Archivo de la etiqueta: GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA

LA DICTADORA AL BOTE. ÁNGEL GUERRA CABRERA

Jeanine Áñez es ayudada por un militar de alto rango durante su investidura como presidenta de facto de Bolivia

ÁNGEL GUERRA CABRERA

La investigación abierta y prisión preventiva contra Jeanine Áñez, ex presidenta de facto de Bolivia, ex dictadora para mayor exactitud, y dos ex integrantes de su gabinete acusados de sedición, conspiración y terrorismo por los hechos que condujeron al golpe de Estado en 2019 contra el presidente Evo Morales marca un hito fundamental en el restablecimiento del régimen constitucional y de la justicia en Bolivia. Habría que añadir el efecto ejemplarizante que el hecho tiene para América Latina y el Caribe, donde la impunidad ha sido la regla para los autores de las innumerables rupturas del orden democrático, incluyendo las más recientes contra presidentes de la ola progresista iniciada tras la elección de Hugo Chávez en 1998. Conviene recordar que Áñez se autoproclamó presidenta del Senado y más tarde presidenta de Bolivia en una sesión donde solo había 9 senadores y estaba ausente la mayoritaria bancada del MAS. Eso sí, recibió la banda presidencial de manos del jefe de las fuerzas armadas.  La fiscalía también emitió órdenes de captura contra los exministros Yerko Núñez (presidencia), Arturo Murillo (interior) y Fernando López (defensa) y exjefes militares y policiales.  Entre los militares destacan el general Williams Kaliman, jefe de las fuerzas armadas que desencadenó el golpe al pedir la renuncia de Morales, y su sucesor Carlos Orellana, el primero residente actual en Estados Unidos y el segundo en Colombia. Murillo y López se ausentaron del país después de la arrolladora victoria electoral en noviembre de 2020 de los candidatos masistas a presidente y vicepresidente Luis Arce y David Choquehuanca.

Está también comprendido en esta investigación el recién electo gobernador de Santa Cruz Luis Fernando Camacho, uno de los protagonistas fundamentales del golpe, aunque todavía la fiscalía no ha ordenado su captura. Existen más responsables del atentado al orden constitucional, dentro y fuera de Bolivia, unos visibles en extremo, como el secretario general de la fétida OEA Luis Almagro, otros mas encubiertos como los oficiales de la CIA participantes en la operación, en estrecha unión con sus colegas británicos. El portal inglés Declassified UK, dedicado a asuntos de política exterior e inteligencia, revela, citando documentos del Foreign Office que la embajada británica en La Paz se movió rápidamente para apoyar el régimen golpista con los ojos puestos en los yacimientos bolivianos de litio, los mayores del planeta.

Áñez en el momento de su detención

El golpe de Estado comenzó a prepararse con mucha antelación, cuando los medios hegemónicos locales e internacionales, destacadamente CNN y El País, comenzaron a vaticinar con derroche de mendacidad, que La Paz preparaba un gran fraude electoral, noción que desgraciadamente caló en la cabeza de muchos dentro y fuera de Bolivia. Sobre esta matriz de opinión se montaron las acciones de Almagro, imprescindibles para precipitar y consumar el golpe, de modo que el uruguayo puede ser considerado tan responsable como Áñez de la   muerte de 36 personas en las masacres de Sacaba y Senkata y otros hechos de sangre, como de los cien heridos y 1500 presos políticos resultantes de la inmisericorde cacería de demócratas desatada por la dictadura añizta. La cancillería boliviana, que analiza llevar a Almagro a juicio ha expresado: “El señor Almagro no tiene la autoridad moral ni ética para referirse a Bolivia, después del daño profundo que hizo al pueblo boliviano. Sus acciones costaron vidas y debe rendir cuentas”.

No ha de extrañar por eso el cínico cuestionamiento del turbio personaje a la posibilidad de un juicio justo en Bolivia para los personeros de la dictadura, actitud con la que una vez más se extralimita en sus funciones e irrespeta la soberanía boliviana.  “La secretaría general debe atender la naturaleza colegiada de su mandato y abstenerse de confrontarse con un gobierno electo democráticamente como es el boliviano”, fustigó la cancillería mexicana.

