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WALLERSTEIN SIN ANESTESIA. ATILIO A. BORÓN

«Marx es el erudito más interesante de los siglos XIX y XX. No hay dudas al respecto. Nadie es comparable en términos de la cantidad de cosas que escribió, ni por la calidad de sus análisis. Por lo tanto, mi mensaje a la nueva generación es que vale mucho la pena descubrir a Marx, pero hay que leerle, leerle y leerle. ¡Leer a Karl Marx!” Immanuel Wallerstein

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ATILIO A. BORÓN

ATILIO 3La muerte de Immanuel Wallerstein nos priva de una mente excepcional y de un refinado crítico de la sociedad capitalista.[1] Una pérdida doblemente lamentable en un momento tan crítico como el actual, cuando el sistema internacional cruje ante las presiones combinadas de las tensiones provocadas por la declinación del imperialismo norteamericano y la crisis sistémica del capitalismo. Wallerstein fue un académico de dilatada trayectoria que se extendió a lo largo de poco más de medio siglo. Comenzó con sus investigaciones sobre los países del África poscolonial para luego dar inicio a la construcción de una gran síntesis teórica acerca del capitalismo como sistema histórico, tarea a la que se abocó desde finales de la década de los ochentas y que culminó con la producción de una gran cantidad de libros, artículos para revistas especializadas y notas dirigidas a la opinión pública internacional. Wallerstein no sólo cumplió a cabalidad con el principio ético que exige que un académico se convierta en un intelectual público para que sus ideas nutran el debate que toda sociedad debe darse sobre sí misma y su futuro sino que, además, siguió una trayectoria poco común en el medio universitario. Partió desde una postura teórica inscripta en el paradigma dominante de las ciencias sociales de su país y con el paso del tiempo se fue acercando al marxismo hasta terminar, en sus últimos años, con una coincidencia fundamental con teóricos como Samir Amin, Giovanni Arrighi, Andre Gunder Frank,  Beverly Silver y Elmar Altvater entre tantos otros, acerca de la naturaleza del sistema capitalista y sus irresolubles contradicciones. Su trayectoria es inversa a la de tantos colegas que, críticos del capitalismo en su juventud o en las etapas iniciales de su vida universitaria acabaron como publicistas de la derecha: Daniel Bell y Seymour Lipset, profetas de la reacción neoconservadora de Ronald Reagan en los años ochentas; o Max Horkheimer y Theodor Adorno que culminaron su descenso intelectual y político iniciado en la Escuela de Frankfurt absteniéndose de condenar la guerra de Vietnam. O a la de escritores o pensadores que surgidos en el campo de la izquierda –como Octavio Paz,  Mario Vargas Llosa y Regis Debray–  convertidos en portavoces del imperio y la reacción.

Wallerstein fue distinto a todos ellos no sólo en el plano sustantivo de la teoría social y política sino también por su activa inserción en las luchas sociales por un mundo mejor –asiduo participante en sucesivas reuniones del Foro Social Mundial de Porto Alegre, conversaciones con el Subcomandante Marcos y otros líderes populares en distintas partes del mundo, participación en eventos organizados por movimientos sociales – y, ciertamente, por sus aportes la discusión epistemológica como lo revela su magnífica obra de 1998: Abrir las ciencias sociales. En este texto propone una crítica radical al paradigma metodológico dominante en las ciencias sociales, cuyo núcleo duro positivista condena a éstas a una incurable incapacidad para comprender la enmarañada dialéctica y la historicidad de la vida social.

En línea con esta perspectiva de análisis sus previsiones sobre el curso de la dominación imperialista no podrían haber sido más acertadas. En uno de sus artículos del año 2011 advertía que “la visión de que Estados Unidos está en decadencia, en seria decadencia, es una banalidad. Todo el mundo lo dice, excepto algunos políticos estadounidenses que temen ser culpados por las malas noticias de la decadencia si la discuten.” [2] En Latinoamérica, en cambio, entre las clases dominantes, los políticos del establecimiento y el mandarinato intelectual predomina aún una visión hollyvoodense sobre la salud del imperio, misma que se penetra en buena parte de la población. Según esta perspectiva, lo que Donald Trump representa es el renovado vigor del imperio y no los desesperados pataleos de quienes se resisten a admitir su lento pero inexorable ocaso.

