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NO ODIO. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

Semiótica de ciertas Bajas Pasiones.

FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

Campaña Mundial para Erradicar la Cultura del Odio en los “Medios de Comunicación”.

Entre las muchas emociones retrógradas, con que convivimos obligadamente, el odio despunta por su irracionalidad y estulticia. Para la especie humana es una emboscada inútil, es siempre contraproducente y degradante. Quien odia desciende drásticamente los niveles de humanización, acepta una condición de vida social mutilada y pacta, de modo tácito y explícito, una esclavitud perversa e intensa de la que suele no haber escapatoria. Algunos la disfrutan mucho.

Odiar es, principalmente, una herida moral que nos propina la lucha de clases cuando nos desorientamos y perdemos de vista el lado al que pertenecemos, objetiva y subjetivamente. En el odio se expresa la pulsión de impotencia que empuja a destruirlo todo para simplificar las contiendas por la fuerza de la peor negación. Quien odia trueca el modo de la lucha por espejismos con soluciones mágicas. Siempre es más fácil embriagarse en odio -y obrar aturdido- aunque resulte más riesgoso y más costoso.

Bajo la presión de la lucha de clases se producen muchas distorsiones si se carece de método científico y consensuado. Una fragilidad teórica y práctica deriva fácilmente en odio porque se renuncia a la razón argumental y organizativa a cambio de catarsis negacionistas en extremo infectadas por violencia estúpida, silogismos “viscerales” y derrumbes éticos bañados en sangre. Pura inutilidad para la especie humana. Algunos “progresismos” reivindican un odio al que suponen con fuerza aglutinante y movilizante. Viven de un error teórico y práctico que no sólo no permite avanzar sino que es sospechoso porque desplaza de su eje la formación humanista que permite organizar fuerzas para superar los odios con las armas de la crítica.

Hay tantos tipos de odio como distorsiones en el método transformador. Tal variedad nace y se reproduce en los vacíos que deja la ignorancia y la falta de rigor para la praxis, en todos los niveles y en todos los frentes de la lucha. Sea de nuestro lado o del otro. Nadie está a salvo, aquel que se siente dueño de objetos, personas o conceptos (como botines de su “propiedad privada”) comete un error (a veces voluntario) que lo conducirá a odiar tarde o temprano. Es ingrediente del odio sentir que se ha sido despojado de alguna propiedad. Y hay tantas mezclas de despojo, combinadas con aprehensión propietaria, que ha ido multiplicándose y profundizándose la complejidad del repertorio de los odios. En el odio de la clase opresora se coagulan -y sinceran- todas las patologías del capitalismo. Es uno de sus espejos más nítidos. Es odio “refinado”, que se ha sofisticado, instrumentalizado y maquillado hasta parecer, incluso, “amor al prójimo” o filantropía para anestesiar insurrecciones populares. Mientras los odiadores ponen cara de “buenos”.

Por eso, odian más quienes más roban. Odian por lo creen que pierden, o por la simple sospecha de ser expropiados. Odian a sus expropiadores pero más odian la idea y la práctica que convierten lo expropiado en posesión colectiva. Existen odiadores expertos que han cultivado extensiones enormes de odio y las atienden con esmero como si se tratara de “nuevas propiedades”. Han hecho escuelas de odio muy refinadas. Cuentan con estructuras jurídico-políticas a granel. Tienen religiones, universidades y entretenimientos donde se perfecciona el odio de clase, se lo esparce como “sentido común” (y como identidad) y se le reconoce valor de uso y valor de cambio en el mercado del control social, del monopolio del poder político y del poder militar. Odio miserable pero, eso sí, muy rentable. En el relato de las burguesías el “odio” reviste récords de época muy convenientes para la apropiación del producto del trabajo ajeno. Con el beneplácito de algunos “expertos” y de sus jefes, convierten el odio en una corriente desenfrenada, cargada con “nuevas clasificaciones”, donde reina -sin tapujos- la idea de que odiar es condición de los seres humanos capaces, incluso, de odiarse a sí mismos con odio funcional y contra su propia clase… y por cuenta propia. Determinismo del odio que no tiene horarios. No permitas que los noticieros burgueses te convenzan de odiar a tu propio pueblo. No te tragues el odio oligarca como si fuese tuyo.

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SEMIÓTICA DE LA PANDEMIA (II). FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

¿Flexibilización laboral a la sombra del Coronavirus?

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FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

FERNANDO BUEN ABAD, ESCRITOR MEXICANO Y MÁSTER EN FILOSOFÍA PO

Sacudida planetaria. Aprendimos, a golpes de realidad “sorpresiva” (y avasallante) que poco será igual después de la pandemia del COVID-19. Especialmente los salarios y los empleos. Desde la palabra “virus” hasta la iconografía sanitaria, pasando por la noción de muerte y vida, tenemos “cambios” en marcha que darán por resultado territorios semánticos “nuevos” que, como todo campo semántico, es un escenario en disputa. Aprendimos, con la “nueva” didáctica del capitalismo, que nadie pide permiso y nadie ofrece disculpas por una tragedia global que ha costado millones de vidas y descalabros inmensos para la clase trabajadora.

Estamos asimilando los alfabetos actualizados de la dominación entre las ecuaciones malthusianas, y la didáctica del “sálvese quien pueda”: Inflación descontrolada, devaluaciones a placer, desempleo a mansalva y castración del poder adquisitivo. Nos han descargado sobre la espalda todo el paquete de las “reformas laborales” burguesas, en tiempo récord, mientras estamos en cuarentena. A la sombra de la pandemia un gran negocio camuflado. “A esta altura, ya nadie ignora que la pandemia no es sólo una crisis sanitaria. Es lo que las ciencias sociales califican de “hecho social total”, en el sentido de que convulsiona al conjunto de las relaciones sociales y conmociona a la totalidad de los actores, de las instituciones y de los valores”. Ignacio Ramonet https://www.eldiplo.org/wp-content/uploads/2020/04/Ramonet-pandemia-sistema-mundo.pdf

Algunos salieron ganando. “Cambia” de significado el Estado burgués que resucita desde los sótanos del neoliberalismo y se apresta, si nos descuidamos, a repetir más de lo mismo. “Cambia” de significado la “democracia” que ahora seguirá siendo burguesa, plagada de contradicciones y “defectos” muy convenientes para el establishment. “Cambia” todo para que nada cambie. Incluso los progresistas parecen conservadores al lado de la catarata de “cambios” que aluden a la “propiedad privada” burguesa (que en un diccionario decente debería significar saqueo o hurto). “Cambian”, en teoría, las Leyes y la Justicia, “cambia” el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial… ahora sesionan a distancia. “Cambian” las academias y sus saberes. No cambia el peso de la barbarie contra los oprimidos. Sólo se incrementa el desempleo, el hambre, la insalubridad, la intemperie, la carencia de educación, la falta de agua, luz, medicamentos… y respeto.