La medida de prisión contra la ex dictadora y su entorno ha llevado a la activación sediciosa de los llamados Comités Cívicos de la parte oriental y separatista del país, nido de las corrientes más reaccionarias, proimperialistas, antibolivianas, tras los cuales se parapetan los partidos de extrema derecha y derecha. Siempre partidarios del golpismo, estos grupos oligárquicos no pueden aceptar que sean llevados a juicio sus pares del gobierno de facto, por aquello de cuando veas las barbas de tu vecino arder…” No cabe duda del liderazgo de Camacho entre ellos, sujeto fascistoide que no tardará en buscar un choque con el gobierno del presidente Luis Arce Catacora. El juicio contra Áñez se inserta centralmente en la disputa por nuestra región entre las fuerzas neoliberales, antidemocráticas por definición, y las progresistas, democráticas por vocación.

Twitter:@aguerraguerra

REDES DE ONG: EL BRAZO «CIVIL» DEL IMPERIO ESTADOUNIDENSE QUE DEFINIÓ EL GOLPE EN BOLIVIA

Mediante campañas en los medios y manifestaciones masivas contra la «corrupción», por los «derechos humanos», la «democracia», la «libertad», dirigidos al gobierno objetivo, Estados Unidos hace un uso hábil de las ONG para llevar a cabo sus planes, que a menudo apelan a los valores y sentimientos apreciados de la izquierda liberal y el centro-convergente.

Estados Unidos busca derrocar a los presidentes elegidos democráticamente a través de campañas mediáticas de mentiras y medias verdades, incitando el descontento social, deslegitimando al gobierno, provocando violencia en las calles, trastornos económicos y huelgas.

El formato estándar implica el papel de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), el Fondo Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Instituto Nacional Demócrata (NDI, por sus siglas en inglés) para ayudar a financiar a las ONG para que hagan el trabajo sucio. Éstas se han convertido en la cara «humanitaria» de la intervención imperialista.

Detrás de la retórica de la «promoción de la democracia», Washington aspira a imponer regímenes neoliberales que abran sus mercados a los Estados Unidos sin condiciones y se alineen con su política exterior.

En el caso del reciente golpe de Estado en Bolivia, el trabajo de las ONG es una demostración de cómo se aceleran los procesos de desconfiguración del tejido social mediante el financiamiento continuo y el trabajo sistemático de la diplomacia estadounidense en cooperación con actores locales.

ENTRE LO INDÍGENA Y LO AMBIENTAL: CAPÍTULO TIPNIS

El Centro para la Democracia, Avaaz y Amazon Watch, tres ONG financiadas en gran medida por los factores gobernantes de los Estados Unidos (Fundación Rockefeller, Fundación David y Lucile Packard, Fundación Ford y Soros, por nombrar algunas), lideraron en 2011 una campaña internacional contra el líder indígena-sindical Evo Morales y su gobierno. Aquello se centró en las protestas contra la controvertida propuesta del gobierno boliviano de construir una carretera a través del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure (TIPNIS).

El referido territorio, que cubre más de 1 millón de hectáreas de bosque, recibió el estatus de territorio indígena por parte del gobierno de Morales en 2009, alrededor de 12 mil personas de tres grupos indígenas diferentes viven en 64 comunidades.

En agosto de ese año, representantes de organizaciones que unen a las comunidades, así como a otros grupos indígenas, comenzaron una marcha a la ciudad capital, La Paz, para protestar contra el plan de la carretera. La gente de TIPNIS tenía preocupaciones legítimas sobre el impacto de la carretera y hubo errores en el manejo del problema por parte del gobierno.

Se iniciaron peticiones internacionales declarando apoyo para esta marcha y condenando al gobierno de Morales por supuestamente socavar los derechos indígenas, entre ellas la del grupo de cabildeo internacional Avaaz y una carta a Morales firmada por más de 60 grupos ambientalistas, en su mayoría fuera de Bolivia, que tergiversaban los hechos y obviaban los repetidos intentos del gobierno de abrir discusiones con los manifestantes.

Ninguna de las peticiones mencionaba el apoyo de los manifestantes al programa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques (REDD) de las Naciones Unidas, que busca privatizar los bosques convirtiéndolos en «compensaciones de carbono» que permiten que los países ricos y desarrollados continúen contaminando.

Además hubo una confrontación violenta entre los manifestantes del TIPNIS y la policía, fue la oportunidad vital necesaria para intensificar la campaña. Coordinadamente esta campaña se desarrolló en varios centros de medios alternativos como UpsideDownWorld, NACLA, In These Times, ROAR, CommonDreams, Jacobin, WagingNonViolence, Alternet, MintPressNews, incluso Naomi Klein y Real News Network.

