“Es una cuestión de publicar más, más rápido, no para ser mejor sino simplemente para estar y sobrevivir”.
“…Fragmentar una investigación que tenga una unidad global para que pese más en el currículo académico, repetir una y otra vez el mismo tema con muy pequeñas variantes, publicar diez veces lo mismo en diez sitios diferentes…”
Estas declaraciones son solo unas de tantas que hemos recogido al preguntar por los efectos que genera la cultura del “publica o perece” (la presión por publicar para tener éxito en la carrera académica) sobre el comportamiento ético de los investigadores en filosofía moral y filosofía en España.
Los investigadores perciben que la presión por obtener resultados –sobre todo de cara a los procesos de acceso, acreditación y promoción de plazas– afecta negativamente a la integridad de su investigación. El motivo es principalmente uno: la necesidad de sobrevivir en un ambiente extremadamente competitivo donde al científico se le juzga casi exclusivamente por lo que publica.
Hasta la fecha han sido numerosos los estudios que, a escala internacional, han recogido –con cifras preocupantes– datos sobre la prevalencia de las malas prácticas en la investigación (Fanelli, 2009; Pupovac y Fanelli, 2015). Los estudios son abundantes sobre todo para disciplinas biomédicas.
Sin embargo, nunca antes se había desarrollado un trabajo abordando esta cuestión para áreas de conocimiento como la filosofía o la ética. Quizás porque se podía pensar que estas disciplinas están en cierta medida inmunizadas por los propios presupuestos y competencias cognitivas de estas especialidades. De ahí, el interés que ha guiado nuestra investigación: ¿Es la investigación en ética y filosofía realizada siempre de forma honesta?? ¿Afecta la cultura del “publica o perece” a estas áreas también, o podemos apreciar tendencias diferenciadas con respecto a otros campos de conocimiento?
Es más, la alta y activa implicación de los investigadores participantes, así como su enorme generosidad y sinceridad, ha permitido que afloren cuestiones de calado. Aspectos no sólo relativos a la percepción de la proliferación de conductas indeseables en los quehaceres científicos, sino también acerca de las prácticas de publicación y de evaluación científica imperantes en estas áreas. Todo ello ha sido compartido en un extenso informe titulado “Investigación en Ética y Filosofía en España. Hábitos, prácticas y percepciones sobre comunicación, evaluación y ética de la publicación científica”.
Una vieja construcción de Lleida fue reconvertida en hospital de campaña por el Ejército de la República durante la Batalla del Ebro, en cuyas paredes se conservan dibujos, garabatos y nombres de los militares que por allí pasaron.
Pintada con el nombre de Juan Romero en lo que fue un hospital de soldados republicanos en Soleràs.- MIQUEL ANDREU
ALEJANDRO TORRÚS
En el pequeño municipio de Soleràs, en la comarca de Les Garrigues, en Lleida, se ubica Casa Seró, una vieja construcción privada que durante la cruenta Batalla del Ebro fue reconvertida por el Ejército de la República en un pequeño hospital. La Guerra terminó, la II República desapareció y Casa Seró volvió a manos de sus propietarios.
Pero hubo un detalle, una habitación, que permaneció inmutable a lo largo de más de 80 años. En sus paredes se conservan dibujos, garabatos y nombres de los militares republicanos que pasaron por el improvisado hospital. Entre todas ellas se leía, escrito a lápiz, un nombre: Juan Romero.
Un nombre demasiado común que no aparecía en los registros. ¿Quién sería este Juan Romero? ¿Sería uno de los más de 140 personas que fueron enterrados en una fosa común tras fallecer en este hospital?
El periodista catalán Miquel Andreu, redactor en Som Garrigues, anotó el nombre y comenzó una búsqueda, pero no conseguía reunir información clara sobre ningún Juan Romero que hubiese pasado por el hospital de Soleràs. Pasaron varios años y Andreu volvió a introducir el nombre en Google.
Pared en Casa Seró con dibujos realizados por soldados republicanos. Está construcción fue un Hospital del Ejército republicano durante el conflicto bélico. /Imágenes cedidas a ‘Público’ por los propietarios de la casa
Esta vez sí había información de un Juan Romero. Este diario y Cordópolis informaban de que Juan Romero, de 101 años, era el último superviviente español vivo del campo de concentración nazi de Mauthuansen (del que ahora se cumplen 80 años de la llegada del primero grupo de españoles presos). ¿Sería este el Juan Romero que pasó por el hospital de Soleràs? Su biografía, recogida en Deportados.es, señalaba que había combatido en la Batalla del Ebro y que había sido herido.
«Me puse en contacto con la familia de Juan Romero gracias a Público y pude mandarle las fotos de las paredes. Su hija Janine y su nieta me confirmaron, tras hablar con Juan, que efectivamente esa era su firma y su letra«, explica a este diario Miquel Andreu. Romero, de 101 años y residente en Francia, ya no recordaba el nombre del pueblo en el que fue atendido tras caer herido. Solo que desde allí fue trasladado a Barcelona donde iniciaría un largo camino en el exilio que le llevaría al campo nazi de Mauthausen, donde ingresaría con el número 3799.
La habitación donde se encuentran las firmas está en la segunda planta de la Casa Seró, justo en el extremo donde el sol pega en los mediodía de invierno permitiendo una temperatura más templada. Su actual dueño Sergi Seró explica a Público que durante muchos años la habitación cumplió las funciones de corral y que desde niño su abuelo le explicó que aquellas firmas y aquellos dibujos pertenecían a soldados republicanos que habían sido atendidos en aquella misma casa durante la Guerra Civil.
Pared en Casa Seró con dibujos realizados por soldados republicanos. Está construcción fue un Hospital del Ejército republicano durante el conflicto bélico. /Imágenes cedidas a ‘Público’ por los propietarios de la casa
«Supongo que utilizarían esta habitación en invierno porque da el sol y se está mejor que en otras partes de la casa y que las pintadas y los dibujos a lápiz serían una forma de entretenerse y matar las horas muertas. Además de la firma de Juan Romero hay nombres de pueblos, dibujos y también otras firmas. Para mí era impensable que se pudiera identificar a una de las personas que estuvo aquí durante aquellos años», prosigue Seró.
Los días o semanas que Romero pasó en este lugar, a apenas unos kilómetros de un frente de batalla que acababa de decir la suerte de la guerra, sus últimos días de relativo reposo. El soldado de la 33 brigada del XV Cuerpo de Ejército fue trasladado a Barcelona y en febrero de 1939, junto con otras decenas de miles de personas, pasó a Francia por Puigcerdà. Pero la acogida de los franceses no fue la esperada, la II Guerra Mundial estaba a punto de estallar y el joven Juan Romero no podía ni imaginar lo que vendría por delante.
Las autoridades francesas internaron a Romero en el campo de concentración de Vernet d’ Ariège. Pero no duraría mucho. La II Guerra Mundial se avecinaba y Romero se unió a la Legión Extranjera para seguir combatiendo al fascismo en Europa.
Un año más tarde la Alemania nazi invadiría Francia y Romero fue hecho prisionero y trasladado al campo de prisioneros de guerra stalag III-A, desde donde fue deportado a Mauthausen un año después tras la negativa de Franco de reconocer como españoles a los exiliados.
Pared en Casa Seró con dibujos realizados por soldados republicanos. Está construcción fue un Hospital del Ejército republicano durante el conflicto bélico. /Imágenes cedidas a ‘Público’ por los propietarios de la casa
Es inevitable pensar en los paralelismos existentes entre las formas de protesta de las élites españolas y las élites venezolanas, sus gritos de “¡libertad!” o sus denuncias de “¡dictadura!” resonando en las calles de Caracas o Madrid
Marcha de protesta contra Maduro el 2 de Febrero del 2019 en Caracas. Foto: Alex Cabello Leyva (@ALEXCOCOPRO)
Las manifestaciones de estos días contra la gestión del Gobierno de coalición español han tenido su “zona cero” en el barrio de Salamanca de Madrid. Una revuelta de ricos que se produce en el barrio al que han ido a parar buena parte de los autodenominados “exiliados políticos” venezolanos de mayor poder adquisitivo. Esta Little Venezuela que marca la agenda mediática y política sobre lo que se publica y opina en España en relación con su país de origen pero que empieza también a participar en la política española, cada vez con más peso. La cara más visible es la del padre de Leopoldo López ejerciendo como eurodiputado del Partido Popular (PP), pero los vínculos entre la derecha española y la derecha venezolana no empiezan ni acaban en López Gil o el PP. Hay toda una red de relaciones no tan públicas, todavía por investigar, que extiende sus tentáculos por las altas esferas del poder económico y el poder mediático. Aunque también se encuentra a otros niveles, propiciada por la presencia creciente de una comunidad venezolana, mayoritariamente opositora, en contacto con la población española, que está situando en el imaginario colectivo la idea de una “Venezuela apocalíptica sumida en el caos por culpa de un gobierno dictatorial”. Una exageración, a todas luces, pero que se asume acríticamente ante la falta de contraste con otra versión. Para quienes conocemos la realidad venezolana, se trata de una disociación entre la realidad y la lectura política que, por desgracia, estamos empezando también a vivir en el Estado español. España va camino de ser Venezuela, pero quizás son las élites las que nos van a llevar a un clima político como el venezolano.
