido, junto con otro que Tabucchi decidió eliminar, en la edición de Los volátiles del Beato Angelico; más otro relato, “Fuegos artificiales”, inédito hasta ahora en español. El mismo Antonio Tabucchi (Pisa, 1943 – Lisboa, 2012) nos ofrece, en un breve prólogo de carácter informativo, una sucinta exégesis de alguno de los relatos. Admite que el primero, “El juego del revés”, a pesar de que ni el mismo escritor haya sido capaz de entender la relación que puede existir entre su vida personal y los libros que escribe, conserva un cierto reflejo autobiográfico. Otros tres relatos (“Teatro”,  “Paraíso Celeste” y “Voces”) le fueron contados y él se limitó a añadir la forma de relatarlos. El resto son prosas que nacieron sin ningún nexo con lo conocido o lo vivido.

   Pero tanto unos como otros comparten el mismo aire de familia: “una cosa que es «así», era sin embargo de otra forma” (página 12). Un rasgo distintivo que el autor de esta nueva traducción, Carlos Gumpert, en un buen trabajo sobre Antonio Tabucchi, ajeno al prólogo, interpreta como algo seminal en la poética del escritor toscano, aprendido de Pessoa, es decir el concepto del “revés de las cosas, símbolo de nuestra incapacidad de conocer la realidad.”  Seguir leyendo EL JUEGO DEL REVÉS, de ANTONIO TABUCCHI

CHOCOLATE, LA CONEXIÓN HUMANA. OMAR GONZÁLEZ

No es un milagro ni una realidad fortuita, y tampoco viene exactamente de donde parece. Allá los que no ven, los que, de tanto querer olvidarle, nos lo recuerdan siempre. 

choco-7A pesar del bullicio, medita. Siempre medita. Quienes lo juzgan a primera vista, se equivocan: lo pueblan de etiquetas, lo encasillan, tratan de acomodarlo en un molde demasiado pequeño. Su vida es un viaje permanente a la semilla, y su patria la humanidad en pleno. Ahora viene en silencio por la calle Sol, en la reverberante Habana Vieja. Observa con atención el rostro, la figura y la sombra de los transeúntes, se detiene en los recodos de luz y se estremece ante las congojas y holguras del alma, del alma ajena y del alma propia. Lo registra todo. A su lado, una mujer pasa contoneándose y un vendedor ambulante la convierte en metáfora. Hay picardía en sus ojos, hay también inocencia. Ya los retrató.

Mientras camina, pareciera que no toca el suelo; como si levitara, pero afincado en un firme de nubes. Mueve los brazos tímida y acompasadamente, con elegancia y a la vez con misterio, sin gestos obvios que delaten sus verdaderos sentimientos. Son los ademanes secretos que recorren su obra. Porque él es también un enigma, y lo que hace está marcado por la armonía contradictoria no sólo de su vida, sino de todas las vidas posibles.

Mira siempre en lontananza, aunque tenga el horizonte al alcance de sus manos. (Vaya manera de ocultar la tristeza.) Es alegre y tiene una risa abierta, pero su silencio semeja un abismo que no termina nunca. Piensa cada palabra que dirá, entre otras razones porque la vida lo enseñó a no equivocarse y porque cultiva la rara virtud de la decencia, de no ofender a quien se quiere, de no hablar mal de los amigos. Él es un caballero.

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DE LA MALA CRÍTICA: EL EXTRANJERO, ALBERT CAMUS

albert-camusALBERT CAMUS / CALLE DEL ORCO

Tres años para hacer un libro, cinco líneas para ridiculizarlo; y las citas apócrifas.
Carta a A.R., crítico literario (destinada a no ser remitida):

… Una frase de su crítica me ha sorprendido mucho: “paso por alto…” ¿Cómo es posible que un crítico entendido, consciente de la trabazón interna que hay en toda obra artística, “pase por alto” en la pintura de un personaje la única oportunidad en que éste habla de sí mismo y confía al lector algo de su secreto? ¿Y cómo no ha advertido usted que ese final era también una convergencia, una ocasión excepcional en que el ser tan disperso que pinté se integraba por fin?…

… Me atribuye usted intenciones realistas. Realismo es una palabra que carece de contenido (Madame Bovary y Los Poseídos son novelas realistas, y nada tienen en común). Eso no me ha preocupado. Si hubiera de concretar mi ambición, más bien hablaría de símbolo. Por lo demás, así lo ha interpretado usted perfectamente, sólo se atribuye a ese símbolo un sentido que no tiene, y para decirlo sin rodeos, me adjudica gratuitamente una filosofía ridícula. Nada en mi libro autoriza a sostener, en efecto, que yo crea en el hombre natural, que identifique al ser humano con una planta, que considere su naturaleza ajena a la moral, etc. El protagonista no tiene iniciativas en ningún momento. Usted no ha reparado en que siempre se limita a contestar las preguntas, tanto de la vida como de los hombres. De modo que jamás afirma nada; y yo no he dado de él otra cosa que un negativo. Ningún dato pudo hacer prejuzgar su actitud íntima, como no fuera en el último capítulo. Precisamente el que usted “pasa por alto”.
Llevaría demasiado tiempo explicarle todas las razones que me decidieron a “decir lo menos posible”. Lamento solamente que un examen superficial le haya inducido a atribuirme una filosofía barata que no estoy dispuesto a reconocer. Entenderá mejor lo que digo, si le puntualizo que la única cita de su artículo es apócrifa (transcribir y rectificar) y por tanto da pie a deducciones ilegítimas. Es posible que hubiera allí una filosofía diferente, y que usted apenas la rozara al definirla como “inhumanidad”. Pero ¿acaso vale la pena demostrarlo?