Sin embargo, el investigador Federico Fuentes develó el financiamiento de USAID a las protestas de TIPNIS, indicando que «la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB), la principal organización detrás de la marcha, no tiene tales reparos [sobre su conexión con Estados Unidos]. En su sitio web se jactaba de haber recibido programas de capacitación de la agencia de ayuda del gobierno de los Estados Unidos, USAID».

En el sitio, el presidente de CIDOB, Adolfo Chávez, agradece la «información y formación adquirida a través de diferentes programas financiados por colaboradores externos, en este caso USAID».

También el investigador y analista Nil Nikandrov afirmó:

«Según la periodista y escritora Eva Golinger, USAID invirtió al menos 85 millones de dólares para desestabilizar el régimen del país. Inicialmente, los Estados Unidos esperaban lograr el resultado deseado arrastrando a los separatistas del distrito de Santa Cruz, predominantemente blanco. Cuando el plan colapsó, USAID pasó a cortejar a las comunidades indias con las que las ONG orientadas a la ecología comenzaron a ponerse en contacto unos años antes. Se informó a los indígenas que la construcción de una autopista a través de su región dejaría a las comunidades sin tierra, y que las marchas de protesta de los indígenas hacia la capital que siguió se comieron la imagen pública de Morales. Pronto se supo que muchas de las marchas, incluidas las organizadas por el grupo TIPNIS, habían sido coordinadas por la embajada de los Estados Unidos. El trabajo fue realizado por el funcionario de la embajada Eliseo Abelo, curador de USAID para la población indígena boliviana. Sus conversaciones telefónicas con los líderes de la marcha fueron interceptadas por la agencia de contraespionaje boliviana y se hicieron públicas, de modo que tuvo que escapar del país mientras el enviado diplomático de Estados Unidos a Bolivia se quejaba de las escuchas telefónicas».

También la Liga para la Defensa del Medio Ambiente (LIDEMA) se creó con fondos del gobierno de los Estados Unidos. Tanto los cables diplomáticos secretos publicados por WikiLeaks como los archivos desclasificados de Washington han demostrado que USAID apuntó directamente a las comunidades indígenas en un intento por alejarlas del apoyo a Morales y acercarlas a los intereses del Estado profundo estadounidense.

La ONG Amazon Watch se sumó a la campaña de propaganda sin mencionar el papel de Estados Unidos en las protestas, ni que el gobierno de Morales había despedido a varios policías responsables de la violencia no autorizada contra los manifestantes, ni que estuvo de acuerdo con las demandas de los manifestantes.

  • Los financistas de Amazon Watch y Rainforest Action Network (RAN) incluyen a Charles Stewart Mott Foundation (que trabaja con la NED), Richard and Rhoda Goldman Fund, The Overbrook Foundation, Moriah Fund (directores relacionados con USAID y la administración de Bill Clinton), Rockefeller Brothers Fund, la Fundación David y Lucile Packard, entre otros.

En 2013, Pedro Nuni, uno de los indígenas líderes centrales de estas protestas del TIPNIS, defendido por muchos medios alternativos occidentales, anunció que se uniría al partido de derecha Movimiento Demócrata Social (MDS) opositor a Morales, que promovió al gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas. Este junto al fugitivo Branko Marinkovic calcularon mal su nivel de apoyo cuando avanzaron hacia una rebelión violenta contra el gobierno de Morales luego de que no fuera reconocida su iniciativa de estatuto departamental redactada a puerta cerrada.

En el intento de infiltrarse en las comunidades indígenas, la USAID buscó nuevos actores para promover la agenda de Washington con una imagen más representativa de la mayoría indígena boliviana. Un documento desclasificado que divulgó la periodista Eva Golinger esboza claramente la necesidad de dar «más apoyo a los pasantes indígenas de la USAID y la embajada para construir y consolidar una red de graduados que aboguen por el gobierno de los Estados Unidos en áreas clave».

El documento analiza además la necesidad de «fortalecer la ciudadanía democrática y el desarrollo económico local para los grupos indígenas más vulnerables de Bolivia». Para USAID, «este programa muestra que ningún país ni gobierno tiene el monopolio de ayudar a los indígenas. El programa muestra que los Estados Unidos es un amigo de Bolivia y de los indígenas…». Seguir leyendo REDES DE ONG: EL BRAZO «CIVIL» DEL IMPERIO ESTADOUNIDENSE QUE DEFINIÓ EL GOLPE EN BOLIVIA

BOLIVIA: EL GOLPE DENTRO DEL GOLPE. KATU ARKONADA

TUTO QUIROGA 4
Jorge «Tuto» Quiroga,  principal articulador del golpe de Estado en Bolivia y avieso representante de los intereses de EE.UU.