La escalada de tensión en las calles va in crescendo pues en muchos barrios obreros del Estado, y también en barrios acomodados, se ha decidido salir a contrarrestar las manifestaciones de la derecha y la ultraderecha españolista con consignas antifascistas y de defensa de la sanidad pública. Aunque estemos lejos de las guarimbas venezolanas, una estrategia de protesta callejera basada en levantar trincheras urbanas, impedir el paso de vehículos o la salida de vecinos de sus casas, que dejó un saldo de muertos a su paso, llegando a la aberración de quemar vivas a personas por ser chavistas, los primeros conatos de violencia ya se están produciendo y pueden ir a más. La derecha española se ha propuesto incendiar las calles y tiene en sus padres venezolanos una escuela. Es inevitable pensar en los paralelismos existentes entre las formas de protesta de las élites españolas y las élites venezolanas, sus gritos de “¡libertad!” o sus denuncias de “¡dictadura!” resonando en las calles de Caracas o Madrid. Para mayor inri, buena parte de los manifestantes que están saliendo para protestar al grito de “¡Sánchez vete ya!” y consideran que el Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de Unidas Podemos (UP) es una suerte de reencarnación del bolivarianismo que pretende, como expresaba el testimonio de un manifestante recogido el otro día en el Financial Times: “Acabar con España para convertirla en Venezuela”.
Paradójicamente, quienes más temen que España se convierta en Venezuela son los que nos están haciendo sentir estos días en Venezuela
Pero, paradójicamente, quienes más temen que España se convierta en Venezuela son los que nos están haciendo sentir estos días en Venezuela, copiando el comportamiento antidemocrático de la oposición venezolana, trayendo a este país el clima de confrontación en forma de “acoso y derribo” al que las élites latinoamericanas nos han acostumbrado en estos últimos años de gobiernos de izquierda y golpes de Estado en la región latinoamericano-caribeña. Una actitud que, cabe recordar, tiene raíces propias en la derecha hispana actual, heredera política directa de quienes dieron un golpe de Estado en 1936 contra el Gobierno de la II República, instauraron una dictadura de 40 años y, no contentos con el cambio gatopardiano en forma de “Transición a la democracia” que lograron instalar, se permiten hacer pataletas en la calle y chantajes en los despachos ante cualquier leve atisbo de cambiar la correlación de fuerzas existente en este régimen del 78.
Como sabemos, Venezuela se ha convertido en el coco al que acude la derecha y la ultraderecha española para recordarnos, cada dos por tres, lo mal que le puede ir a un país cuando opta por “elegir mal” en las urnas. Nos presentan una Venezuela apocalíptica, en una grave crisis económica y con altos grados de confrontación política, pero nunca nos explican los porqués de la foto fija. Mucho menos se dedican a informar con objetividad o, cuando menos, con un mínimo de ecuanimidad en el enfoque. Por tanto, los propietarios de los medios pero también los periodistas a su servicio, a un lado y otro del Atlántico, son responsables de la imagen distorsionada que buena parte de la población española tiene sobre la realidad venezolana. Pero también son responsables de ocultarnos información fundamental para entender el golpismo permanente que acosa a la Revolución Bolivariana desde sus inicios y cuyo último episodio recibe el título de Operación Gedeón.
‘Operación Gedeón’ o cómo se silencia el golpismo de las élites mundiales contra Venezuela
El pasado 3 de mayo de 2020 en las costas venezolanas del centro del país se produjo un acontecimiento que no recibió la suficiente cobertura de nuestros medios, pese a la gravedad de los hechos. El gobierno de los Estados Unidos, a través de una operación encubierta, intentó derrocar a un gobierno suramericano mediante el uso de las armas. Siguiendo el patrón de las intervenciones militares por delegación aplicado en años recientes sobre Libia y Siria, Washington tercerizó la ejecución del golpe en una compañía de mercenarios estadounidenses denominada Silvercorp USA, cuyo dueño es el veterano ex boina verde Jordan Goudreau. La lógica neoliberal de la subcontratación, una de las características de la guerra híbrida, fue llevada a la práctica en esta ocasión.
Decenas de hombres armados realizarían un desembarco en las costas de Macuto con el propósito de raptar a Maduro e instalar a Guaidó como presidente
Bajo el nombre de ‘Operación Gedeón’ (que hace referencia a un guerrero elegido por Yavé para liderar una “guerra de liberación” de Israel en el Antiguo Testamento), decenas de hombres armados realizarían un desembarco en las costas de Macuto (estado La Guaira, a 30 minutos de la capital Caracas) con el propósito de raptar a Nicolás Maduro e instalar al diputado Juan Guaidó como presidente de facto. La tropa llevaba semanas entrenándose en la Alta Guajira colombiana y mezclaba tanto a desertores militares venezolanos como a mercenarios estadounidenses contratados por Silvercorp. Desde una finca propiedad del narcotraficante colombiano Elkin Javier López, apodado “Doble Rueda”, salieron dos lanchas rápidas hacia Venezuela. Aunque intentaron un desembarco sigiloso en horas de la madrugada del 3 de mayo por Macuto, los cuerpos de seguridad venezolanos desmantelaron la incursión tras un combate.
El intento encalló, trascendió a los medios nacionales e internacionales y, rápidamente, el diputado Juan Guaidó se desmarcó. Indicó a través de sus redes sociales que se trataba de un montaje de Nicolás Maduro. Sin embargo, la hipótesis del autogolpe, que ya se había utilizado cuando el atentado con drones contra el presidente venezolano en agosto de 2018, duraría pocas horas. El mismo día, el ex boina verde Jordan Goudreau filtró un contrato firmado por Juan Guaidó y sus asesores más cercanos con la empresa Silvercorp USA. Se establecía un pago de 212 millones 900 mil dólares por los servicios de una incursión armada que concluiría, según cita el contrato, con la “eliminación del régimen de Nicolás Maduro” y la instalación de Guaidó. Goudreau alegó que el pago no se había realizado, aunque sí hubo un anticipo de 1 millón 500 mil dólares, por lo que decidió emprender la operación de forma apresurada. Luego, en un giro de 180 grados, y otorgándole beligerancia, Guaidó emitió un comunicado exigiendo que se respetaran los derechos humanos de los involucrados en la Operación Gedeón. Hasta ese momento, el diputado, autoproclamado jefe del Estado venezolano, había negado su conocimiento del contrato y su rúbrica en él. Días después, se vino abajo este argumento, pues uno de sus asesores más cercanos, el colombiano Juan José Rendón, confirmó en una entrevista que Guaidó efectivamente sí había firmado el contrato, confirmando su vinculación directa con la intentona golpista. El contrato firmado por Guaidó (y filtrado por Goudreau) estipulaba en sus cláusulas la persecución policial de las personas identificadas con el chavismo independientemente de su estatus, incluso “autorizaba” detenciones masivas, requisas a viviendas e instituciones y ataques armados, de ser necesario, contra quienes ofrecieran resistencia al golpe de Estado. Además, los mercenarios detenidos afirmaron que el objetivo de la operación era asesinar al presidente Maduro y confirmaron los vínculos del narcotraficante colombiano “Doble Rueda” y la libertad con la que realizaban los entrenamientos y preparativos en territorio colombiano.
