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TRES POEMAS DE EMILY DICKINSON

EMILY DICKINSON

PRESENTIMIENTO
Presentimiento es esa larga sombra
que poco a poco avanza sobre el césped
cuando el sol sus imperios abandona…
Presentimiento es el susurro tenue
que corre entre la hierba temerosa
para decirle que la noche viene.

POEMA 37
Corazón, le olvidaremos
en esta noche tú y yo.
Tú, el calor que te prestaba.
Yo, la luz que a mí me dio.
Cuando le hayas olvidado
dímelo, que he de borrar
aprisa mis pensamientos.
Y apresura tu labor
no sea que en tu tardanza
vuelva a recordarle yo.

SABER LLEVAR NUESTRA PORCIÓN DE NOCHE
Saber llevar nuestra porción de noche
o de mañana pura;
llenar nuestro vacío con desprecio,
llenarlo de ventura.

Aquí una estrella, y otra estrella lejos:
alguna se extravía.
Aquí una niebla, más allá otra niebla,
pero después el día.

LA ESPERANZA ES ESA COSA CON PLUMAS. EMILY DICKINSON

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Emily Dickinson (1830-1886)

La esperanza es esa cosa con plumas
que se posa en el alma,
y entona melodías sin palabras,
y no se detiene para nada,

y suena más dulce en el vendaval;
y feroz tendrá que ser la tormenta
que pueda abatir al pajarillo
que a tantos ha dado abrigo.

La he escuchado en la tierra más fría
y en el mar más extraño;
mas nunca en la inclemencia
de mí ha pedido una sola migaja.

—————————-

HOPE IS THE THING WITH FEATHERS

Hope is the thing with feathers
That perches in the soul,
And sings the tune–without the words,
And never stops at all,

And sweetest in the gale is heard;
And sore must be the storm
That could abash the little bird
That kept so many warm.

I’ve heard it in the chillest land,
And on the strangest sea;
Yet, never, in extremity,
It asked a crumb of me.

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DOS POEMAS DE EMILY DICKINSON

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EMILY DICKINSON 
A salvo en sus cámaras de alabastro,
Insensibles al amanecer y al mediodía,
Duermen los mansos miembros de la resurrección,
Viga de raso y techo de piedra.
La luz se ríe de la brisa en su castillo sobre ellos,
Murmura la abeja en un oído imperturbable;
Trinan los dulces pájaros en cadencia ignorada,
-Ah, ¡cuánta sagacidad aquí perecida!
Solemnes pasan los años, crecientes, sobre ellos;
Los mundos recogen sus arcos y los firmamentos reman,
Se arrojan diademas y se rinden los dux,
Tácitos como puntos sobre un disco de nieve.
-+-+-+-+-
Cuando cuento las semillas
sembradas allá abajo
para florecer así, lado a lado;
cuando examino a la gente
que tan bajo yace
para llegar tan alto;
cuando creo que el jardín
que no verán los mortales
siega el azar sus capullos
y sortea a esta abeja,
puedo prescindir del verano, sin queja.

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Una ola de Cuba en el jardín de Emily Dickinson

Fuente Cubadebate
La casa de Emily Dickinson, hoy convertida en Museo, está ubicada en el número 280 de Main Street, en Amherst, Massachusetts.
La casa de Emily Dickinson, hoy convertida en Museo, está ubicada en el número 280 de Main Street, en Amherst, Massachusetts.

He visitado este lugar cientos de veces. Sin haber estado nunca, ya he caminado la calle. Main Street comienza en el espacio rectangular conocido como The Commons, donde se organiza cada semana un mercado de granjeros venidos de los pueblos de la comarca, y termina en la casa de Emily Dickinson (1830-1886), ahora convertida en Museo.  En los 600 metros de distancia entre ambos puntos, me parece haber visto antes las cresterías de piedra de la Iglesia Unitaria Universalista, que frecuentaban en su tiempo escritores como Emerson o Thoureau, y a cuya tradición se unió ella; el camino donde resuenan cantos de coro y está adornado de tejados triangulares, chimeneas, vidrios de colores y cornisas de un rosa desvaído a la luz de la tarde.

Amherst era una ciudad tranquila y levítica de Massachusetts. Creo haberla observado, como tantos viajeros previos, asomada a la ventana de Emily en el piso alto de la casa, desde donde se ve todo el jardín y más allá los prados cercanos, la línea del ferrocarril y un bosque. De esa geografía limitada y de un entorno no mayor de una docena de personas -algunas de ellas frecuentadas tan sólo por correspondencia- esta mujer extrajo los materiales para su poesía, de una originalidad que no se agota por mucho que se haya explorado y hayan corrido océanos de tinta.

La antología de poemas de Emily Dickinson publicada por Silvina Ocampo, con prólogo de Jorge Luis Borges.
La antología de poemas de Emily Dickinson publicada por Silvina Ocampo, con prólogo de Jorge Luis Borges.

La descubrí de adolescente en la traducción que hizo Silvina Ocampo, en un libro cuya portada tiene la silueta de Emily a los 14 años y el prólogo de Jorge Luis Borges. “No hay, que yo sepa”, dijo Borges de Dickinson, “una vida más apasionada y más solitaria que la de esta mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo y temerlo. En su recluida aldea de Amherst buscó la reclusión de su casa y, en su casa, la reclusión del color blanco y la de no dejarse ver por los pocos amigos que recibía”.

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