No obstante, no había un gramo de infantil triunfalismo en ese diagnóstico cuando advertía que si bien “hay muchos, muchos aspectos positivos para muchos países a causa de la decadencia estadounidense, no hay certeza de que en el loco bamboleo del barco mundial, otros países puedan de hecho beneficiarse como esperan de esta nueva situación.”  O, podríamos agregar, podrán sacar ventajas los países cuyos gobiernos adopten una política de autodeterminación nacional que les permitan maximizar sus márgenes de autonomía en la economía y la política mundiales. Quienes en cambio sigan sumisos a los dictados del imperio lo acompañaran en su lenta declinación. El criminal belicismo de la Administración Trump en respuesta al irreparable derrumbe del orden mundial de posguerra que tenía su eje en EEUU confirma las previsiones formuladas por Wallerstein. Seguir leyendo WALLERSTEIN SIN ANESTESIA. ATILIO A. BORÓN

CONTRA LA SEDUCCIÓN. BERTOLT BRECHT

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BERTOLT BRECHT

No os dejéis seducir:
no hay retorno alguno.
El día está a las puertas,
hay ya viento nocturno:
no vendrá otra mañana.
No os dejéis engañar
con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastará
cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo más grande:
perderla es perder todo.

PERO EN LA FRÍA NOCHE. BERTOLT BRECHT

Pero ya sólo el hielo, en la fría noche, agrupaba
los cuerpos blanquecinos en el bosque de alisos.
Semidespiertos, escuchaban de noche, no susurros de amor
sino, aislados y pálidos, el aullar de los perros helados.
Ella se apartó por la noche el pelo de la frente, y se esforzó
por sonreír,
él miró, respirando hondo, mudo, hacia el deslucido cielo.
Y por las noches miraban al suelo cuando sobre ellos
infinitos pájaros de gran tamaño en bandadas procedentes
del Sur se arremolinaban, excitado bullicio.
Sobre ellos cayó una lluvia negra.

A PROPÓSITO DE BENJAMIN Y BRECHT. HISTORIA DE UNA AMISTAD, DE ERDMUT WIZISLA. ARIANE DÍAZ

ARIANE DÍAZ / EL REPERTORIO

La relación personal e intelectual de (Walter) Benjamin con (Bertolt) Brecht ha sido motivo de tensiones entre sus allegados durante su vida y motivo de disputa entre sus estudiosos. Las controversias han tenido consecuencias en la edición del legado de Benjamin: Arendt y otros editores han señalado modificaciones y omisiones en la edición de su obra, entre ellas, la demora en la publicación de sus escritos dedicados a Brecht.

Wizisla1 dedica este libro a analizar esta “compleja” relación, la cual en líneas generales considera productiva, contestando así a las difundidas opiniones negativas al respecto. Se trata de un estudio erudito y ampliamente documentado, con el que el autor trata de reinterpretar, o subsanar y ampliar las lecturas hechas hasta el momento. Director de los archivos “Bertolt Brecht” y “Walter Benjamin” en Berlín, Wizisla sabe aprovechar este acceso a sus escritos para contrastar los textos más conocidos de estos autores con cartas personales, entradas de diarios y consultas hechas a sus allegados. Sin embargo, nos dirá, el interés no es sólo filológico (aunque es quizá lo más destacado en su libro), sino también “lo político, lo humano, y cada vez más también lo literario y lo referido a la política artística” [p. 332]. Veamos algunos de estos nudos.

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Walter Benjamin

Los vaivenes de esta amistad, construida en uno de los momentos más acuciantes del siglo XX (los ‘30, años de ascenso del fascismo y consolidación del stalinismo), acompañan y señalan muchos de los problemas que marcaron al conjunto de esa generación intelectual europea, y que les dieron proyección en lecturas posteriores. Tanto Scholem, estudioso del judaísmo, como Adorno, representante del “marxismo occidental”, quienes también compartieron una relación personal e intelectual con Benjamin, consideraron que la influencia de Brecht sobre éste lo alejaban de sus fortalezas intelectuales: “Así como Scholem hacía responsable a Brecht por el materialismo en general de Benjamin, Adorno imputaba a la influencia de Brecht la aplicación tosca, desde su punto de vista defectuosa, de esos principios metodológicos” [p.34]. Nos centraremos en esta última lectura adorniana por ser la más difundida en el contexto de las discusiones sobre la tradición del marxismo occidental y de la Escuela de Frankfurt en particular, con la que por lo general se afilia a Benjamin.