Los gobiernos de Colombia y de los EE.UU. se vieron obviamente salpicados por las confesiones e informaciones que iban desvelando minuto a minuto el plan. Cada uno por su lado se desmarcó negando todo vínculo o conocimiento de la incursión, pero ya era demasiado tarde. A finales de marzo, EE.UU. había ofrecido una recompensa de 15 millones de dólares a quien suministrara información relevante o capturara a Nicolás Maduro, tras una imputación por narcotráfico encabezada por el Departamento de Justicia contra altos funcionarios del Estado venezolano, en un esfuerzo por apuntalar el relato de que Venezuela es un “narcoestado”. En los últimos meses, los funcionarios estadounidenses encargados de la política exterior hacia Venezuela han escalado su retórica agresiva. El secretario de Estado Mike Pompeo, ha insistido en reiteradas ocasiones en que “Maduro debe irse”. Por su parte, el afamado halcón Elliott Abrams, representante de EE.UU. para Venezuela, recalcó semanas antes del fallido golpe que si Maduro no aceptaba renunciar a su cargo, eso igual ocurriría pero de forma más “peligrosa” y “brusca”. Resulta difícil creer que el gobierno estadounidense no haya estado vinculado, dado que la incursión subcontratada a Silvercorp encaja a la perfección con los reclamos contantes de Washington sobre una salida abrupta de Maduro. Seguir leyendo LA VENEZUALIZACIÓN DE LA ULTRADERECHA ESPAÑOLA. ARANTXA TIRADO Y WILLIAM SERAFINO→
"Hombre de principios, no avasallaba con citas eruditas, ni rehuía el debate cuerpo a cuerpo. Así se ganó el respeto. No buscó honores. Espejo de muchos, pocos han seguido su ejemplo, aunque se le reivindica. La dignidad supone humildad, no se encuentra en Twitter, Instagram ni Facebook."
Poco sabemos de su vida privada. Supo distinguir los espacios en los cuales actuaba. No mezcló ni dio pie a fabulaciones. Maestro de instituto, historiador, republicano y militante comunista. Todo por vocación. Entendía la política como una responsabilidad ciudadana. Sus trincheras fueron muchas. El aula de clase, la alcaldía de Córdoba, el Parlamento andaluz, la Cámara de diputados, la dirección política en Izquierda Unida, el Partido Comunista y últimamente en El Frente Cívico y la Unidad por la República. En todas dejó huella. Su presencia no pasaba desapercibida. Sentía orgullo de ser comunista. ¡Yo soy rojo! Soy partidario de la revolución, de negar lo existente. Yo no asumo los valores del sistema. Soy un antisistema. Poseía una amplia cultura poética y literaria. Hombre de principios, no avasallaba con citas eruditas, ni rehuía el debate cuerpo a cuerpo. Así se ganó el respeto. No buscó honores. Espejo de muchos, pocos han seguido su ejemplo, aunque se le reivindica. La dignidad supone humildad, no se encuentra en Twitter, Instagram ni Facebook. Preguntado sobre su regreso a las aulas, renunciar a su pensión como diputado y pedir la suya como maestro de escuela, respondió: El que, al perder el coche oficial, sienta que ha perdido la vida, es un tonto químicamente puro. Un indigente moral y, si se me permite la palabra, un gilipollas.
De plante erguido, miraba de frente, sabía escuchar. Transmitía seguridad y convicción. Su autoridad no provenía de doctorados o matrículas de honor, radicaba en su coherencia, en sus argumentos. Ése era su poder. Decía de sí mismo: Soy un soñador. No practicó el oportunismo político, el insulto ni la mentira como arma política. Sobrio pero contundente. Y eso irritaba. Desnudaba las vergüenzas de adversarios y enemigos. Respecto al PSOE sentenció: “…es una izquierda de estampilla y va siempre detrás de la derecha”. En más de una ocasión dejó sin palabras a entrevistadores, contertulios o diputados. Le temían. Así, una élite política mediocre, sin principios, forjada alrededor de una derecha franquista y una socialdemocracia claudicante, buscó su descalificación, lo tildó de iluminado y quijote trasnochado. Sus enemigos, en campo propio y ajeno, no cejaron en ridiculizarlo. Bregó a contracorriente, se enfrentó con gallardía y salió victorioso.
Julio Anguita vivió la política en los años 70 del siglo pasado. La guerra fría era el contexto. Un mundo convulso. La represión franquista y la transición. Los pactos de la Moncloa, las primeras elecciones generales, la Constitución de 1978. Los golpes de Estado en América Latina y la primera crisis del petróleo, mostraban un capitalismo en transformación. Los 80 tampoco fueron buenos para la izquierda. El neoliberalismo se imponía en Europa. No importaba si era François Mitterrand, Margaret Thatcher o Felipe González. Olof Palme, la conciencia crítica de la socialdemocracia, era asesinado el 28 de febrero de 1986. En Estados Unidos gobernaba Ronald Reagan. La guerra de las galaxias y el anticomunismo. En 1989 caía el muro de Berlín y en 1991 se disolvía la Unión Soviética. En Italia, el PCI se inmolaba. ¿Cómo seguir siendo comunista si se anunciaba el fin de la historia?
En el ocaso del siglo XX se acuñó la idea de derrota política e ideológica de la izquierda. Anguita se reveló. Devolvió la ilusión a la izquierda. Mantuvo el proyecto anticapitalista, se enfrentó a los detractores, defendió la democracia como parte del programa y luchó contra la corrupción. No tuvo reparos en subrayar que pedir más democracia dentro del capitalismo es como pedirle a un tigre que se haga vegetariano.
En España, el PSOE gobernaba desde 1982, había ingresado a la OTAN, aprobado Maastricht y el quinto centenario del descubrimiento, era política de Estado. Pero Felipe González y sus gobiernos entraron en barrena. Sus escándalos destaparon corrupción: el caso del director general de la Guardia Civil, Luis Roldán; enriquecimiento ilícito: las cuentas secretas del gobernador del Banco de España, Mariano Rubio; el terrorismo de Estado: los GAL, y el tráfico de influencias de Juan Guerra, hermano de Alfonso, trajo su renuncia a la vicepresidencia del gobierno. Aznar ganará las elecciones de 1996, con su ¡Váyase, señor González! Anguita busca salidas y hace más fuerte a Izquierda Unida. Tras un primer infarto en 1993, en 1998 fue operado de urgencias, pero sigue bregando. Su figura se agranda. Pero, a punto de las elecciones generales de 2000, a fines de 1999, sufre un tercer infarto; deberá renunciar a su candidatura. Supuso un terremoto en la izquierda política y social. La traición fue ocupando el vacío político que dejó Anguita. Tal vez la más sonada: Rosa Aguilar, la alcaldesa de Córdoba. Escuchó el llamado del PSOE, ocupó la Consejería de Justicia e Interior con Susana Díaz, y fue ministra de Medio Ambiente con Zapatero, hoy en la irrelevancia política.
Tras la muerte de Julio Anguita, un vecino, bancario, economista y demócrata, me envió el siguiente mensaje: “Julio Anguita es un referente para los que sin ser de izquierdas nos hemos encontrado en la izquierda a fuerza de los empujones de la derecha fascista… si teníamos alguna veleidad anarquista…él nos la ha sabido conducir por la praxis de la coherencia y la ética”. Ése es el legado político de Julio Anguita, ganarse la confianza desde su honestidad y coherencia. Ese don no está al alcance de cualquiera, no se compra en Amazon. De forma espontánea, muchos cordobeses, se acercaron a su ayuntamiento donde se velaba el cuerpo de su ex alcalde, le brindaron el mejor homenaje posible: 22 minutos de aplausos. No hay palabras. La tarea es difícil: ser como Julio Anguita, un maestro que enseñaba con el corazón.
La Secretaría Ejecutiva de la Red en Defensa de la Humanidad (REDH) lamenta el fallecimiento del líder comunista español Julio Anguita acaecido hoy. Anguita, aunque retirado de la primera línea política por motivos de salud, siguió siendo un incansable militante de base en la trinchera de la emancipación humana. En su calidad de secretario general del Partido Comunista de España (PCE) y coordinador general de Izquierda Unida (IU) mantuvo estrechos vínculos con los procesos revolucionarios de América Latina y el Caribe. Siempre tuvo un posicionamiento antiimperialista en el análisis de estos procesos, junto a un apoyo crítico que nunca ocultó, producto de su pensamiento comunista, su internacionalismo y su compromiso con las causas de todos los pueblos en lucha. Su preocupación por construir desde la base herramientas organizativas que ayudaran a tomar conciencia de la necesidad de transformar el sistema político y económico, su defensa del estudio para la liberación de los desposeídos, de la cultura en sentido amplio, así como su ejemplo ético, son parte del legado que Anguita deja para la posteridad.
¡Que la tierra te sea leve, compañero Julio Anguita!