KATU 1¡Yo no soy cualquiera, soy artesano, carajo!

Este grito desesperado del padre de Pedro Quisbert Mamani, asesinado por la represión gubernamental en la masacre de Senkata, sintetiza un proceso de cambio boliviano que los golpistas no terminan de entender. Si algo hicieron Evo Morales y el MAS, por encima incluso de la nacionalización de los recursos naturales o la convocatoria de una Asamblea Constituyente, fue devolver la dignidad a las y los condenados de la tierra, a los nadies, a las clases populares de una Bolivia convertida en Estado Plurinacional.

Mientras tanto, como ha escrito Álvaro García Linera, en el lenguaje político de la clase media tradicional se impone el odio racial. El odio al indio. Se constata que Evo Morales siempre fue la cristalización de los sueños e imaginarios de las mayorías sociales, y por eso el odio focalizado contra él, que es el odio contra todo un pueblo. Pero, además, esa clase media está unida en su odio, y por eso permiten los asesinatos con bala y justifican un gobierno demencial en el que un señor misógino y maltratador de mujeres es puesto a la cabeza de la cacería contra el MAS.

En cambio, lo popular es por definición fragmentado. Pero en esa debilidad está su potencia, y por eso la insurrección popular al golpe, como la del año 2003 en El Alto, está conformada por una red de microliderazgos regionales que ni siquiera el mismísimo Evo Morales puede controlar, mucho menos el gobierno golpista.

Las movilizaciones regionales piden en primer lugar la renuncia de la autoproclamada presidenta, Jeanine Áñez, identificación de los autores materiales e intelectuales del golpe de Estado y las masacres posteriores en Sacaba o Senkata, y el retorno de la democracia y el estado de derecho a Bolivia.

Entre todas estas demandas, quizás la más importante para entender lo sucedido en Bolivia es la de esclarecer quiénes son los responsables intelectuales del golpe de Estado.

No lo es ciertamente Jeanine Áñez, un títere desechable como en su momento lo fue Michel Temer en Brasil. Tampoco Carlos Mesa, que nunca tuvo ningún liderazgo en los días posteriores a las elecciones presidenciales del 20 de octubre, y quien de hecho ni siquiera se puede atribuir el 36 por ciento de los votos obtenidos, pues sabe perfectamente que él sólo concentró el voto anti-Evo, sin que eso implicara ninguna adhesión a su proyecto. Y a pesar de su proyección mediática, tampoco el actor principal de este golpe es Luis Fernando Macho Camacho, a quien le tocó justamente interpretar ese papel, el de un toro que embiste y concentra los focos para que otros puedan moverse en las sombras pasando inadvertidos. Ni siquiera Vladimir Yuri o Kaliman, comandantes en jefe de la Policía y Fuerzas Armadas, detonadores de un golpe cívico, político, policial y militar, se pueden otorgar la responsabilidad principal.

El golpe dentro del golpe de Estado se ha ejecutado de manera impecable, de modo que los anteriores líderes opositores, policiales y militares, creen que son los responsables de haber forzado el asilo político de Evo Morales. Pero las responsabilidades trascienden Bolivia y apuntan directamente a Estados Unidos.

Es sabido que Yuri Calderón fue agregado militar en la embajada de Bolivia en Washington hasta diciembre 2018, y Kaliman fue agregado militar entre 2013 y 2016. También es de sobra conocido en círculos políticos la relación de la Fundación Nueva Democracia, de Óscar Ortiz, con la Fundación Atlas, el IRI del Partido Republicano y la NED.

Sin embargo, el principal articulador del golpe se llama Jorge Quiroga. Tuto Quiroga fue vicepresidente del dictador Banzer, y presidente de Bolivia entre 2001 y 2002. Desde entonces sus vínculos con las diferentes agencias del Departamento de Estado no han dejado de crecer, así como con la OEA, siendo el responsable de la misión de observación electoral que avaló el fraude cometido por Juan Orlando Hernández en Honduras.