Hay más pobreza y desigualdad. Por “alguna razón” se hacen esfuerzos denodados para hacernos creer que el mundo será “distinto” sin tener que modificar el sistema económico capitalista. Incluso algunos andan con el cuento de que puede “mejorarse”, hacerse “más humano”, hacerse “progresista”. Tratan de convencernos de que “cambio” es lo mismo que “reformas”. Que “distinto” es lo mismo que “igual”. Que las guerras son un negocio que puede “salvarnos”; que los bancos son nuestra mejor ayuda con sus “créditos”; que los “mass media” son imprescindibles para ayudarnos a entender la “realidad” y que es mentira que existan las “Fake News”. El paraíso post-pandemia. “La Organización Internacional del Trabajo advirtió este miércoles que casi la mitad de la población activa mundial, unos 1600 millones de trabajadores que laboran en el sector informal, están en riesgo de perder sus medios de subsistencia debido al constante descenso del número de horas trabajadas a causa del brote del COVID-19.”  https://news.un.org/es/story/2020/04/1473582

Esto todavía no termina. Lo “nuevo” es quedarse en lo mismo y hacer lo imposible para que nos dure. En la refriega ideológica por dominar el “sentido común” el capitalismo convierte su agonía en Apocalipsis para nosotros. Y anhela que lo salvemos –entre todos– para ofrecerlo a nuestra prole como su mejor herencia. Como un “cambio” radical. ¿Cuántos rebrotes de pandemia hacen falta hasta pulverizar (hasta donde el capitalismo anhela) los salarios de la clase trabajadora? Tienen la palabra los “anti-cuarentena” globales. Dentro del capitalismo no hay solución a los problemas sanitarios mundiales. Ni solución para los problemas del planeta y de la humanidad en general.

Bajo el capitalismo nada es suficiente para cuidar a los pueblos. Unos cuantos ricos serán más ricos gracias a que habrá más pobres y más empobrecidos. De esa semántica no se habla pero toda la burguesía trabaja para darle forma. Los gobiernos que quieran tener “sentido” de pueblo deberán cambiarse desde sus entrañas y sacudirse todo reformismo parásito. Incluso los viejos conservadores que se atrincheraron en la “ciencia” y en la “academia”, con sus relatos de estadísticas tecnócratas y positivistas, hoy parecen adalides del progresismo ad hoc que maquillará al nuevo viejo Estado. Sin tocarle un pelo al capital. Cuándo alguien se asume “dueño” de un campo semántico, de manera explícita o implícita, en lo teórico o en lo práctico, ejerce un tutelaje auto-referencial despótico propio de una lógica mediocre y de una ignorancia supina.

Suelen hablar con suficiencia y jerigonza. Con énfasis y con superioridad demuelen el poder adquisitivo. Desde su perspectiva somos todos discapacitados intelectuales. Se los puede encontrar en congresos, simposios y conferencias. Van y vienen con sus papers, ponencias o textos empapados de exageraciones y exaltados por el éxito acelerado que se atribuyen a sí mismos gracias a los puntos ganados en las lides burocráticas entre certificados, diplomas y “publicaciones”. Todo por la salud del mercado. Son latifundistas de la nada asombrados por su inteligencia alpinista que en el “reino de los ciegos” funda tronos de nadería exhibicionista. Antípodas de la humildad. Pero mansos ante el capital. Las propias reglas del Mercado académico burgués han creado esos monstruos de sabiduría sedicente que llegan a creerse sus propios cuentos “científicos” a costillas de la paciencia, la ignorancia o la abulia imperantes. Mientras tanto, en la proliferación de publicaciones, PowerPoint y saliva “docta”, la ciencia de la opresión económica avanza en manos de esos “vendedores ambulantes” de programas económicos de espaldas a los pueblos. Infestaron las carreras, los posgrados y las bibliotecas. Impusieron sus destrezas burocráticas y formalistas para vaciar de contenido a la producción teórica. La prestidigitación cuantitativa sin firmeza lógica. La flexibilización laboral infestada por “asesores científicos”.

Nos quieren dóciles. Están haciendo de las suyas con los salarios de la clase trabajadora bajo el abrigo de la pandemia. El viejo truco de esconder los libros contables se acompaña con el viejo truco de apoderarse de los “diccionarios”, de imponer los significados que a la clase dominante le convengan. Dicen que el “coronavirus” es causante de una crisis económica sin precedentes, que debemos ayudar o rescatar algunas empresas sin detenernos demasiado en revisarles las cuentas ni los prontuarios. Nos cueste lo que nos cueste. Dicen que se debe crear millones de empleos pero no se fijan blindajes ni políticas para que no desciendan los salarios ni la calidad del trabajo. ¿Llegaremos a los excesos insaciables que determinen los dueños del mundo? Seguir leyendo SEMIÓTICA DE LA PANDEMIA (II). FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

FACTORES DE LA GUERRA MEDIÁTICA. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

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FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ 

FERNANDO BUEN ABAD, ESCRITOR MEXICANO Y MÁSTER EN FILOSOFÍA POEstamos bajo el fuego de (al menos) tres guerras simultáneas: una Guerra Económica desatada para dar otra “vuelta de tuerca” contra la clase trabajadora; una Guerra Territorial para asegurarse el control, metro a metro, contra las movilizaciones y protestas sociales que se multiplican en todo el planeta, y una Guerra Mediática para anestesiarnos y criminalizar las luchas sociales y a sus líderes. Tres fuegos que operan de manera combinada desde las mafias financieras globales, la industria bélica y el reeditado “Plan Cóndor Comunicacional” empecinado en silenciar a los pueblos. Todo con la complicidad de gobiernos serviles especialistas en gerenciar los peores designios contra la humanidad. Hay que decirlo con claridad y sin atenuantes.

En particular, pero no aislada, se ha desatado contra el pueblo trabajador, de todo el planeta, una guerra mediática sin clemencia (aunque algunos todavía se nieguen a verla). Tal guerra mediática es extensión de la guerra económica del capitalismo y es inexplicable sin explicarse(histórica y científicamente) cómo opera el capitalismo en sus fases diversas, incluyendo su actual fase imperial. La guerra contra los pueblos no se contenta con poner su bota explotadora en el cuello de los trabajadores; quiere, además, que se lo agradezcamos; que reconozcamos que eso está “bien”, que nos hace “bien”; que le aplaudamos y que heredemos a nuestra prole los valores de la explotación y la humillación como si se tratara de un triunfo moral de toda la humanidad. La guerra oligarca contra los pueblos nunca ha sido sólo material y concreta… ha sido ideológica y subjetiva. Nada de esto es nuevo, no se anota aquí como descubrimiento ni como verdad revelada, es la condena de clase sobre la que se verifica nuestra existencia. Mayormente en silencio.

Al lado de las consecuencias concretas de la “Triple Guerra”, que en cada país deja huellas específicas, está el problema de entender sus efectos supra, trans e intranacionales. Una parte del poder económico-político de las empresas transnacionales tiene su identidad vernácula desembozada o maquillada por prestanombres de todo tipo. Se trata de una doble articulación alienante que supera a los poderes nacionales (no tributa, no respeta leyes y no respeta identidades), mientras ofrece respaldo a operaciones locales en las que se inclina la balanza del capital contra el trabajo. Así, empresas como Shell (energética), aliada con bancos locales o internacionales, financia frentes mediáticos (televisoras, radios, periodistas, prensa) y promueve “estrategias” de defensa para los Estados aliados. Sus aliados. El discurso financiado es un sistema de defensa estratégica transnacional operada desde las centrales imperiales con ayudas vernáculas. Mismo modelo imperial con décadas de añejamiento pero tecnología actualizada. Es decir, nada de esto es nuevo, lo supimos y los sabemos.