Secretaría Ejecutiva de la Red en Defensa de la Humanidad (REDH)
A cambio del crimen, los asesinos recibieron 500 pesetas y ascensos
Han tenido que transcurrir nada menos que 80 años – ¡casi un siglo! – para lograr que los rostros de los asesinos de Federico García Lorca hayan sido identificados y, por fin, sus nombres sean conocidos . Un guardia civil, tres guardias de asalto, dos policías y un fascista exaltado, fueron los sicarios que acabaron con su vida. Ya se conoce cuales fueron sus biografías, que revelan que no sólo acabaron con la vida de Lorca, sino también con la de otras muchas víctimas. El autor de la investigación, Miguel Caballero, descubrió a través de un arduo su trabajo de investigación, la identidad y el rostro de los asesinos de nuestro insigne poeta.
MIGUEL CABALLERO PEREZ (*)
Desde que Gerald Brenan iniciara el camino hace ya décadas, numerosos investigadores (Penon, Vila San Juan, Couffon, Auclair, Molina Fajardo y, finalmente, Gibson) han tratado de desentrañar las claves de la muerte de García Lorca.
De todos, quien más y mejor ha documentado algunas de las incógnitas que rodean ese crimen ha sido el granadino Eduardo Molina Fajardo, quien en su libro Los últimos días de García Lorca aporta datos fundamentales sobre los postreros momentos del poeta y el lugar de su ejecución. Aparte de que nadie le negó en Granada ningún documento en razón de su posición social, Molina contó con importantes testimonios orales de personas que intervinieron en los hechos y los describieron con la confianza de contárselo a un viejo camarada de Falange Española, director del diario «Patria».
De este modo pudo recoger los relatos de varios falangistas: José María Nestares, capitán y jefe del sector militar donde se produjo el crimen; Joaquín Espigares Díaz, agricultor y panadero de Víznar, jefe de Centuria de Falange en dicha zona; Pedro Cuesta Hernández, agricultor y jefe de escuadra de Falange, que fue durante años el alcalde del pueblo granadino de Güevejar y que custodió el edificio donde el poeta paso su ultima noche y, asimismo, del masón granadino, que el investigador esconde tras las siglas A.M.de la F., detenido junto al poeta.
También colaboró el hijo de Nestares, Fernando, que entrevistaría a un desganado y reticente Ruiz Alonso. Una de las virtudes fidedignas de estas declaraciones es que fueron hechas en distintas épocas y fechas –pues cuando Molina Fajardo habló con los diversos testigos, – éstos no mantenían ningún tipo de relación entre sí y ni se habían tratado entre ellos desde el final de la Guerra Civil– y que son coincidentes en las circunstancias y hechos.
Partiendo de ahí, mi investigación consistió en comprobar documentalmente los mencionados testimonios, labor que realicé durante varios años, cotejando multitud de documentos oficiales y consultando numerosos archivos. Así quedó demostrado que las confesiones recogidas por Molina tienen un alto grado de verosimilitud. y que sus autores no mintieron cuando los entrevistó. Sin embargo, el prematuro fallecimiento del periodista dejó pendiente la identificación certera de los autores materiales de la muerte de García Lorca, aunque me dio las pistas necesarias, con ciertas confusiones, para poder llevarla a término. Y a este empeño he dedicado buena parte de mi labor, de la que puede servir de ejemplo el proceso que condujo a identificar al jefe del pelotón asesino: Mariano Ajenjo.
Molina afirma que los ejecutores formaban parte de una escuadra destacada en el sector de Víznar, perteneciente a la 30ª compañía de la Guardia de Asalto, con base en Granada, al mando de un cabo que identifica como Mariano Asenjo y natural del pueblo granadino de Jun. A partir de ahí, inicié una laboriosa búsqueda, sin ningún éxito, entre las personas mayores de esa localidad que pudieran conocerle y en el cementerio. Sin embargo, tuve mejor suerte con los libros del Registro Civil y encontré la partida de su matrimonio, en 1915, con una mujer de Jun, lo que demostraba que se llamaba Mariano Ajeno Moreno y era natural del pueblo toledano de Huerta de Valdecarábanos. Conocido su verdadero y completo nombre, procedí a comprobar si había sido guardia de asalto y, tras confirmarlo con su familia, una consulta de su propio expediente personal, conservado en la Dirección Geneal de Policía, demostró inequívocamente que era el jefe del pelotón que asesinó a Lorca en la fecha en que fue fusilado el poeta, en la madrugada que va del día 16 al 17 de agosto.
ANTONIO BENAVIDES, presumía de haber sido el que mató a Lorca.
Pesquisas semejantes me llevaron a descubrir y comprobar la identidad de los restantes miembros del grupo que acabó con la vida del poeta, así como la de quienes le condujeron de Granada a Víznar y le vigilaron en sus últimas horas.
Cabe añadir que las lápidas de los cementerios, convenientemente rastreadas, me aportaron indicios clave para poner rostro y seguir la peripecia, tras la Guerra Civil, de los asesinos de Lorca y de otras tantas personas inocentes que reposan forzosamente en las fosas de Víznar y Alfacar.
Asimismo, conservo un listado oficial bastante completo de los participantes en aquellas matanzas selectivas, ocurridas entre julio y diciembre de 1936, período álgido por el número de asesinatos. Los verdugos, unos voluntarios y otros forzados, recibieron un premio en metálico de 500 pesetas y un ascenso en el escalafón del cuerpo de la Guardia de Asalto y Seguridad, posteriormente conocida como Policía Armada y de Tráfico.
(*) MIGUEL CABALLERO PÉREZ, es autor del libro Las trece últimas horas en la vida de García Lorca, Madrid, editorial La Esfera.
Mientras la culta Europa mira hacia otro lado, miles de subsaharianos mueren ahogados en las aguas de un mar cuya historia está cargada de acontecimientos. Tres civilizaciones, dirá Braudel, han confluido en su articulación política, dando vida a personajes, proyectos de dominación y desencuentros. Ha sido campo de guerras, de control imperial. Ha enfrentado a Occidente, Roma y Grecia, cristianos, ortodoxos, y musulmanes. Hoy, es un cementerio de indigentes. La aporofobia: miedo, rechazo, aversión a los pobres se apodera de las clases dominantes de la Europa mediterránea. Miles de emigrantes viven una tragedia, huyen del hambre, la tortura, guerras civiles, canallas, operaciones humanitarias organizadas por la OTAN y los países civilizados, Libia sin ir más lejos. Ingenuos, piensan ser recibidos con los brazos abiertos, tal y como reza el nombre de uno de los barcos que los ha recogido en alta mar: Open Arms. Sin embargo, no son bienvenidos por los gobiernos y autoridades. Provienen de una patera, no de yates o cruceros que hacen la ruta turística por un Mediterráneo donde todo es maravilloso. De ser sus ocupantes los damnificados nadie recriminaría la acción de salvamento. Pero los sobrevivientes son pobres, sus historias irrelevantes. No pertenecen a la beatiful people, ni beben champagne, ni poseen generosas cuentas bancarias. Deberían haber muerto, no tienen derecho a una vida digna. Constituyen un problema. El mismo que hoy enfrenta el barco fletado por Médicos sin Fronteras y SOS Mediterranée Ocean Viking, con trescientos cincuenta y seis personas rescatadas a bordo. No tiene donde atracar. Sus ocupantes son apestados. Para justificar su rechazo se les estigmatiza, si se les acoge otros vendrán a continuación, produciéndose un efecto llamada. Hay que ser inflexibles. Su destino es ahogarse o la repatriación.
Esta Europa cuna del renacimiento, orgullosa de practicar los derechos civiles y las libertades públicas, con un Parlamento y tribunales que velan por el mantenimiento y respeto de los derechos humanos, discrimina entre náufragos ricos e inmigrantes pobres. Sus fragatas vigilan para evitar la llegada de indeseables, dicen defender el derecho internacional y occidente. No hay trabajo, primero los nuestros. Fomentan el miedo y el racismo. Los rescatados son pobres, constituyen un peligro. Se convierten en inmigrantes ilegales, potenciales asesinos, ladrones, agentes del islam. Si por un casual, alcanzan las costas son confinados en centros de acogida, verdaderas cárceles. Se les insulta, desprecia y acusa de mentir. Vienen a perturbar la paz, pobres de solemnidad, negros y musulmanes.
El ex vicepresidente mundial de Coca Cola, anterior director en España, diputado y miembro de la ejecutiva de Ciudadanos, el más acaudalado de los trescientos cincuenta legisladores, Marcos de Quinto se refirió a los rescatados por el Open Arms como “bien comidos pasajeros”. VOX pide la incautación del barco y acusa a la ONG Proactiva de “favorecer la inmigración ilegal”, “uso fraudulento de las leyes del mary complicidad con las mafias internacionales del tráfico de personas”. El Partido Popular, acusa al gobierno de improvisación, favorecer el efecto llamada y alentar a las mafias. Más de lo mismo. En Italia, Matteo Salvini, en Francia Marie Le Pen, despliegan los mismos argumentos. Hay acuerdo, practican la aporofobia.