Ahora mismo, las principales instrucciones del Departamento de Estado respecto de Bolivia llegan por medio de Tuto Quiroga, quien ha sido no sólo el principal articulador del golpe, sino también el responsable de la autoproclamación de Áñez por medio del ex diputado de Podemos (partido de Tuto) Luis Vásquez Villamor, jurista que encuentra un fallo del Tribunal Constitucional de 2001 (basado a su vez en la Constitución de 1967, sin validez desde la aprobación de la CPE en 2009) que permite a la derecha justificar legalmente el golpe de Estado.

La principal misión de Tuto Quiroga ahora es operar el retorno de la DEA y la Usaid a Bolivia, expulsadas durante el gobierno de Evo, para poder deshacer la situación de poder dual que se vive, donde los golpistas controlan el ejecutivo, pero si siguen manteniendo la represión pronto van a comenzar las fisuras en la policía, y, sobre todo, en el ejército. Del lado del proceso de cambio la situación no es fácil tampoco, pues, aunque hay un control de una parte del territorio y de dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional, la polarización se ha transformado en odio y la amenaza de represión gubernamental, también contra diputados y senadores, es un hecho.

Si la contrarrevolución ha triunfado, al menos momentáneamente, por un exceso de democracia, entendida esta como igualación y distribución de la riqueza, como afirma García Linera, la respuesta sólo puede ser una radicalización de las posiciones democráticas. Una radicalización que implique no sólo la rebelión contra la dictadura, sino también el regreso de Evo Morales para pacificar el país.

El factor Evo es decisivo en esta ecuación, si no regresa y se pierde la cohesión en el movimiento popular, lo que ahora es un factor de pacificación, puede ser en el futuro de desestabilización.

Ahora es cuando, toca cuidar a Evo, pero también garantizar su regreso a Bolivia con el debido acompañamiento de la comunidad internacional. El futuro del proceso de cambio boliviano depende de ello.

*Politólogo especialista en América Latina

Fuente: LA JORNADA

ALBERTO FERNÁNDEZ: “CUANDO LA ECONOMÍA SE MUEVA, TODOS VAN A VERSE BENEFICIADOS”

Entrevista exclusiva con el presidente electo 

Las primeras definiciones del próximo gobierno. La economía, la deuda y la justicia. La prioridad: "No hay nada más urgente que la pobreza y el hambre".  

 FELIPE YAPUR y VICTORIA GINZBERG

ALBERTO FERNÁNDEZ
Imagen: Adrián Pérez

Alberto Fernández pasa el fin de semana largo en un campo en la provincia de Buenos Aires. Está en contacto con sus colaboradores pero rodeado de mucho verde, un ambiente donde él puede despejarse y Dylan correr a sus anchas. Tiene los lineamientos y las primeras medidas de su gobierno en la cabeza y, aunque trata de reservarse algunas sorpresas y elude confirmar nombres, ofrece importantes definiciones sobre el país que se viene después del 10 de diciembre. Está contento: “tengo una gran alegría porque a partir de ahora que las cosas salgan bien dependerá de nosotros. Vamos a decidir nosotros y por lo tanto vamos a prestarle más atención a los que más sufren. Esa alegría está mezclada con una gran dosis de responsabilidad, pero también tengo tranquilidad porque sabemos por dónde hay que caminar”. A veces, hace una pausa antes de contestar, aunque casi siempre tiene la respuesta rápida, se sabe que está entrenadísimo en la tarea de hablar con periodistas. Ubica el momento en que se dio cuenta que sería Presidente: cuando Cristina Kirchner anunció que irían juntos en la fórmula que él encabezaría. “Sabía que íbamos a lograrlo porque ella lo pensó muy bien. Sentí que juntos íbamos a poder hacerlo, convocando a todos».  Y tiene muy clara su prioridad: “No hay nada más urgente que la pobreza y el hambre». Dice que cuando termine su mandato se cumplirán 40 años de democracia y que le gustaría poder demostrar que era verdad aquel dicho de Raúl Alfonsín que señalaba que con la democracia se come, se educa y se cura. Además, adelanta una importante noticia sobre la legalización del aborto: “Va a haber un proyecto de ley mandado por el Presidente”.

–¿Cómo se siente ahora que tiene la responsabilidad de dirigir la Argentina?

–Contento, porque ahora depende de nosotros y no de otros. Que las cosas salgan bien dependerá de nosotros y eso era algo que reclamábamos. Queríamos tener la oportunidad y nos la dieron. Tengo una gran alegría porque sabemos que ahora vamos a decidir nosotros y por lo tanto vamos a prestarle más atención a los que más sufren, cosa que no pasó hasta ahora. Esa alegría está mezclada con una gran dosis de responsabilidad, pero también tengo la tranquilidad de que sabemos por dónde hay que caminar.