HORÓSCOPO DE LA PANDEMIA: EL CAPITALISMO NO MORIRÁ DE CORONAVIRUS. FERNANDO BUEN ABAD

¿Qué hicimos para cambiar? No hay futuro posible sin crítica y autocrítica severas

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FERNANDO BUEN ABAD DOMIMGUEZ 

buen abad entrevista canal abierto¿Cómo será el mundo después de la pandemia?. Todo género de audacias imaginativas dan la vuelta al mundo y vuelven a darla. Unos claman por “volver a la normalidad”. Otros alientan la ilusión de que “muerto el virus se acabó la rabia” del capitalismo. Algunos más dan tono verde ecologista a sus lucubraciones y, desde luego, no faltan los predicadores que entienden el conjuro del mal gracias a providencias extraterrestres. Mientras atienden la suma de los “diezmos”. Pero están también los “think tanks”, los asesores intelectuales, los académicos o los “gurús” para toda ocasión. Ya despliegan las artes del oportunismo, y el menú completo del reformismo, para instalar los dispositivos de la falsa consciencia convertida en “sentido común”, actualizados con estadísticas e infografías. Les urge entretenernos con la ilusión de un “nuevo capitalismo” humano y progresista, redimido de sus horrores por gracia de la pandemia.

Una carrera loca por “adivinar” el futuro se ha desatado. Se encendieron las alarmas en los tableros del control ideológico dominante porque ven derrumbarse las emboscadas que el capital ha tendido contra los seres humanos. Están alarmados y han soltado a sus jaurías intelectuales para secuestrarnos el futuro (de nuevo) e impregnarlo rápidamente con más de lo mismo. Para los opresores es igualmente importante infestar el futuro con sus “nuevos” –viejos- valores que encontrar la vacuna contra el CODIV19. Ambos son, para ellos, grandes negocios.

Están tratando de maquillar el sistema económico dominante, sus salas de tortura laboral, sus refinamientos de usura bancaria, sus estrategias de despojo y privatización en educación, salud, vivienda, cultura… están tratando de maquillar las monstruosidades de la industria bélica capitalista, sus adláteres financieros y mediáticos… más todas las canalladas ideadas pertinazmente para humillar a la humanidad con hambre y pobreza. Durante siglos. Cirugía ideológica mayor presentada como lifting menor. Preparan un arsenal de paliativos, analgésicos y entretenimientos ideados para anestesiar la rebeldía, para diluir el espanto develado por la pandemia y para convencernos de que nada puede ser cambiado, que “la cosa es así” y que debemos resignarnos… que alguna migaja caerá de la mesa del capitalismo “renovado”. Los muchachos intelectuales serviles a tal canallada están trabajando arduamente. Ya tienen reservadas muchas páginas en los diarios “principales” y muchas horas en la radio-tv del circo monopólico trasnacional. Y en las “redes sociales” desde luego.

Entre los promotores del nuevo hermoseamiento del capitalismo están los mismos viejos ideólogos que contribuyeron al desastre horrendo que la humanidad padece. Son los mismos apellidos, las mismas universidades, las mismas escuelas financiero-rapaces… nada nuevo en esa “renovación” que tratan de imponernos para contestar ¿cuál es el futuro de la humanidad después de la pandemia? O dicho de otro modo, ellos responden: más de lo mismo, con algunas reformitas. Sin pérdidas de ganancias, claro.

En las tripas mismas del capitalismo está la fuerza que lo destruirá. No hay que buscar esa fuerza en otra parte. Es la fuerza que finiquitará y sepultará al capitalismo para crear una sociedad nueva. “La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros” Karl Marx. No se necesita mucha ciencia para verlo en plena acción, diariamente. Lo destruye la contradicción Capital-Trabajo, llevada a su más alta tensión que es una revolución en marcha. Aunque gasten mucho en ocultarla. De ese antagonismo se desprende la tensión que dilucidará, con la mayor amplitud, el papel histórico y los objetivos de la lucha de clase del proletariado. El capitalismo no sólo crea y recrea las crisis, inventa ilusiones para anunciar que logrará la “recuperación” de la economía mundial y renovará sus escenarios con estratagemas reformistas de largo plazo. Inoculará “nuevas” reformas y grandes engaños para mantener al capital por encima de los seres humanos.

Es necesario, también, un movimiento internacionalista de Filosofía para la transformación de la realidad. No se resolverán los problemas, que la acumulación del capital le impone a la humanidad, sólo con reformas fiscales ni sólo con reformas al aparato del Estado arrodillado ante las oligarquías. No se resolverá sólo con más hospitales, ni sólo con más escuelas ni con más de lo mismo. Hay que reformar integralmente los contenidos de cada institución. Aunque venga acicalado con palabrerío alambicado para el gusto de ciertas tribunas. Debe interpelarse profundamente el modo de producción y las relaciones de producción. La tenencia de la tierra, las “concesiones” a la minería, la soberanía de mares territoriales y en general el derecho de los pueblos a disfrutar las riquezas naturales y el producto del trabajo que a ellas se imprima y que de ellas provenga. Hay que discutir la democracia burguesa toda. Su historia, sus definiciones, sus legislaciones y sus miles de emboscadas ideológicas y leguleyas. Hay que filosofar para la revolución humanista en serio.

Es hora, también, de descolonizar a la Filosofía. Dar la lucha en las entrañas de las mafias que la secuestraron para esconder la lucha de clases y decorar al capital. Hay que interpelar a la educación en su totalidad y a sus servidumbres en el mercado de los saberes. Hay que interpelar al modelo de salud y a sus principios para emanciparla de la lógica mercantil y del individualismo mesiánico. Hay que interpelar, “hasta que duela”, toda la estructura de “valores” y “sentido común” inoculados por la red de “medios de comunicación” secuestrada para someternos al “síndrome de Estocolmo” que nos obliga a aceptarlo como si fuesen nuestros los valores de la clase opresora. Hay que interpelar íntegramente al aparato de justicia, al aparato de sanciones… al capitalismo íntegramente. Incluyéndonos todos. Hay que interpelar también nuestra crisis de dirección revolucionaria y resolverla para terminar con el capital. ¿Cómo será el mundo después de la pandemia?: lo mismo, sólo que con el peligro de que nos secuestren el futuro nuevamente… el mismo sólo que empeorando velozmente si no nos organizamos para transformarlo. “En la demora está el peligro”. Eloy Alfaro.

SEMIÓTICA DE LA PANDEMIA. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

buen abad 1Una lista larga de palabras, gestos, tecnicismos y decisiones proferidas por “autoridades”, de extracción muy diversa, abrió en campo semántico “nuevo” en el que reina la ignorancia -o la confusión- de las mayorías y no poca petulancia de algunas minorías especialmente repletas de burócratas en su peor acepción. Con sus honrosas excepciones. Sabiendo, muy relativamente, todo lo inédito del episodio que nos impone el “coronavirus”, (y en general las amenazas a la salud púbica) habríamos de exigirnos dosis generosas de humildad opuestas radicalmente al tonito doctoral de algunos “expertos” oportunistas con micrófonos o con títulos. Eso no implica suspender “lo categórico” de las recomendaciones más útiles para la defensa de la vida. Aunque existan muchos que confundan humildad con debilidad. Nos envuelve un miedo y una ignorancia enorme que estamos resolviendo planetariamente con ayuda de algunos talentos científicos no serviles al sistema. Y algunos “vivos” se aprovechan de eso.