Han destruido países con guerras canallas, pero eluden responsabilidades. La crisis del barco Open Arms, como la crisis del Aquarius en 2018 y ahora Ocean Viking, demuestra como las vidas humanas y el rescate en alta mar pasa a segundo plano. Todos se tiran la pelota. A Italia le vienen bien los exabruptos xenófobos y racistas de su Ministro de Interior Matteo Salvini. El barco podía haber atracado, pero se esperó diecinueve días. Se jugó con la desesperación de los sobrevivientes. Mientras, España deshojaba la margarita. Todos criticando al gobierno y el gobierno criticando a Italia. Italia denunciando a la Unión Europea y la derecha sacando partido. Poco importa el sufrimiento de personas que han sido torturadas, violadas, con familias asesinadas y quemadas en su presencia. Sólo en 2017 se ahogaron 2.835 personas cuando intentaban cruzar el mar desde Libia, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones.
Desde Libia o Sudán, la historia es recurrente. Así relata a Médicos Sin Fronteras, un joven de 16 años, su experiencia antes de ser rescatado: “Salí de Sudan después que un grupo armado matara a mi padre (…) Tardé siete días en cruzar el Sahara (…) Traté de cruzar dos veces pero fui capturado por la Guardia Costera de Libia (…) Estaba en Tayura cuando el Centro de detención fue bombardeado. Mucha gente murió. Logre escapar (…) puedes ver las cicatrices en los pies. Corrí descalzo por las llamas (…) quiero ir a Europa; donde se respeten los derechos humanos, donde me traten como un ser humano y donde pueda encontrar trabajo…” Y Yuka Crickmar, técnica de Asuntos Humanitarios de MSF remata: “Cada persona con la que he hablado ha sido encarcelada, ha sufrido extorsión, ha sido forzada a trabajar en condiciones de esclavitud o tortura. También he visto las cicatrices (…) al mirarles a los ojos queda claro por lo que han pasado estas personas. Me decían que estaban listas para morir en el mar, en lugar de pasar otro día más sufriendo en Libia”.
Son pobres, existen para ser explotados y extraditados al infierno. No han ganado el primer millón de euros en YouTube, ni son influencers. ¿Para qué rescatarlos? Esta es la verdadera Europa humanitaria. No nos engañemos.
El pasado 26 de mayo, finalizó un largo ciclo electoral que ha dejado a Unidas Podemos (UP) como la gran derrotada. Una vez realizadas las valoraciones por parte de sus máximos líderes, la sensación de haber pasado por alto las cuestiones esenciales del porqué de tan malos resultados, han llevado a relevantes referentes de UP, como Manuel Monereo, a hablar de un vacío estratégico en dicho espacio.
Los líderes de IU y Podemos esgrimieron argumentos relacionados con la falta de unidad y recurrieron a factores mayormente exógenos para explicar la derrota. A pesar de que la izquierda, si algo tenemos ahora, es tiempo, no parece probable que se abra un debate estratégico sobre los problemas que arrastramos y que se manifestaron ya el 26 de junio de 2016.
La derrota de los Ayuntamientos del cambio y la difícil relación con las periferias urbanas
La derrota de las Ciudades del cambio, es probablemente el hecho político de mayor transcendencia que haya sufrido el espacio articulado en torno a UP. La pérdida de los Ayuntamientos del cambio lo es también de muchas de las expresiones municipalitas más originales, así como un duro golpe para los discursos de gestión, con las que UP pretendían presentarse a la sociedad con una imagen de gobierno y solvencia técnica.
Con la excepción de Valencia (Compromis) y Cádiz (Adelante Andalucía), las que fueron las joyas de la corona del primer Podemos, se han perdido principalmente por la desmovilización de voto proveniente de los barrios obreros.
Los casos de Madrid y de Barcelona son paradigmáticos en este sentido, donde distritos emblemáticos como los de Puente Vallecas (Madrid) o Nou Barris (Barcelona) han protagonizado junto a otros barrios periféricos, un aumento de abstención y desafección electoral hacia la izquierda, que contrastan con las mejoras electorales experimentadas por Más Madrid y Barcelona en Común en barrios de clases medias.
Derrota que sitúa a la izquierda española ante la constatación de su difícil relación con las realidades que emanan de las periferias urbanas, que de no superarse, puede relegar a la izquierda española a una situación de irrelevancia similar a la de otros países europeos como Italia.
No se nos ve muy diferentes al PSOE
El PSOE ha ganado con una estrategia muy sencilla: poralizarse con la derecha para neutralizar a la izquierda, no mucho más. En España, los problemas de fondo que nos llevaron a la crisis en 2007 siguen intactos, pero no se ven salidas, las cuales no son percibidas como posibles y cuya representación política no acaba de verse como real. En esa situación, el Secretario General del PSOE aparece como un mal menor en el que se desea confiar y al que, esperanzadamente, desean que acierte.
Pero lo más importante no estaría tanto en lo electoral como en lo político. Y es que los temas y el discurso de UP, no son vistos por una mayoría social como sustancialmente diferentes a los del PSOE, siendo en estos momentos el programa de Zapatero el programa máximo de la izquierda, incluso para Unidas Podemos, programa que podría resumirse en cuatro ideas: frenar a la derecha, PSOE, Constitución y Europa; ideas que para UP son hoy asumibles. Algo que no deja de sorprender, si tenemos en cuenta que fue precisamente contra ese Gobierno, el de Zapatero, contra el que se levantó el movimiento 15-M.
El programa socialdemócrata de Estado de bienestar más derechos humanos, es asumido como propio por UP, que con el viraje –retórico- de la socialdemocracia europea hacia el ecologismo, el multiculturalismo y el feminismo, deja sin mucho espacio a una UP que aparece como un mero corrector moral o cuantitativo del original socialista.
La falta de respuesta ante los nuevos problemas
Esta “convergencia” en los temas a tratar olvida, lo que en expresión del periodista Esteban Hernández, serían “los nuevos problemas”, es decir, el conjunto de problemas ligados con la “desigualdad”, en el que se encuadran los llamados “perdedores de la globalización”.
Las consecuencias de la crisis y las mutaciones del capitalismo contemporáneo (digitalización y financiarización), están generando un cambio de valores en nuestras sociedades, que suponen una ruptura con la idea de futuro. Para Esteban Hernández, “la sensación de un futuro que traería progreso en todos los sentidos, ha sido sustituida por la conciencia de deterioro, de caída, de pérdida de control de nuestras vivas, de declive”, apareciendo fenómenos de conflicto social que desbordan a la izquierda como los chalecos amarillos en Francia, o la creciente conflictividad en la España vaciada, regiones donde UP ha sido barrida, excepción hecha de Zamora en el caso de IU. Seguir leyendo UNIDAS PODEMOS. ¿POR QUÉ HEMOS PERDIDO? EDDY SÁNCHEZ→
Entrevista al cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero sobre el desafío ante los conservadores
El académico español más relacionado con América latina habla de Macri, de la influencia que tienen los grandes medios y también de la que carecen, del realismo y de la necesidad política de arriesgar.
Juan Carlos Monedero. Imagen: Guadalupe Lombardo
Politólogo y político, profesor de la Universidad Complutense y cofundador de Podemos, este madrileño de 55 años es uno de los investigadores europeos más vinculados a temas latinoamericanos. Pasó por Buenos Aires invitado por la Universidad de Quilmes y con actividades en el Centro Cultural de la Cooperación y en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo.
Hace un año la principal agrupación de la izquierda española presentó la primera moción de censura para que el Congreso de los Diputados le retirase la confianza al entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy, del derechista Partido Popular. El 1ª de junio último otra moción de censura terminó con Rajoy, referente internacional de Mauricio Macri, y puso en la Moncloa al socialista Pedro Sánchez.
–Nosotros teníamos grandes intuiciones y, sobre todo, la firme voluntad de que Rajoy terminara -dijo Monedero en diálogo con Página/12.
–¿Y él imaginaba que su fin era posible?
–Rajoy estaba metido en la estrategia de la impunidad, en la que llevaba casi 15 años. Controlaban los espacios más relevantes de la Judicatura, el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo. Pensaban que todo eso sería una garantía. Me gustaría insistir en algo, también para la Argentina: nunca tienen todo el poder. No tienen todos los jueces, no tienen todos los fiscales.
