
MIGUEL DÍAZ-CANEL BERMÚDEZ
Compañero Comandante Daniel Ortega Saavedra, Presidente de la hermana República de Nicaragua y del VIII Encuentro de la Asociación de Estados del Caribe;
Compañera Rosario Murillo, Vicepresidenta de la República de Nicaragua;
Distinguidos Jefes de Estado y Gobierno y Jefes de Delegaciones;
Excma. Señora Embajadora June Soomer, Secretaria General de la Asociación;
Estimados delegados e invitados:
Nuestro Poeta Nacional, Nicolás Guillén, voz singular entre las grandes voces de esta región, dedicó al mar que nos une un poema breve con el que me gustaría saludarlos. Se titula El Caribe y dice:
En el acuario del Gran Zoo,
nada el Caribe.
Este animal
marítimo y enigmático
tiene una cresta de cristal,
el lomo azul, la cola verde,
vientre de compacto coral,
grises aletas de ciclón.
En el acuario, esta inscripción:
«Cuidado: muerde».
De la “cresta de cristal” que hace frágil a nuestro Caribe nos hablan estos versos de Guillén. Y también de la fiera que nos habita. Fragilidad y fiereza nos distinguen. Fragilidad y fiereza nos unen. Y en la unión, ya lo sabemos, está nuestra fuerza.
De esa fuerza que solo sostiene la unión, ha nacido la muy oportuna Declaración de Managua que adoptará este Encuentro, con el título: “Uniendo esfuerzos en el Caribe para enfrentar el cambio climático”, un tema que ha generado preocupaciones crecientes en las últimas décadas.
Como nos advirtió hace casi 30 años, en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, en 1992, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”.
El Caribe lo sabe bien porque sufre con frecuencia sus impactos. Seguramente por eso, desde su II Cumbre, en Santo Domingo, en 1999, la Asociación de Estados del Caribe incluyó entre sus líneas de trabajo la concertación y cooperación en cuanto al cambio climático y la reducción del riesgo de desastres.
Las causas del cambio climático han sido claramente identificadas por la comunidad científica y reconocidas por prácticamente todos los gobiernos.
Pero, ni los esfuerzos desplegados ni los compromisos internacionales en materia medioambiental resultan suficientes para detener el alarmante aumento de la temperatura global y para estabilizarla en el entorno de 1.5 ºC, como es el reclamo de los países en desarrollo.
Los más desarrollados, principales responsables de la situación insostenible de hoy, deben honrar el compromiso de aportar 100 000 millones de dólares anuales como mínimo en apoyo a las acciones de los países en desarrollo.
Debe prevalecer el compromiso global para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero con base en el principio de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y un marco de cooperación internacional que asegure los recursos y la transferencia de tecnologías necesaria a los países en desarrollo.
Se precisa la modificación de los patrones de producción y consumo que nos han impuesto, y la promoción de un orden económico internacional justo, democrático y equitativo para enfrentar el cambio climático y alcanzar el desarrollo sostenible.
Señor Presidente:
Cada uno de nosotros entiende de qué se está hablando. La intensidad y persistencia de fenómenos naturales de diversa índole en el Gran Caribe, nos castiga constantemente con los efectos adversos del cambio climático, en particular a los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.
Vivir entre ciclones ha condicionado nuestras vidas; ha modificado nuestras geografías y dinamizado nuestras migraciones. Y también nos ha educado en la necesidad de estudiar más los fenómenos que nos acechan y trabajar por revertir sus daños. La Revolución Cubana tuvo que aprender muy pronto y muy duramente esas lecciones, desde el ciclón Flora, que en 1963 dejó bajo las aguas a la antigua provincia de Oriente y sepultó a más de mil personas.
La historia más reciente nos dice que en los peores momentos nos ha salvado actuar unidos. Creemos firmemente que solo nuestra unidad y cooperación mancomunada nos permitirán enfrentar los peligros y afectaciones de los eventos meteorológicos y asumir la recuperación posterior. Seguir leyendo ASOCIACIÓN DE ESTADOS DEL CARIBE, «ESA FUERZA QUE SÓLO SOSTIENE LA UNIÓN»