Tal como fue declarada la pandemia del “coronavirus” (11-03-20) generó un paquete se “sentido” complejo, de dudas y certezas, para un escenario global en el que la salud de los pueblos ha sido mayormente abandonada a las aventuras mercantiles del capitalismo. Se trata de una red de “sentido” en la que transitan interrogaciones, y recomendaciones, tamizadas por el miedo (genuino o inducido) y la desconfianza generalizada. En plena crisis de credibilidad mundial nos piden confianza en su capacidad para manejar una crisis. Ahí donde el neoliberalismo pervirtió más rabiosamente el derecho humano a la salud, ahí se han multiplicado las muertes de manera desbordada. Aguardan con obscenidad la multiplicación de los muertos para dar rienda suelta a su circo macabro, interrumpido por avisos publicitarios. Algunos subieron el “rating”. Exacerban el individualismo, deslizan su xenofobia y aplauden soterradamente la lógica del sálvense quien pueda (o más tenga) pero con tono filantrópico burgués… o sea falso. Los “noticieros”, fabricados por los monopolios de medios, han exhibido toda su estulticia y su epistemología fascista de la información. Aunque la maquillen con sonrisas amables, medicuchos conservadores y caras de compungidos.

Demagogia de números. Nuevamente el sistema, mudo casi siempre de realidad, vuelve a relatarla casi exclusivamente con estadísticas. Cifras, porcentajes, comparaciones… y frases “ingeniosas” para hacer creer que se sienten “muy seguros” con las decisiones que asumen sin consultar a los pueblos. Opera una especie de “aristocracia académica” que, con el pretexto de que los pueblos “no saben”, dictan normas y decretos a granel para conducir la crisis por los senderos que, para ellos, son más seguros. En la lógica del combate al “coronavirus” reinan los silogismos del “estado presente” pero con pueblos desmovilizados a punta de pánico o de verdades a medias. “Todos a su casa” a fungir como espectadores de las cifras y de las acciones asumidas por quienes dicen saber qué hacer ante una amenaza de la que saben poco o nada. Nadie se imaginó una movilización de pueblos que, desde sus casas, desarrolle una experiencia de crítica política frente a los vacíos de sentido o contra el relleno semántico impuesto por el capitalismo para salir ganando a pesar de la pandemia. O por eso mismo.

Experimentamos la barbarie de una ocupación ideológica cuyo relato ha desfigurado –profundamente- el tejido social y ha forzado el sometimiento de comunidades enteras. Tal ocupación tiene por objeto establecer las hegemonías políticas y militares de la opresión y acceder a los territorios de la impunidad absoluta frente al saqueo y la explotación. La “guerra mediática” es también una estrategia para la apropiación y explotación de la memoria histórica, de la diversidad cultural y de la identidad de género. Consumimos el palabrerío hegemónico como si se tratase de la verdad.

Pero el “sentido” más importante que se produce, en el escenario de la pandemia, es esa solidaridad humana de la que se habla poco. Esa solidaridad que prospera en el caldo de cultivo que son las contradicciones de un sistema económico, político e ideológico destructor de fuerzas productivas (identidades y patrimonios culturales) a mansalva y ahora se disfraza de “salvador de la humanidad” vestido con “cubrebocas” y batas de salubridad. Nada de lo que hablan los técnicos, los científicos, los políticos, empresarios y farándula informativa del sistema, tiene importancia alguna si no mencionan la base económica y fraterna que aportan los pueblos a pesar del dolor, las incertidumbres, las contradicciones y los errores que (incluso lógicamente) se han cometido y cometerán en medio de una situación de “crisis” cuya dinámica no se reduce a la aparición del virus. Hemos vivido la crisis del capitalismo por demasiadas décadas.

El relato del poder sigue esperando que un “genio individual”, en un laboratorio privado, con dinero y poder suficiente, descubra la “vacuna milagrosa”, la salvación de coyuntura que traerá unos años más de respiro a un capitalismo en corrupción acelerada. Esperanzas del individualismo para un relato que, con su moraleja, nos adiestra para la resignación una vez más. Salvo excepciones, como la cubana, se construye un imaginario burgués que, de antemano, deja en manos de empresas trasnacionales de la salud el negocio inmenso de hacer, distribuir y vender las vacunas y sus adláteres. Ni una sola concepción comunitaria de las soluciones, los tratamientos, la responsabilidad colectiva. “Hay que confiar en los expertos”. Como si no supiésemos que todo el negocio oligarca de la salud, tan desastroso, costoso y mercenario como es, lo han construido y dirigido sus “expertos”. No se puede tapar la lucha de clases con un virus.

Una cosa es segura dentro de toda la parafernalia semiótico-mediática que envuelve y maquilla a la pandemia de estos días: los pueblos están entendiendo una dimensión de la barbarie capitalista que va quedando al desnudo según pasan las horas. El sistema tiembla por todas partes y para esconder sus temores habla en tono “científico” y derrama dinero que antes juraba no tener. Construye un sentido mesiánico de sí mismo. Descubre recursos donde dijo que no existían y reinventa soluciones que juró eran imposibles. Quieren demorar, con dinero, el despertar del los pueblos.

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TEORÍA DE LA DESMORALIZACIÓN INDUCIDA: LA METÁSTASIS DEL INDIVIDUALISMO SÍ SERÁ TELEVISADA. FERNANDO BUEN ABAD

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¿LAS MÁQUINAS DE GUERRA IDEOLÓGICA EN LOS PROCESOS ELECTORALES? FERNANDO BUEN ABAD

FERNANDO BUEN ABAD

buen-abadPrometen que resolverán problemas, que corregirán desigualdades, que desterrarán el hambre, la desnutrición y la pobreza. Prometen recortar impuestos, abrir más escuelas, mejorar los salarios, construir hospitales, carreteras, presas e infraestructura de “primer mundo”. Juran que serán infatigables, que no habrá despotismo, autoritarismo, sectarismo ni privilegios para amigos ni familiares. Se desgarran las vestiduras por la patria, por la republica, por las leyes y por las “buenas costumbres” y bla, bla, bla. Todo eso montado en la ninguna estructura legal que los obligue a rendir cuentas por cada mentira proferida y cada falacia premeditada. “Por el engaño nos han dominado más que por la fuerza” decía Simón Bolívar. Hoy incluye engaño con “trolls”, “bots”… y todo tipo de canalladas en “redes sociales”.

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No se trata de un “arte de genios”, engañar a los pueblos es una industria del capitalismo, muy rentable, ideada para ganar votos -a como dé lugar- gracias a emboscadas mafiosas que “naturalizan” conductas delincuenciales como si fuesen prendas morales inmaculadas. Fabrican un cierto “sentido común” cuajado de mentiras disfrazadas de “procesos electorales” donde engañar, impúdicamente, parece ser “cualidad” de “políticos”. Un “mérito” de la modernidad… un logro de la estulticia. Pero en realidad es un delito… es un fraude.

Los sistemas y procesos electorales, con sus leyes y sus reglamentos, sus “valores entendidos” y sus tradiciones… (que nada tienen de ingenuos) han permitido una serie de perversiones mediáticas diseñadas por “expertos” para hacer pasar por “democráticos” los embustes de los “candidatos” oligarcas sus partidos y sus adláteres. Nos han llenado las páginas de la historia con engaños de todo tipo, especialmente con saliva de “políticos” lenguaraces que, para “ganarse la confianza” de los electores, despliegan todo género de argucias y falacias. Y todo eso legalizado y naturalizado por la fuerza del negocio implícito en vender campañas políticas al margen de la ética más elemental. Otro capítulo es el delito de lesa humanidad que consiste en prometer el cumplimiento de tareas que jamás se cumplen o que se cumplen al contrario de lo prometido. “Fortaleceremos la economía”, “defenderemos el empleo”, “garantizaremos la salud”, “mejoraremos la educación”, “garantizaremos la vivienda” y bla, bla, bla, bla. Jamás un tribunal especializado en delitos de falacias electorales, fraudes o traiciones a mansalva. Jamás una herramienta de justicia para los pueblos que miran desfilar ante sus ojos y sus oídos la retahíla nauseabunda de palabrería electorera diseñada corruptamente para el engaño serial. Delincuencia con premeditación, alevosía y ventaja. Sin atenuantes.