–No logran concretar la vieja ilusión del control total.
–Dentro del marxismo hay una discusión. Las explicaciones muy estructuralistas toman al pie de la letra aquello de que el poder es el consejo de administración de los intereses de la burguesía y que es un ente cerrado que siempre obra a mayor gloria de las minorías. Pero no son explicaciones verdaderas. Ni el poder es uno, ni es el capital es uno, ni todo está tan organizado, y también se equivocan, y no lo controlan todo… A veces les regalamos un poder que no tienen. Una parte de nuestras sociedades democráticas existen por nuestras victorias. Cuando uno hace un discurso muy negativo o muy oscuro está renunciando a su parte de victoria.
–¿A qué parte de victoria renunciaría, por ejemplo?
–A los derechos laborales, al derecho al voto, la universalidad de la ley, el derecho a la manifestación y a la huelga, el derecho a reunirse, el derecho a la comunicación… Hay una serie de cuestiones que no perdimos. Yo entiendo que ahora mismo la Argentina está bajo riesgo. Y es obvio que la Junta Militar, con la excusa de la lucha contra la insurgencia, dinamitó el Estado de Derecho. Y es verdad que este gobierno quiere dinamitar todo lo que significó el kirchnerismo. Pero eso no quiere decir que les vaya a salir. No es cierto que estemos como en la dictadura. Es verdad que los principales diarios mienten y son empresas de comunicación al servicio del poder. Pero no es verdad que tengan toda la comunicación, que controlen toda la Internet, o que no exista PáginaI12. Con los discursos apocalípticos a veces estamos invitando a la resignación. Alguna izquierda cree que es más profunda y astuta cuando hace análisis muy pesimistas. En el fondo queda como rehén del enemigo.
Los miles de ejemplares sin vender del último Diccionario de la RAE, publicado en 2014 por Espasa, revelan los problemas de un sector que publica 86.000 títulos al año
Interior de una nave de la distribuidora editorial Antonio Machado, en Boadilla del Monte (Madrid). CARLOS ROSILLO
Es habitual en España que las librerías no dispongan de ejemplares editados apenas unos meses antes. Esos títulos han vuelto al almacén para ser destruidos, saldados o, en menor medida, guardados, si el editor lo decide. Según el último dato oficial del gremio de editores, de 2016, el 29,4% de los ejemplares impresos para las librerías vuelven al almacén, un dato que libreros, editores y distribuidores, elevan hasta casi un 40%. Es decir, de 100 ejemplares se venden 60 como promedio.
Un caso reciente que revela el desajuste en el funcionamiento del sector ha sido el del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE). En su última edición en papel, la de 2014, Espasa puso en el mercado 50.000 ejemplares. La consultora GFK, que ofrece a sus socios cifras confidenciales que engloban el 90% de los puntos de venta incluida Amazon, señala que solo se ha vendido en total unos 18.000 volúmenes. Las cifras de CEGAL, el gremio de libreros, son más escuetas: 6.682 ejemplares vendidos en 700 librerías independientes más La Casa del Libro y los Vips. “Un 60% es una cifra altísima de devoluciones. Seguramente en la editorial hicieron un cálculo muy malo, el 30% de devolución es un dato alto y este supera esa media. Los libros que van y vienen tienen un coste. Los libros tienen que moverse lo menos posible”, asegura Juancho Pons, presidente del gremio de libreros. En España, se editaron 224 millones de libros de 86.000 títulos —entre ellos, unas 30.000 novedades—, según los datos oficiales de 2016 de la federación de editores.
Mucho falta por investigar acerca de la historia y la cultura durante medio siglo de República neocolonial. Sabido es que la expansión del latifundio azucarero a la región oriental del país profundizó la deformación estructural de la economía cubana.
En Problemas de la nueva Cuba, estudio elaborado por especialistas norteamericanos en 1934, después de las jornadas revolucionarias que siguieron el derrocamiento de Machado, se advertía el peligro potencial de estallidos sociales derivados de ese panorama. Un análisis realizado por encargo del presidente Carlos Prío Socarrás, casi en vísperas del golpe perpetrado por Fulgencio Batista, revelaba que la crisis latente se había agudizado.
El concepto de cultura incluye la creación artístico-literaria. Abarca, además, el extenso e impalpable territorio de la espiritualidad humana, con las tradiciones, costumbres, valores y una memoria transmitida por las vías formales implementadas por el sistema de educación y aquella otra que se construye a través de la comunicación oral y constituye nutriente esencial de los sueños y de las expectativas de vida.
Conocí a Ramón Chao gracias a Lilia Esteban; ambos honraban, junto a Alejo y Felisa, una larga y probada amistad. Tuve la dicha de fundar con Lilia el entonces Centro de Promoción Cultural Alejo Carpentier, allá por 1982 si mal no recuerdo. Coincidí con Ramón durante sus viajes a Cuba con motivo de los tres grandes coloquios internacionales que organizamos dedicados a la obra del novelista cubano más importante de todos los tiempos, y durante alguna que otra edición de la Feria del Libro de La Habana. También nos encontramos dos o tres veces en París, particularmente en 2003. Recordaré siempre sus manifestaciones de lealtad a Cuba en los momentos más difíciles de la Revolución, y las pruebas de su amistad personal, ajena a los vaivenes de la vida y a las intrigas de los advenedizos. No hubo mensaje ni carta que le enviara que no recibiera cálida respuesta. La noticia de su muerte no me sorprendió, pero sí me entristece enormemente. Hay demasiados buenos amigos a punto de partir o diciéndonos adiós. La vida no debiera ser de este modo.
Ramon Chao, posa en París el 17 de junio de 2008.ULF ANDERSENGETTY IMAGES
El periodista, escritor y músico gallego Ramón Chao falleció el pasado domingo en Barcelona a los 82 años de edad.
Supe de la extraordinaria trayectoria de Ramón Chao en los años setenta, cuando ambos colaborábamos en el semanario Triunfo. Cargaba con cierta leyenda: el expatriado gallego instalado en París, con una sólida formación cultural. Cosa insólita, Ramón no ejercía de francófono militante. Su primer libro, en la colección Los Juglares de Ediciones Júcar, trataba sobre el cantautor Georges Brassens, del que revelaba algunos detalles inconvenientes.
Ya en los ochenta, con la floración de seminarios y conferencias por todo el país, coincidimos en numerosas ocasiones. Se reveló como un magnífico conversador, que se deleitaba con las paradojas de la vida: como pianista, fue algo así como un niño prodigio; becado por su paisano, Manuel Fraga, viajó a París para ampliar sus estudios con Nadia Boulanger. Los rumores sobre cierta intimidad con el dragón franquista le hicieron un hombre sospechoso entre los círculos del PCE. Pronto comprenderían que su interés por la Unión Soviética era genuino: aprendió ruso, lo suficiente para leer y hablar un idioma que solía resistirse a los españoles.
No presumía de sus relaciones, pero de repente soltaba anécdotas sobre Mario Benedetti o Mario Vargas Llosa, colegas en Radio Francia Internacional. En algún momento, también hablaba de la pasión musiquera de dos de sus hijos, Antoine y Manu Chao. Le hacían gracia hasta los nombres de sus grupos: los Hot Pants, Chihuahuas, Los Carayos.
Se trataban de bandas más o menos punk con querencias hispanas, que pronto se colaron en los ambientes rockerosdel barrio madrileño de Malasaña. Una canción, Mala vida, se convertiría en himno underground, dando nombre a locales y recopilaciones discográficas, para asombro de Ramón.
Mala vida pasaría al repertorio de Mano Negra, verdadera levadura para la concienciación del rock en Europa y América. Ramón Chao entendió que aquello era más que un capricho juvenil. Se apuntó a acompañar a los hermanos en su gira por tierras colombianas, dónde se desplazaban en tren, como cualquier circo. Con muchas precauciones: Manu prohibió el uso de drogas, para evitar disgustos con las autoridades.
El libro resultante, Mano negra en Colombia: Un tren de hielo y fuego (1992), reflejaba su paradójica posición como el adulto en la expedición y las peculiaridades de aquella tierra, donde soldados y guerrilleros declaraban una tregua implícita y podían coincidir viendo a Mano Negra en directo. Soldados eran, explicaba Ramón, los que no pudieron esquivar el servicio militar; en la guerrilla se pagaban mejores sueldos.