los diez bertolt brecht testificando, 30.10.1947
Bertolt Brecht durante el proceso conocido como Los Diez de Hollywood

Señalemos en primer lugar las preocupaciones comunes que muestran una particular configuración de intereses que englobaron a esta generación de “marxistas occidentales” y al propio Brecht, que en el libro de Wizisla encontramos sobre todo alrededor del proyecto de revista Krise und Kritik [Crisis y crítica], impulsada durante 1930/31 por Brecht y Benjamin aunque finalmente no concretada. El proyecto apuntaba a intervenir en la lucha ideológica con “la inteligentsia burguesa” (incluso en los temas donde ésta se consideraba como en casa), al decir de Benjamin “propagandizando” y “aplicando el materialismo dialéctico”, al análisis de la crisis teórica, artística y social que por esos años ellos caracterizaban [p.138]. Además del acuerdo sobre la necesidad de la intervención política desde el terreno de las ideas presupuesto en la edición de la revista misma, entre los problemas comunes discutidos por Brecht y Benjamin hacia ese proyecto estarían el papel de los intelectuales, los problemas de método de la crítica marxista y los posicionamientos frente a las nuevas técnicas artísticas de la época, sin duda todos ejes diferenciadores de las temáticas y posicionamientos del marxismo “oficial” soviético de la época, y centrales en las discusiones del “marxismo occidental” (muchas veces en forma de debates entre ellos).  Seguir leyendo A PROPÓSITO DE BENJAMIN Y BRECHT. HISTORIA DE UNA AMISTAD, DE ERDMUT WIZISLA. ARIANE DÍAZ

El manto del hereje

Bertolt Brecht

Giordano Bruno, el hombre de Nola al que las autoridades de la Inquisición romana condenaron, el año 1600, a morir en la hoguera por herejía, es universalmente considerado un gran hombre no sólo por sus audaces —y luego comprobadas— hipótesis sobre los movimientos de los astros, sino también por su valerosa actitud frente a la Inquisición, a la que dijo: «Pronunciáis vuestra sentencia contra mí quizá con más temor del que yo siento al escucharla.» Cuando leemos sus escritos y encima echamos una ojeada a los informes sobre su actuación pública, sentimos que en verdad no nos falta nada para calificarlo de gran hombre. Y, sin embargo, hay una historia que acaso pueda aumentar todavía más nuestro respeto por él.

Es la historia de su manto.

Antes hay que saber cómo cayó en las manos de la Inquisición.

Giordano BrunoGiordano Bruno, por Ettore Ferrari (1845-1929), Campo de’ Fiori, Roma Seguir leyendo El manto del hereje

PREGUNTAS DE UN OBRERO ANTE UN LIBRO

IMG_20141223_124620 [50%]Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla china,
¿adónde fueron los albañiles? Roma la Grande
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes? Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse
su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II venció la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la venció, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba sus gastos?

Una pregunta para cada historia.

BERTOLT BRECHT

Foto: Claudia González Machado

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REFUGIO NOCTURNO

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Me han contado que en Nueva York,
en la esquina de la calle veintiséis con Broadway,
en los meses de invierno, hay un hombre todas las noches
que, rogando a los transeúntes,
procura un refugio a los desamparados que allí se reúnen.

Al mundo así no se le cambia,
las relaciones entre los hombres no se hacen mejores.
No es ésta la forma de hacer más corta la era de la explotación.
Pero algunos hombres tienen cama por una noche,
durante toda una noche están resguardados del viento
y la nieve a ellos destinada cae en la calle.

No abandones el libro que te lo dice, hombre.
Algunos hombres tienen cama por una noche,
durante toda una noche están resguardados del viento
y la nieve a ellos destinada cae en la calle.

Pero al mundo así no se le cambia,
las relaciones entre los hombres no se hacen mejores.
No es ésta la forma de hacer más corta la era de la explotación.

 

Bertolt Brecht, 1931.

 

 

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