Millones de dólares gastan las campañas políticas. Maquillan el oportunismo electoral con artilugios de propagada, rostros felices, poses glamorosas. Casi nunca ideas y menos trabajo real. Lo urgente, para ellos, es sumar votos, más tarde les vendrá un sueldo y para las masas el olvido. Se trata de vender ilusiones. Plagan las ciudades con carteles, volantes, anuncios televisivos, radiales, periodísticos. Saturan cuanto espacio está al alcance de sus patrocinadores, (sus patrones), para aparecer renovados y resucitar de su mediocridad, frescos, carentes de memoria… recién nacidos… van por el mundo recitando soluciones que presumen conocer y que pueden aplicar en un santiamén. Dicen que lo pueden todo, que lo quieren todo para el pueblo todo, todo a cambio de votos, votos, muchos votos. Las campañas basadas en despliegues mediáticos ostentosos suelen ser repeticiones de lo mismo, de mala calidad y poca información: frases ambiguas, remates rimbombantes y desconocimiento de problemas reales y urgentes en la vida cotidiana. Invierten sumas obscenas. Por ejemplo Odebrecht

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CULTURA DE LAS ARMAS Y ARMAS DE LA CULTURA. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

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FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

Un “sentido común”, trasegado a punta de bayonetas, nos enseñó a postergar (cuando no a resignar) nuestro derecho a saber por qué se gasta en armas el monto descomunal que se ejerce planetariamente… ¡sin consultas ni rendición de cuentas!. Historia larga. Es una especie de “valor entendido” por el que suponemos que es “necesario” y “bueno” someterse al mercado mundial de mercancías bélicas fabricadas por la industria trasnacional de la guerra. Y sin chistar. “El gasto militar mundial crece un 2,6% empujado por EEUU y China: «Es una nueva carrera armamentista»”[1]

Es norma que ignoremos las “hipótesis de guerra” con que se justifica la adquisición de ofertas bélicas. ¿Qué nos amenaza, desde cuándo, cómo y dónde… cuántos son los “enemigos” que percibe el “establishment”, cómo se los define y cómo se los detecta? ¿Quién define dónde se compra, con qué lógica de “defensa” o “ataque” y qué emboscadas tácticas y estratégicas nos convierte en rehenes de los “productos” bélicos del mercado? ¿Nos dan garantía, nos hacen descuentos, tienen “ofertas de temporada”, cómo se publicitan? ¿O el negocio consiste en que paguemos sin preguntar el plan de obsolescencia que a los monopolios de las armas les viene en gana según sus crisis de sobreproducción, también? ¿No merecemos saber en qué se gasta el dinero del pueblo trabajador, especialmente cuando los arsenales que se adquieren no están exentos de peligro -real- de ser usados contra los pueblos que los pagan? “Según los datos más recientes del Instituto Internacional de Estudios para la Paz en Estocolmo (SIPRI), el gasto militar mundial se incrementó un 2,6% respecto a 2017 hasta alcanzar los 1,8 billones de dólares, 87.000 millones más que el año anterior. En la actualidad, es un 76% más alto que el mínimo histórico registrado después de la Guerra Fría, en 1998.”[2]

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Se trata de un festín mercantil por el que transitan fortunas inmensas dirigidas, mayormente, a los negocios de: 1. Lockheed Martin (Estados Unidos)con ventas en 2016 de US$47.248 millones; 2. Boeing (Estados Unidos) con ventas de US$29.500 millones (División Defensa, Espacio y Seguridad); 3. BAE Systems (Reino Unido) con ventas de US$25.600 millones; 4. Raytheon (Estados Unidos) con ventas de US$24.069 millones; 5. Northrop Grumman (Estados Unidos) con ventas de US$24.508 millones… son los líderes mundiales en el negocio de la muerte.[3]No se necesita mucha imaginación para comprender la trama comercial de semejante pachanga financiera donde los dueños comparten negocios con la industria bancaria global y los monopolios trasnacionales de “medios de comunicación. Los tres más grandes negocios “legales” del planeta. Y no se requiere mucha retórica para poner en claro que, además de “dividendos” jugosísimos, estos negocios dejan muerte, desolación y humillaciones planetarias. “Industria Global de Armas: Las Empresas de los Estados Unidos Dominan la Lista Top 100”[4]

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DICTÁMENES SOBRE EL NEONAZI-FASCISMO. HACIA UNA ÉTICA SIN FRONTERAS. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

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FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

Alguna vez se supuso, no sin alguna ingenuidad, que después de la Segunda Guerra Mundial se crearía, contra el nazi-fascismo, un consenso mundial tan poderoso que no haría mayor falta desarrollar vigilancia contra cualquier rebrote posible. Pero nos equivocamos de origen y por subjetivismos diversos. El nazi-fascismo no se derrota sólo con “buena voluntad”. Ni sólo con discursos. Sálvese aquí cualquier perogrullada aparente.

El campo de batalla contra el nazi-fascismo comprende un espectro muy amplio de terrenos objetivos y subjetivos dónde nos asedia, con la fuerza bruta, desde el asesinato inclemente e incluso el genocidio… hasta todas las formas del odio de clase y de “raza”; todas las formas del racismo y las intolerancias… y todos los “supremasismos”. Eso incluye el “supremasismo” del poder adquisitivo, el de la banalidad cosmética, el del consumismo y el de las verdades absolutas de sabelotodo individualista y compulsivo.

El nazi-fascismo aprendió a disfrazarse de “legalidad” y “normalidad” para deslizarse en lo cotidiano bajo la forma de “sentido común”, de costumbre y de tradición. Se alimenta con todas las herencias autoritarias y con una red de complejos, inhibiciones y represiones psicológicas ancestrales que actualiza -y profundiza- según las coyunturas históricas. Así se nos aparece bajo la forma de modelos burocráticos de gobierno tanto como bajo la forma de costumbres “populares” o herencias morales familiares. Tiene ribetes de edad y de género además de dominios abigarrados en el campo de la estética y de los placeres. No está a salvo ni el arte, ni la ciencia, ni la política ni la filosofía.

Empantanado en su propia historia el nazi-fascismo es una forma histérica del individualismo actualizada por la ideología burguesa como principio de superioridad de clase. En el nazi-fascismo se coagulan todas las formas anteriores del “delirio de grandeza” y el poder expresado como petulancia de iluminados o bendecidos. Es un aparato de guerra ideológica desplegado para convencer a la clase oprimida de su inferioridad esencial y su determinación fatal al plano de la subordinación.