Cuba era asunto prioritario para Ramón. Su padre había vivido en la Isla Grande y resultaba seductor tanto lo que contaba como lo que parecía sugerir: la tierra de las míticas mulatas. Su amistad con Alejo Carpentier, entonces consejero cultural de la Embajada de Cuba en Francia, le facilitó la introducción en la zona alta de la música y la literatura del Caribe.
Solo o en compañía de Ignacio Ramonet, publicó textos beligerantes sobre Cuba y la globalización. Soportaba con resignación la onda expansiva de la cultura de la fama: en más de una ocasión, le presentaron como hermano -¡e incluso hijo!- de Manu. Tras jubilarse, se sintió liberado y se permitió caprichos simbólicos: cubrió su cuerpo de tatuajes. Bromeaba al respecto: “ya estoy más pintado que Manu. ¡Soy el verdadero hombre ilustrado!”.
Fomento ha construido en una aldea de Lugo una infraestructura donde los trenes no pararán
En aquel tiempo en el que España planificaba urbanizaciones y polígonos industriales por doquier, en el municipio gallego de O Páramo (Lugo), de menos de 1.500 habitantes, se anunció la llegada del AVE con todas sus bendiciones. El Ministerio de Fomento decidió en 2002, con el PP en el Gobierno, construir allí una estación de tren, la primera en la historia de este pequeño ayuntamiento, como parte de la prometida línea de alta velocidad entre Ourense y Lugo y para sustituir a la antigua parada que partía en dos desde 1878 la vecina localidad de A Pobra de San Xiao (Láncara). El lugar elegido para el flamante edificio fue Moscán, la aldea de quien entonces y ahora es el alcalde de O Páramo, el popular Gumersindo Rodríguez Liz, que lleva 35 años agarrando con fuerza el bastón de mando. Y encaramándose también a esa ola de ilusión y progreso, el entonces presidente provincial de su partido y de la Diputación de Lugo, Francisco Cacharro Pardo, ya fallecido, proclamó que allí mismo su institución ejecutaría un gran parque empresarial.
El pasado 10 de agosto el Medio español El País tituló en su portada digital: “Las voces de la tortura en Venezuela” acompañada de una foto en la que se ve un joven con su rostro 2/3 de su cabeza vendada.
Al título le acompañaba el subtítulo: “Cuatro víctimas relatan el trato cruel y los abusos de las fuerzas de seguridad mientras estaban detenidos por protestar.”
El trabajo “periodístico” está firmado por una joven venezolana: Maolis Castro.
Al ir hacia el desarrollo de la nota se podrá notar la permanencia del título junto a su subtítulo. Comenzando nota con un video titulado: Venezuela: “La ONU denuncia violaciones de derechos humanos.” Que no entraremos a analizar aquí, pero que comienza curiosamente con una frase muy particular: “entrevistas realizadas a distancia”. Como podrán notar, Título-Subtítulo+Video, se está utilizando una técnica de manipulación que podríamos definir como Asociación. Al asociar título-subtítulo (que insinúa Dictadura) junto al video (ONU, que reconoce actuar de lo que se insinúa).
Si bien la nota “periodística” no señala en ningún momento palabras claves como “Dictadura” o “Régimen”, en el fondo ya lo está dando a entender con su título, subtítulo y foto del supuesto “torturado”.
Si tuviéramos que ponerle un nombre a la técnica utilizada para comunicar, sería lo que en las técnicas visuales se denomina: Reticencia. Técnica definida por D. A. Dondis, en La Sintaxis de la Imagen: “es una aproximación de gran comedimiento que persigue una respuesta máxima del espectador ante elementos mínimos.” Seguir leyendo CÓMO SE CONSTRUYE UNA MENTIRA SOBRE VENEZUELA. NIKOLAS STOLPKIN→
“Y se empeñaba en repetir lo mismo: “Esto no es como en una guerra… En una batalla tienes el enemigo delante… Aquí, el peligro no tiene rostro ni horario”. Se negaba a tomar somníferos o calmantes: “No quiero que me agarren dormido o amodorrado. Si vienen por mí, me defenderé, gritaré, tiraré los muebles por la ventana… Armaré un escándalo…” Alejo Carpentier, La consagración de la primavera
1. Es indudable que Nicolás Maduro no es Allende. Tampoco es Chávez. Pero los que dieron el golpe contra Allende y contra Chávez son, y eso también es indudable, los mismos que ahora están buscando un golpe en Venezuela.
2. Los enemigos de tus enemigos no son tus amigos. Puede no gustarte Maduro sin que eso implique olvidar que ningún demócrata puede ponerse al lado de los golpistas que inventaron los escuadrones de la muerte, los vuelos de la muerte, el paramilitarismo, el asesinato de la cultura, la operación Cóndor, las masacres de campesinos e indígenas, el robo de los recursos públicos. Es comprensible que haya gente que no quiera ponerse del lado de Maduro, pero conviene pensar que en el lado que apoya a los golpistas están, en Europa, los políticos corruptos, los periodistas mercenarios, los nostálgicos del franquismo, los empresarios sin escrúpulos, los vendedores de armas, los que defienden los ajustes económicos, los que celebran el neoliberalismo. No todos los que critican a Maduro defienden esas posiciones políticas. Conozco gente honesta que no soporta lo que está pasando ahora mismo en Venezuela. Pero es evidente que del lado de los que están buscando un golpe militar en ese país están los que siempre apoyaron los golpes militares en América Latina o los que priman sus negocios por encima del respeto a la democracia. Los medios de comunicación que están preparando la guerra civil en Venezuela son los mismos conglomerados mediáticos que vendieron que en Irak había armas de destrucción masiva, que nos venden que hay que rescatar a los bancos con dinero público o que defienden que la orgía de los millonarios y los corruptos hay que pagarla entre todos con recortes y privatizaciones. Saber que se comparte trinchera con semejante gente debiera llamar a la reflexión. La violencia siempre debe ser la línea roja que no debe traspasarse. No tiene sentido que el odio a Maduro ponga a nadie decente al lado de los enemigos de los pueblos.
3. Maduro heredó un papel muy difícil -gestionar Venezuela en un momento de caída de los precios del petróleo y de regreso de Estados Unidos a Latinoamérica después de la terrible aventura en Oriente Medio- y una misión imposible -sustituir a Chávez-. La muerte de Chávez privó a Venezuela y a América Latina de un líder capaz de poner en marcha políticas que han sacado de la pobreza a 70 millones de personas en el continente. Chávez entendió que la democracia en un solo país era imposible y puso sus recursos, en un momento de bonanza gracias a la recuperación de la OPEP, para que se iniciara la etapa más luminosa de las últimas décadas en el continente: Lula en Brasil, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia, Kirchner en Argentina, Lugo en Paraguay, Mujica en Uruguay, Funes en El Salvador, Petro en Bogotá e incluso Bachelet en Chile referenciaban esa nueva etapa. La educación y la salud llegaron a los sectores populares, se completó la alfabetización, se construyeron viviendas públicas, nuevas infraestructuras, transportes públicos (después de la privatización de los mismos o la venta y cierre de los trenes), se frenó la dependencia del FMI, se debilitó el lazo con los Estados Unidos creándose la UNASUR y la CELAC. También hay sombras, principalmente vinculadas a la debilidad estatal y a la corrupción. Pero haría falta un siglo para que los casos de corrupción en los gobiernos progresistas de América Latina sumen, por citar sólo un asunto, el coste de la corrupción que significa el rescate bancario. La propaganda de los dueños de la propaganda terminan logrando que el oprimido ame al opresor. Nunca desde la demonización de Fidel Castro fue ningún líder latinoamericano tan vilipendiado como Chávez. Para repartir entre los pobres, hubo que decirle a los ricos, de América y también de Europa, que tenían que ganar un poco menos. Nunca lo toleraron, lo que puede entenderse, especialmente en España, donde, en mitad de la crisis, responsables económicos y políticos del Partido Popular robaban a manos llenas al tiempo que decían a la gente que tenía que apretarse el cinturón ¿Iba Chávez ese “gorila” a frenarles sus negocios? Desde que ganó las primeras elecciones en 1998, Chávez tuvo que enfrentarse a numerosos intentos de derribarlo. Por supuesto, con la inestimable ayuda de la derecha española, primero con Aznar, luego con Rajoy, y la ya conocida participación de Felipe González como lobbista de grandes capitales. (Es curioso que el mismo Aznar que hizo negocios con Venezuela y con Libia luego se convirtió en ejecutor cuando se lo ordenaron. Gadafi incluso le regaló a Aznar un caballo. Pablo Casado fue el asistente de Aznar en esa operación. Luego, cosas de la derecha, celebraron su asesinato). Seguir leyendo 11 TESIS SOBRE VENEZUELA Y UNA CONCLUSIÓN ESCARMENTADA. JUAN CARLOS MONEDERO→
“¡Defiéndannos, ustedes que saben escribir!”, le pedía una anciana a Carpentier y a los intelectuales que lo acompañaban, en julio de 1937, a su paso por un pequeño pueblo castellano, muy cerca de la asediada capital española. El escritor cubano recogería la anécdota en las crónicas sobre el II Congreso Internacional en Defensa de la Cultura que publicaría en la revista Carteles [1]. La exigencia tenía un fundamento: el pueblo español nos defendía a todos con las armas en las manos.