Quizá piense usted que esto es dar demasiada importancia al librito de un desconocido. Por mi parte, creo que en este asunto se trata de algo más que de mí. Porque se ha colocado usted en un punto de vista moral que le impide juzgar en perspicacia y el talento que se le reconocen. Esa posición es insostenible, y usted lo sabe mejor que nadie. Un límite muy impreciso separa sus críticas de las que pronto podrán hacerse (y ya se han hecho, no mucho tiempo atrás) dentro de una literatura dirigida, sobre el carácter moral de tal o cual obra. Esto es abominable, se lo digo sin irritación. Ni usted ni nadie puede estar calificado para juzgar si una obra puede ser buena o mala para el país, en este momento o en otro alguno. Yo, por lo menos, me niego a someterme a tales jurisdicciones, y éste es el motivo de mi carta. Le agradecería, en efecto, que me creyera capaz de haber aceptado críticas más duras, pero formadas con más amplitud de criterio.

En todo caso, desearía que esta carta no diera ocasión a un nuevo malentendido. Mi actitud hacia usted no es la de un autor descontento, y le ruego que no dé ninguna publicidad a esta carta. Pocas veces habrá visto mi nombre en las revistas actuales, cuyo acceso resulta sin embargo tan fácil. Ocurre que, no teniendo nada que decir en ellas, prefiero no hacer concesiones a la publicidad. Si publico ahora libros que me han costado años de trabajo, lo hago sólo porque están terminados, y porque tengo en preparación los siguientes. No espero de ellos ningún beneficio material, ni renombre alguno. Si acaso, esperaba que me valdrían la atención y la paciencia que merece cualquier empresa de buena fe. Hay que pensar que aun esta exigencia era desmedida. Como quiera que sea, acepte usted señor las expresiones de mi consideración sincera.

Albert Camus
Cuaderno IV
(enero de 1942-septiembre de 1943)

albert-camus-2El escritor, filósofo, dramaturgo y periodista Albert Camus,  nació el 7 de noviembre de 1913, en Dréan, Argelia, y falleció el 4 de enero de 1960, en Villeblevin, Francia. En 1957 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. 

 HASTA AQUÍ EL POST DEL AUTOR DEL BLOG.

 

ALEJO CARPENTIER EN (Y) LA MÚSICA EN CUBA (I y II). LUIS ÁLVAREZ ÁLVAREZ

«La música en Cuba (…) es mucho más que una investigación sobre el desarrollo histórico de ese arte en la isla: no puedo insistir bastante en que rebasa esa aspiración declarada, y se convierte en un brillante texto sobre la cultura cubana en su sentido más orgánico y en sus elementos diferenciadores y específicos.»

LUIS ÁLVAREZ ÁLVAREZ* / CUBALITERARIA

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ALEJO CARPENTIER EN LA MÚSICA EN CUBA (I)

La música en Cuba aparece en 1946, publicado por Fondo de Cultura Económica en México. Se trata, en efecto, de una obra de muy difícil construcción, un complejo edificio conceptual que, a juzgar por los testimonios del propio Carpentier, exigió una labor sostenida entre 1939 y 1945. Se trata, desde luego, del primer panorama integrador de la historia de la música en la isla. Pero no es ese aspecto el que me interesa particularmente aquí. Más allá del análisis del desarrollo gradual del arte musical en Cuba, se trata nada menos que de una interpretación —realizada desde la música— del proceso general de la cultura cubana. Por otra parte, la importancia del tema era y es en sí misma trascendental para la comprensión de Cuba. Zoila Lapique, por cierto, deja sentado el hecho esencial de que a lo largo de la evolución histórica de la Cuba colonial no solo hubo un tangible desarrollo de la música y lo demuestra a partir de una serie de documentos históricos que se suman a los que en su día había identificado Carpentier, sino que también se refiere con nitidez al interés que una serie de intelectuales —cubanos y españoles— que a lo largo de los siglos XVIII y XIX manifestaron interés por la historia específica de la música insular, tales como Buenaventura Pascual Ferrer o Antonio Bachiller y Morales,  entre otros.

El sustrato teórico de una obra de tal magnitud es sumamente complejo. La música en Cuba debe ser considerada, para nuestro país, como parte integrante, dinámica y consciente, de una renovación de las ciencias sociales en general, y de los estudios sobre cultura y artes en particular. No puede olvidarse la irradiación que el nuevo pensamiento europeo del s. XX en relación con la cultura proyectó sobre la intelectualidad latinoamericana. No puede olvidarse la trascendencia de una antropología cultural que desde el siglo XIX estaba influyendo específicamente sobre Cuba, hasta el punto de que José Martí se interesó mucho por esa disciplina. La antropología cubana se gesta desde el s. XIX —como constata Armando Rangel Rivero en su excelente libro Antropología en Cuba. Orígenes y desarrollo 3 —, de modo que la magna obra de Fernando Ortiz no es un chispazo en el vacío, sino que tiene como antecedente —claramente reconocido por el gran polígrafo cubano— los estudios precursores de Antonio Bachiller y Morales, pero también las indagaciones de figuras que solo son conocidas por la academia cubana desde el punto de vista histórico, y no antropológico, como Fermín Valdés-Domínguez y Quintanó, el amigo entrañable de Martí.  Seguir leyendo ALEJO CARPENTIER EN (Y) LA MÚSICA EN CUBA (I y II). LUIS ÁLVAREZ ÁLVAREZ