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UN BASTIÓN MORAL LLAMADO CUBA. FERNANDO BUEN ABAD

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FERNANDO BUEN ABAD

En cualquier balance afectivo e intelectual (juntos o separados) que hagamos en América Latina y el Caribe, encontraremos a Cuba como referente infaltable y como deuda impagable. No son pocos los protagonistas políticos, intelectuales o artísticos que no tengan, en su vida y obra, una fuente referencial originaria de Cuba. Quienes crecimos con la Revolución, que supimos de ella con sus victorias y sus tropiezos, tenemos la ganancia especial de su ética de su resistencia expresadas en todas sus batallas. Cuba nos enseño la importancia del ser y el hacer revolucionario a pesar de todos los pesares. A pesar, incluso, de las diferencias y las indiferencias. Cuba estuvo y Cuba está ahí, siempre firme. Entiéndase aquí el concepto Moral como lo entendía Sánchez Vázquez: https://marxismocritico.com/2015/03/12/moral-y-politica-adolfo-sanchez-vazquez/.

Es inimaginable la “izquierda latinoamericana” sin la influencia, desigual y combinada, que Cuba implica en la hora de entender el presente continental y las tareas del futuro inmediato. Es inimaginable la “Patria Grande” sin el fulgor revolucionario de Cuba en las horas decisivas para la unidad continental y en las horas cruciales de las luchas “particulares”.

No es sólo la figura de Fidel (por sí sola una herencia monumental de teoría y práctica), no es sólo el papel de Raúl, estratega y soporte de mil tareas; no es sólo Camilo y el Ché con la didáctica de la acción sin dobleces… es también “Casa de las Américas”, es la Revolución Agraria y la Urbana. Es la Revolución de la Salud y de la Educación, la Revolución de la Ciencia, la Revolución de la Filosofía, la Revolución de la Poesía y de la Canción… la resistencia y la inteligencia para vivir viviendo la dignidad. Y nada de esto sin debates, sin dudas o sin reconsideraciones.

Así, aprendimos que el amor a Cuba (entre otros “requisitos”) incluye el odio al bloqueo; que no se puede hablar de Cuba sin un balance preciso de lo que ha perdido (lo que le han arrebatado en lo objetivo y en lo subjetivo) por el “embargo”. No se puede, no se debe, hablar de Cuba sin una estimación correcta del valor moral que representa, casa por casa, poner cara a todas las adversidades y defender organizadamente la praxis revolucionaria contra toda la ofensiva económica, política y mediática que no se ha detenido, ni un segundo, desde el triunfo de la Revolución con sus “barbudos”. Seguir leyendo UN BASTIÓN MORAL LLAMADO CUBA. FERNANDO BUEN ABAD

ENTRE LA FALSA CONCIENCIA Y LA CONCIENCIA DE LO FALSO. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

Entre la falsa conciencia y la conciencia de lo falso. Cómo se las ingenia el capital para convencernos de que el capital por encima de lo humano es lindo.
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Tan amplio es, y tan concreto, el repertorio ideológico desarrollado por la “clase dominante” que las mejores definiciones han requerido métodos, dinámicos e instrumentales, muy precisos para caracterizar sus raíces, efectos y perspectivas. En lo objetivo y en lo subjetivo. Decía Marx: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente.” Feuerbach, Oposición entre las concepciones materialista e idealista (Primer Capítulo de La Ideología Alemana)

Con el capitalismo la “dominación” desarrolló novedades que no se limitaron al campo de lo instrumental tecnológico sino que avanzaron en los territorios del control de conductas, grupales e individuales, más allá del poder del “opio del pueblo”. La doble moral refrescada. A la clase dominante le hacia falta un ser humano dominado, vaciado de fuerzas (políticas y físicas) pero también agradecido. Un ser humano dominado que reconociera (de pensamiento, palabra y obra) la superioridad de su dominador y le confiriera toda la razón por su ser y modo de ser. Hacía falta una dominado, además, que considerase su condición como un tesoro y lo cuidara con esmero para heredárselo a su prole como valor moral conquistado durante generaciones. Todo eso celebrándolo entre aplausos y festividades mercantiles y ritos consumistas. La ideología de la clase dominante deja tatuados en el cerebro todos sus anti valores individualistas.  «¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.» Albert Einstein (1879-1955) El paraíso de la alienación.

La clase dominante, adoradora del capital, enseñó a sus subordinados la misma adoración pero vaciada de posesión. Hizo invisibles todas las triquiñuelas ideadas para robar al trabajador el producto de su trabajo, mientras lo convencía de que los recursos naturales deberían estar en manos privadas; que el Gobierno es cosa corrupta que deben manejar los técnicos y que se debe respetar un orden porque los pueblos, maleducados, son un peligro para ellos mismos. Y los pueblos pagan (algunos hasta con orgullo) policías y ejércitos para que los repriman; bancos y financistas para que se lleven las ganancias disfrazadas de “créditos”; empresarios y mercados para que secuestren sus salarios; universidades y academias para que secuestren los saberes; industrias “mass media” para que anestesien la conciencia del saqueo; iglesias y cultos para que sublimen la mansedumbre; leyes y leguleyos para legalizar el hurto… un aparato enorme de instituciones y valores fabricados para mantener a raya todo intento de sentirse con derechos o propietario del trabajo y de las materias primas. La alienación y la enajenación como protagonistas estelares en el drama del despojo.

En su conjunto, las ideas dominantes (con su doble moral) son expresión de las relaciones materiales dominantes. Lo que vale para los sometidos no vale para los sometedores. La ideología del que domina es un repertorio amplísimo de “falsa conciencia”, de chatarra intelectual para esconder, bajo la alfombra, los muertos de fabrica y las miserias que genera. Doble moral en la que todo lo que se prohíbe para el sometido se permite para el que somete. Quienes forman la clase dominante saben bien qué, cómo y cuánto dominan en una época histórica específica y cómo deben actualizar sus “mecanismos” materiales y simbólicos para perpetuar esa dominación. Esa clase dominante actúa como productora de ideas permanentemente, aunque sean ideas repetitivas e irracionales, porque las necesitan para regular la producción y la distribución de las ideas dominantes de la época. Y desde luego, que en el repertorio de las luchas inter-burguesas cada facción organiza sus cadenas de producción de ideas para competir en el mercado de los pensamientos subordinados.

Hay “grandes maestros” en el arte del engaño, capaces de garantiza la invisibilidad de la explotación del trabajo, división del trabajo espiritual y material, para crear la ilusión de que se es muy activo en el desarrollo de la fuerza productiva mientras en realidad se es un subordinado con poco tiempo para educarse y percatarse de los engaños y amasar ideas acerca de sí mismos, para cambiar una situación de la cual se conoce poco y nada. El colmo es cuando los dominados creen que las las ideas dominantes le pertenecen y que debe defenderlas con su vida.  Seguir leyendo ENTRE LA FALSA CONCIENCIA Y LA CONCIENCIA DE LO FALSO. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

UN BASTIÓN MORAL LLAMADO CUBA. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ*

En cualquier balance afectivo e intelectual (juntos o separados) que hagamos en América Latina y el Caribe, encontraremos a Cuba como referente infaltable y como deuda impagable. No son pocos los protagonistas políticos, intelectuales o artísticos que no tengan, en su vida y obra, una fuente referencial originaria de Cuba. Quienes crecimos con la Revolución, que supimos de ella con sus victorias y sus tropiezos, tenemos la ganancia especial de su ética de su resistencia expresadas en todas sus batallas. Cuba nos enseño la importancia del ser y el hacer revolucionario a pesar de todos los pesares. A pesar, incluso, de las diferencias y las indiferencias. Cuba estuvo y Cuba está ahí, siempre firme. Entiéndase aquí el concepto Moral como lo entendía Sánchez Vázquez:

https://marxismocritico.com/2015/03/12/moral-y-politica-adolfo-sanchez-vazquez/

Es inimaginable la “izquierda latinoamericana” sin la influencia, desigual y combinada, que Cuba implica en la hora de entender el presente continental y las tareas del futuro inmediato. Es inimaginable la “Patria Grande” sin el fulgor revolucionario de Cuba en las horas decisivas para la unidad continental y en las horas cruciales de las luchas “particulares”.