Alejo Carpentier. Crónicas publicadas en la revista Carteles: “!Defiéndannos, ustedes que saben escribir!”. Imágenes: Internet.
No hay cultura sin hombres y mujeres concretos. Bertolt Brecht lo había dicho durante el I Congreso, celebrado dos años antes en París: “Compadezcámonos de la cultura, ¡pero compadezcámonos primero de los hombres! La cultura estará salvada si los hombres se salvan”. Aquel primer encuentro atisbaba el peligro: el nazifascismo amenazaba con desbordarse, mientras las burguesías “democráticas” de Europa apostaban a que el golpe fuese en dirección a la entonces joven Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Ser de izquierdas, para los intelectuales del 30 —como en los 60 o en la primera década del siglo XXI, tras la esperanza de la revolución bolivariana—, era una toma de partido por la cultura, por los seres humanos, que se aferraba a proyectos concretos. Pero en el París de 1935 todavía un segmento de la izquierda intelectual divagaba en reclamos abstractos y oponía o al menos incomunicaba, la libertad de los seres humanos y la de los creadores. Seguir leyendo VENEZUELA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ. ENRIQUE UBIETA GÓMEZ→
Víctor Atobas: Muy buenas, Miguel. Muchas gracias por la entrevista. ¿Podrías comentarnos, brevemente, cómo fue el nacimiento de El Viejo Topo y su posterior evolución?
Miguel Riera: Nació en una época en que las generaciones más jóvenes rebosaban creatividad y espíritu de lucha. Estábamos ante un cambio de época que se presumía rápido –también ahora estamos en un cambio de época, aunque más lento– y muchos creíamos que había llegado la hora de la revolución y el socialismo. Evidentemente éramos ingenuos, pero esa ingenuidad nos ayudó a diseñar una revista que tuvo alguna importancia, al menos eso me gusta creer.
La primera idea fue hacer una publicación semanal en papel del periódico, pero por suerte para nosotros el Ministerio no nos lo permitió, nos fijó un precio alto de venta lo cual nos obligó a convertirla en mensual y para justificar el precio le pusimos colorines. Fue todo un éxito.
Inicialmente quisimos hacer una revista en la que las distintas izquierdas pudieran dialogar, cosa que pienso que se consiguió. Posteriormente ha ido evolucionando hasta ser una publicación de pensamiento crítico que invita permanentemente a la reflexión, incluso yendo muchas veces a contracorriente de las ideas imperantes en la izquierda.
V. A.: El Viejo Topo ha anticipado debates y ha funcionado también como “termómetro para conocer el grado de movilización de la ciudadanía”. ¿Cómo se articulan el debate y la producción de los intelectuales que participan en la revista con la práctica y la protesta social?
M. R.: La mayor parte de los que colaboran o han colaborado en la revista participan o han participado en plataformas, movimientos o partidos. Muchos están implicados en luchas sociales, incluidos los que ya tienen cierta edad. Viejos militantes de lo social, que siguen activos. Dada la naturaleza de la revista y el tono de sus artículos, los jóvenes no abundan en nuestro entorno inmediato, pero los encontramos en la acción.
EDUARD RODRÍGUEZ FARRÉ y SALVADOR LÓPEZ ARNAL / EL VIEJO TOPO
1. El Pacífico contaminado. El desastre, la hecatombe nuclear de Fukushima, ha contaminado el océano más grande del mundo en sólo seis años [1]
Recordemos brevemente lo sucedido [2]: en 2011, un terremoto -se ha afirmado que probablemente fuera una réplica del terremoto de 2010 en Chile- generó un tsunami que causó un colapso en la planta nuclear de TEPCO (Tokyio Electric Power Company) en Fukushima, Japón, con seis reactores nucleares. Tres se derritieron. Lo que sucedió después fue la mayor liberación de radiación al agua en la historia del mundo: los productos radiactivos, algunos en cantidades aún mayores que en Chernobyl, se filtraron en el océano Pacífico.
Las cantidades, es razonable conjeturarlo sabido lo que sabemos, pueden ser mucho más altas que las estimaciones oficiales japonesas que, para muchos científicos, son muy inexactas.
Fukushima sigue arrojando, a día de hoy, unas 300 toneladas de desechos radiactivos al mar, al Pacífico. Diariamente. Y continuará haciéndolo en el futuro. La fuente de la fuga no puede ser sellada. Es inaccesible tanto para los trabajadores (desesperados o ignorantes, en muchos casos, del riesgo que están corriendo por la tarea realizada) como para robots, debido a las temperaturas extremadamente altas.
Fukushima puede llegar a ser el peor desastre ambiental en la historia de la humanidad. Empero, actualmente, apenas es mencionado por la mayoría de políticos institucionales y por muchos científicos no concernidos, y está más que ausente de las informaciones periodísticas de los grandes medios. Una posible explicación: TEPCO, la propietaria de la central siniestrada y de muchas otras centrales atómicas japoneses, una gran corporación sin duda, puede ejercer un fuerte control, directo o indirecto, sobre empresas de noticias y sobre muchos políticos. Seguir leyendo FUKUSHIMA: SEIS AÑOS DESPUÉS, SEIS OBSERVACIONES Y UNA REFLEXIÓN. RODRÍGUEZ FARRÉ y LÓPEZ ARNAL→
El 20 de abril de 2012 el Partido Popular utilizó su mayoría absoluta en el Congreso para cambiar la Ley de Radio y la Televisión de Titularidad Estatal de 2006: el Gobierno podía nombrar al presidente de la Corporación por mayoría absoluta. La necesidad del consenso saltaba por los aires. Poco después lo haría el propio director de informativos, Fran Llorente, junto a figuras emblemáticas de la última etapa de la televisión pública como Ana Pastor o Juan Ramón Lucas. Este diario tituló entonces en su portada digital que el Partido Popular «asaltaba» RTVE. El tiempo ha demostrado que estábamos en lo cierto.
A lo largo de estos más de seis años de Gobierno de Mariano Rajoy ha convertido los telediarios en una extensión de su oficina de comunicación. Los consejos de informativos de radio, televisión y rtve.es han denunciado en multitud de ocasiones la manipulación, malas prácticas y sectarismos de los responsables de los Servicios Informativos de la Corporación pública. La palma, sin embargo, se la ha llevado TVE, una televisión que Rajoy dice querer convertir en la BBC. No cabe duda de que hoy ese objetivo está mucho más lejos que hace seis años. Seguir leyendo ASÍ TE HA MANIPULADO TVE DESDE QUE EL PP LLEGÓ AL GOBIERNO EN 2011. ALEJANDRO TORRÚS→
El periodismo vive contaminado por intereses ajenos al oficio de informar. Eso es así desde siempre. Al igual que tantas otras actividades socialmente necesarias, para existir necesita sortear a todos aquellos actores públicos y privados que lo intoxican, lo degradan, lo inutilizan, lo paralizan. Con demasiada frecuencia se ignora esa realidad, a pesar de que de un tiempo a esta parte el ambiente se ha enrarecido mucho más. La información tóxica es dañina, claro está, pero eso no impide que se consuma compulsivamente a toneladas, como si nada ocurriera.
Medios de comunicación, enfermos y sanos, sobreviven en la inestabilidad, en circunstancias siempre cambiantes, obligados a adaptar sus métodos de funcionamiento a nuevas condiciones económicas y tecnológicas, que ofrecen oportunidades extraordinarias, pero ponen nuevos límites a la libertad de difusión de información, conocimiento e ideas. Periodistas y creadores de contenidos viven a menudo en la incertidumbre, porque los cambios en la manera de elaborar, difundir y consumir información, constantes y rápidos, obligan a revisar permanentemente los comportamientos. Seguir leyendo DEBATE: APUNTES PROVOCADORES SOBRE LA SALUD DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN→