MISIÓN VERDAD
Desde que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2016, una campaña fue impulsada por los principales medios corporativos y empresas relacionadas a redes sociales e información, cuyo objetivo reside en limitar la libre circulación de información a través de Internet.
El mundo de Internet es visto generalmente como una síntesis de la Arcadia democrática, donde cualquiera puede subir o descargar información de cualquier tipo, y de manera expansiva. Sin embargo, la realidad es que sus mecanismos pueden (y son) manipulados por grandes corporaciones que lo usan a gusto y según la agenda privada del momento.
Estas corporaciones actúan al unísono para controlar lo que se puede ver, leer, buscar, y lo que no. Esto de manera sigilosa, hasta que ocurrieron las últimas elecciones presidenciales en los EEUU (2016), en las que ganó el magnate inmobiliario Donald Trump, y con ello vino el ascenso de una campaña que hasta hoy se preserva.
En noviembre de 2016, las compañías Google y Facebook anunciaron en tándemque contribuirían a bloquear todos los sitios que, según la lógica corporativa neoliberal, publican noticias falsas (fake news) en detrimento de la salud democrática de EEUU y, por extensión, del mundo. Desde entonces se han configurado esfuerzos en las élites de los conglomerados privados de la información para perfilar el mundo de Internet a su imagen y semejanza.
Noticias de la censura vía redes sociales
En específico, las redes sociales están sujetas a las reglas de las corporaciones que ofrecen sus servicios de manera gratuita. El caso de Facebook es paradigmático, pues permite conectar virtualmente a personas en cualquier punto del planeta y permite la calificación de contenidos emitidos por sus usuarios, entre otras cosas.
No todo es color rosa, ya que se debe estar sujeto a las políticas de la compañía para su uso. Tanto es así que muchos contenidos no pueden ser reproducidos o se encuentran bloqueados debido a las prerrogativas de Facebook, limitadas por algoritmos y decisiones estrictamente políticas e ideológicas.
- En enero de 2017, la página en Facebook de RT estuvo parcialmente bloqueada para su acceso, denunciado por el medio ruso y otros que acompañaron la querella.
- En septiembre del año pasado, el presidente ejecutivo de Facebook Mark Zuckerberg puso a la orden, para el Congreso estadounidense, los archivos de su compañía referidos a los anuncios publicitarios presuntamente relacionados con el gobierno de la Federación Rusa. Agencias de inteligencia, políticos del establishment gringo y medios relacionados al Partido Demócrata aseguran que Vladimir Putin influyó en la elección de Trump como presidente, escándalo fabricado llamado Russia-gate.
- En diciembre, Facebook eliminó la cuenta de Ramzan Kadyrov, presidente de la República Chechena, principalmente porque fue adherido a las listas sancionatorias del gobierno de los EEUU, ya que es visto como un «agente de Putin».
- Hasta comienzos de este año, Facebook ha dado de baja a las cuentas que pertenecen a palestinos o de activistas de la causa palestina, cuestión solicitada por funcionarios israelíes a la compañía. Se cuentan más de 100 cuentas eliminadas.
Y al parecer el formato de censura aplicado por Zuckerberg Inc. va en aumento y promete recrudecerse, con la agenda del establishment corporativo a la mano.
De hecho, es conocido por todo aquel que lea las condiciones para crear una cuenta en Facebook que esta corporación tiene el derecho de usar tu información para fines del gobierno de los EEUU, es decir, está a la orden de Washington y cualquier que desee comprarla. En este campo entra la comunidad de agencias de inteligencia y seguridad de ese gobierno.
Silenciado es el hecho de que Facebook está íntimamente ligado a las agencias de espionaje del gobierno estadounidense