No es sólo la figura de Fidel (por sí sola una herencia monumental de teoría y práctica), no es sólo el papel de Raúl, estratega y soporte de mil tareas; no es sólo Camilo y el Ché con la didáctica de la acción sin dobleces… es también “Casa de las Américas”, es la Revolución Agraria y la Urbana. Es la Revolución de la Salud y de la Educación, la Revolución de la Ciencia, la Revolución de la Filosofía, la Revolución de la Poesía y de la Canción… la resistencia y la inteligencia para vivir viviendo la dignidad. Y nada de esto sin debates, sin dudas o sin reconsideraciones.

Así, aprendimos que el amor a Cuba (entre otros “requisitos”) incluye el odio al bloqueo; que no se puede hablar de Cuba sin un balance preciso de lo que ha perdido (lo que le han arrebatado en lo objetivo y en lo subjetivo) por el “embargo”. No se puede, no se debe, hablar de Cuba sin una estimación correcta del valor moral que representa, casa por casa, poner cara a todas las adversidades y defender organizadamente la praxis revolucionaria contra toda la ofensiva económica, política y mediática que no se ha detenido, ni un segundo, desde el triunfo de la Revolución con sus “barbudos”.  Seguir leyendo UN BASTIÓN MORAL LLAMADO CUBA. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

EMILIANO ZAPATA. FERNANDO BUEN ABAD

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FERNANDO BUEN ABAD

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Titán del Sur (2014), dibujo de Sándor González Vilar

Emiliano Zapata fue asesinado el 10 de abril de 1919. Nada hay más inquietante o enigmático que esos diálogos espejíneos ,visibles e invisibles, trenzados entre la Vida y la Muerte, como garantía de la memoria y el futuro. Nada más sobrecogedor y problematizante que esa red de fuerzas miméticas descomunales empeñadas en abrir o cerrar ciclos. Lo terminal se trasmuta en futuro y morir suele ser otra forma de existencia. Diálogo – fusión entre lo particular y lo general para que la totalidad borre fronteras como en una fiesta-síntesis donde los invitados intercambian posiciones. La muerte de Emiliano Zapata es el nacimiento de muchísimas potencias que se expandieron históricamente para estanciarse en nuestro destino como imagen paradigma detonante del yo más profundo. Zapata caudillo y mito, consagró con su muerte los argumentos particulares y colectivos más inalienables de la dignidad fundamental para la existencia. Puso la vida por medio y se entregó al futuro para “que no gane el silencio”. Puso la muerte como garantía para hacer estallar en millones de imágenes su lirismo épico revolucionario, más vivo que nunca. Por el pasado, por el presente y por el futuro.

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Nada de lo que Emiliano Zapata propuso e hizo puede explicarse con reduccionismos arribistas. Su historia no es atomizable al calor de explicacionismos caudillistas, iluminismos mesiánicos o protagonismos estatuarios. Su historia es tan particular como colectiva. Traslucen un mismo espíritu y genio que sintetiza lo arquetípico con lo estratégico. Las balas con la fecundidad de la tierra, el amor con la disciplina militar. De ida y vuelta conocer a Zapata implica conocer su entorno y totalidad. No hay en su biografía, ni en su contexto elemento omisible. Ambos sudan el mismo drama, respiran el mismo fulgor mágico y generan las mismas interrogantes o certezas. Zapata es México y América, ambos son Zapata porque contienen el mismo drama interno del desgarramiento producido por despojar de su tierra a los hombres y despojarlos de su sacralidad, su identidad y su trascendentalidad. Drama vigente y galopante cuya amenaza ideológica sigue siendo distanciar a las sociedades de su tierra, fertilidad y maternidad sagradas. Amenaza engendrada por la pleitesía a lo industrial empeñado en transferir riquezas colectivas a bolsillos de invasores extranjeros. Desde Cristóbal Colón hasta Wall Street.

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EL SISMO Y EL DERRUMBE DE LA INFORMACIÓN. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

 FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

En una situación de emergencia, de consternación y miedo como la que se produce con un sismo, la información es un aliado o es un enemigo según los intereses de quien la genera o manipula. Lo que debería ser un derecho inalienable y una responsabilidad social obligatoria, pasa a ser una mercancía lábil ahogada en mares de incertidumbre y angustia. Los monopolios mediáticos aprendieron a hacer, de esto, un festín comercial muy peligroso. México, tal cual. Poco es más desesperante que la insoportable levedad de la información mercantilizada. Avasalla conciencias para que reine el desconcierto. Toda información que se distribuya sobre México a partir del sismo debe ser verificada. Respeto por las víctimas y los damnificados

Saber qué pasa, quiénes son los protagonistas, qué hacen, qué dicen, qué temen y qué necesitan. Objetivamente, concretamente. El maremágnum de acontecimientos es un desafío metodológico si se quiere contribuir a despejar confusiones pero es un caldo de cultivo idóneo si de lo que se trata es de que impere el desorden, el oportunismo y la proverbial manía burguesa de comerciar con las mentiras. En cada víctima del sismo está la sombra de la corrupción con las mafias inmobiliarias y gubernamentales. Ayudar no es sinónimo de cómplices

Hay muchos presupuestos que deben ser tratados con destreza de quirófano si se quiere ser útil a las víctimas y a la justicia luego de que un fenómeno telúrico (o cualquier otro) hace de las suyas e impone sus consecuencias más duras (o menos) según su tamaño y según mil condiciones. Eso incluye la dialéctica entre la información y la opinión, entre los hechos y sus interpretaciones, entre la realidad y las ideologías. Eso incluye el acuerdo sobre principios universales que deben ser referentes y orientadores para que lo humano no se subordine a los negocios de los mercachifles, a los negociados políticos de sectas burguesas, o al “opio de los pueblos” en cualquiera de sus presentaciones. Son presupuestos teórico-metodológicos inexcusables a sabiendas de que, bajo el capitalismo que es mentiroso por definición, “por el engaño nos han dominado más que por la fuerza”. Por cierto, ¿alguien sabe qué relación hay entre sismos y fracking yanqui? (fractura de placas tectónicas para obtener petróleo) Toneladas de dinamita.

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TREPADORES, ARRIBISTAS Y VIVIDORES. FERNANDO BUEN ABAD

              La cultura del esfuerzo ajeno.

FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ / REBELIÓN / INSTITUTO DE CULTURA Y COMUNICACIÓN UNLa

Es muy viejo el oficio de escalar montañas ajenas apoyado en logros de otros. Es añejo el “arte” de vividores entrenados para viajar en el “sidecar” de la historia. (Jorge Falcone dixit). Hay mil metáforas ejemplificadoras de esa manía perversa que consiste en “chupar la sangre” de alguien que, por bondad o por idiotez, lo permite. Lo vio bien claro, según parece, Bram Stoker con su Drácula desde en 1897. Quizá una suerte de crítica a la cultura dominante.

Está plagada la Historia con episodios terribles producto del cálculo frio, del acomodo de ocasión, del saber estar parado en el lugar y el momento correcto para disfrutar las mieles del esfuerzo que hacen otros y (no pocas veces) sepultarlo en el olvido para calzarse glorias espurias. Trepadores, arribistas y vividores cultivan el arte del merodeo. Se acomodan o agazapan en lugares estratégicos para ir recogiendo lo que escurre del trabajo ajeno y, poco a poco, adueñarse de porciones más grandes del “pastel”. Está en el corazón del psicoanálisis, dice Alfredo Salmón.

Son expresión en miniatura del capitalismo que en su conducta condensan, en clave de individualismo, lo que la burguesía hace en clave de masas: vivir del trabajo ajeno. Son encarnación de cierta moral carroñera que sólo celebra cuando encuentra presas enormes a cambio de no hacer esfuerzos. Son sabandijas que medran en todos los rincones de la vida diaria acurrucados en la esperanza de encontrar alguien que trabaje mucho para exprimirlo con poco esfuerzo.  Seguir leyendo TREPADORES, ARRIBISTAS Y VIVIDORES. FERNANDO BUEN ABAD

SEMIÓTICA DE LAS FALACIAS. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

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FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

Ética entre la “Pos-verdad” y la “Plus-mentira”

Urge intervenir la noción de “Pos- verdad” -con una buena dosis de pensamiento crítico- para radiografiarla hasta saber qué contiene y a qué propósitos tributa su uso. Sus definiciones la pintan como una forma “emotiva” de la mentira para manipular la “opinión pública”… para subordinar los hechos a las habilidades emocionales del manipulador. Es la mentira que prescinde de los hechos, que los arrodilla ante los intereses del enunciado para revertir (pervertir) la relación conocimiento-enunciación. El conocimiento se convierte en producto del enunciado y no al contrario. La realidad se convierte en un estorbo o en una anécdota decorativa -o prescindible- del enunciado. Una figura “retórica” más importante que la propia verdad. De cualquier manera parece ser necesario interpelar a la noción de “pos- verdad” con otra noción de contraste dialéctico que llamaremos aquí “Plus-mentira”. Incluso la construcción histórico-social de la “verdad” debe ser obra crítica.

En todos los sistemas económico-políticos que dividen a la sociedad en opresores y oprimidos, la mentira es un dispositivo consustancial o, dicho de otro modo, son mentirosos por definición. Sistema mentiroso que se basa en robar el producto del trabajo, con estratagemas diversas, que usa represión, miedo, armas, idolatrías e ideologías. La dictadura de las creencias y las supercherías. Mentiras que se perfeccionan en laboratorios de guerra psicológica fabricantes de “Plus-mentira”. Ahora quieren imponernos como “verdad” su reino de la des-honestidad y la anti-política. La fachada fagocitando el contenido; las técnicas de persuasión  produciendo crisis de confianza; la política huérfana de sociedad. Se trata de aniquilar lo que contradiga, lo que interpele, lo incómodo, lo difícil, lo profundo y lo social. Es un modo más de la ideología de la clase dominante en su fase intolerante y excluyente. Uno de sus modos más extremos y contradictorios que se “justifica” con “pos-verdades” creadas exprofeso y con tono “académico”. Medios para coagular el odio de clase como “verdad” que aniquila “lo otro”. Seguir leyendo SEMIÓTICA DE LAS FALACIAS. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

TEORÍA DE LA RISA FALSA. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

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FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ / ALAI

Pocas expresiones humanas son más desagradables (dicho con cautela) que las risas falsas. Y sin embargo abundan. Allá donde uno va encuentra, sin atenuantes, alguien dispuesto a sonreír, reír o carcajearse de manera falsa y, no pocas veces, estruendosa. Bajo el supuesto –estereotipado- de que “con una sonrisa se logra todo” tenemos a granel aventureros de la antipatía dispuestos a echarnos en cara una risotada sonora y falaz para auto-complacerse, convencido de que eso es “simpático”. Y uno quisiera salir huyendo.

 Convertidas en muecas huecas, para una convivencia de fachada, las sonrisas falsas provienen de fuentes diversas. Unos piensan que es cortés (y de buena educación) interactuar, con todo mundo, muñido de algún estiramiento de labios más o menos creíble. Que eso ayuda a vender o a convencer a otros de que se es persona “segura”, “sincera” y “divertida”.  En no pocos manuales de “relaciones públicas” se exige y se entrena a los trabajadores para que logren “naturalidad” en su sonreír falso y, no pocas veces, buscan y buscan en las revistas “del corazón” por ejemplo, una sonrisa imitable bien ensayada por alguna “estrella” del glamour político, empresarial o de la farándula. Formas de la extorsionar a la simpatía. Seguir leyendo TEORÍA DE LA RISA FALSA. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

INFORME MUNDIAL SOBRE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN. FERNANDO BUEN ABAD

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Para asegurarnos de que el “problema de la comunicación”, es decir sus modos y sus medios de producción, su régimen de propiedad y su papel ideológico ocupe un lugar prioritario en la preocupaciones -tácticas y estratégicas- de toda agenda política, necesitamos instrumentos esclarecedores y movilizadores capaces de superar la aberración que implica saber que los medios dominantes en el planeta están en unas cuantas manos: “El problema es la concentración oligopólica de los multimedia en Occidente: mil 500 periódicos, mil 100 revistas, 9 mil estaciones de radio, mil 500 televisoras, 2 mil 400 editoriales: ¡Todo controlado por sólo seis trasnacionales!

fbbc7-b238e9b7-e0df-4459-9feb-64164b613d2dTodo lo dicho por el Informe MacBride en 1980 en materia de concentración monopólica y obturación de la pluralidad con imposición del discurso único… hoy se queda corto y parece suave. Hoy el panorama es mucho peor y el llamado a un “Nuevo Orden Mundial de la Información y de la Comunicación” es un imperativo y un clamor planetario que parece invisible a los ojos de muchos que creen que el asunto “mediático” es secundario y que puede dejarse para tiempos mejores. Lo demuestran los hechos.  Seguir leyendo INFORME MUNDIAL SOBRE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN. FERNANDO BUEN ABAD

Ética y Semiótica del Informe MacBride

Fernando Buen Abad Domínguez

Algunas disquisiciones desordenadas para un Nuevo Orden de la Información y la Comunicación.

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La manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría.”

K. Marx

No se habían enfriado los cadáveres en Vietnam, no salíamos aun del estupor por las carnicerías humanas que la televisión trasmitía en los horarios de meriendas y en los periódicos del desayuno… cuando la UNESCO propuso a Sean MacBride el desarrollo de un Informe mundial (1976-1980) sobre los “medios de comunicación” y el papel que jugaban y jugarían ante el Derecho de los pueblos recibir, proveerse y proveer, información y comunicación. En 1983 el 90% de los medios en USA estaban controlados por 50 empresas… en el año 2001 es 90% estaba controlado por 6 empresas.

En el corazón del Informe MacBride fluye un conjunto de preocupaciones que no sólo tienen por ingrediente las preocupaciones por los desarrollos comerciales de los medios, los avances tecnológicos y su distribución, los problemas jurídicos y los problemas de Estado. Está, también, en debate y diagnóstico el ejercicio de derechos cruciales que en el campo de la producción de información y de medios para la comunicación social deben garantizar igualdad de condiciones y libertad para las múltiples necesidades expresivas de los pueblos. Está en debate la hegemonía del capital en la producción de sentido y el papel de contra la emancipación de los pueblos. Seguir leyendo Ética y Semiótica del Informe MacBride