–Mientras tanto Macri está de descanso…

–Hace cuatro años que está de descanso.

–Pero a partir de esta situación ¿no está consumiendo usted parte de los famosos 100 días?

–Vengo a trabajar durante cuatro años y voy a poner toda la fuerza para que la gente esté mejor. ¿Qué son cien días? ¿Son días donde se le tolera cualquier cosa a un presidente? No, lo que quiero es tener cuatro años de una buena gestión. Si la gente me ve trabajar responsablemente me va a acompañar. Estoy seguro porque hablo con las mujeres y hombres de la calle, lo hago cotidianamente y todos me dicen que tienen ganas de ayudar. Lo que no tienen es ganas de ayudar a un vago que no los escucha, que no los entiende. No estoy consumiendo cien días, estoy trabajando en lo que los argentinos me dijeron que trabaje. Estoy cumpliendo con lo que prometí. No es que se puede decir una cosa como candidato y después hacer cualquier otra.

–Como «pobreza cero».

–Pero yo no dije eso. Dije que voy a trabajar para que haya menos pobres. Lo dije antes y lo repito ahora. Voy a trabajar para que haya una mejor justicia, para unir al continente, para que la democracia se cure con más democracia. Sé que muchas veces digo cosas que a algunos no les gusta pero lo digo honestamente.

–¿Cómo cree que puede afectar a su gobierno lo que está pasando en la región?

–Nos complica humanamente ver lo que los bolivianos están viviendo. Nos complica humanamente lo que ocurre en Chile. Es muy importante la unidad latinoamericana y toda interrupción democrática es un problema y complica la posibilidad de esa unidad.  Pero hay problemas serios en muchos lados. No sé cuántos muerto hay hoy en Bolivia pero el vicepresidente (Alvaro) García Linera me dijo que era una cantidad muy importante. ¿Y qué hacen los organismos internacionales? ¿Qué hace Naciones Unidas? ¿Qué hace la OEA? ¿Qué están haciendo? ¿Cómo vamos a seguir avalando a una mujer que un día se le ocurrió autoproclamarse presidenta ante un Congreso vacío?

–¿Le llamó la atención que el gobierno argentino no haya querido calificarlo como golpe de estado?

–No, no me llamó la atención porque sé cómo piensan. Pero sí me avergüenza. Se lo dije al presidente, eso lo quiero aclarar. Hay otros problemas en Latinoamérica. Nos estamos olvidando de Ecuador, donde están deteniendo opositores bajo la falsa acusación de sediciosos. Nos olvidamos que hay un vicepresidente preso hace dos años y medio por un juicio inventado que se llama Jorge Glass. Están pasando muchas cosas que no se pueden dejar pasar por alto. Cuando hablo así dicen que mi política exterior se parece a la de Cristina. ¿Defender los derechos humanos? También me puedo parecer a Carter. La estabilidad democrática, como los derechos humanos los voy a defender siempre.  Cuando hablé con (el presidente de Chile) Sebastián Piñera, le dije que lo podía ayudar, sabía que estaba hablando con alguien que no piensa como yo pero igual le pedí que escuchara lo que está diciendo las chilenas y chilenos porque hace falta. Creo que en el continente debemos reconstruir la unidad. México toma ahora la presidencia de la Celac y ahí tenemos la posibilidad de reconstruir la unidad latinoamericana y el caribe.

–Parece complicado con un Bolsonaro desde Brasil confrontando en todo momento…

–No, yo no confronto con el pueblo de Brasil. Que Bolsonaro confronte con quien quiera.

–¿El golpismo retornó al continente?

–Golpe hubo en Bolivia y en el resto de los países son reacciones de pueblos que reclaman más progresismo. Eso hay que tenerlo claro. En Chile y en Ecuador reclaman más progresismo y en Perú también. En Bolivia también lo harán. No es verdad que tengamos un retroceso. Lo digo porque de lo contrario la gente se confundirá. Los factores de poder de Bolivia nunca soportaron que Evo Morales, un indígena, gobierne ese país. Y a la luz de los resultados no sólo fue el mejor presidente sino que es la primera vez que los bolivianos tuvieron un presidente que se les parezca. Seguir leyendo ALBERTO FERNÁNDEZ: “CUANDO LA ECONOMÍA SE MUEVA, TODOS VAN A VERSE BENEFICIADOS”

REDH: EL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA ES UN GOLPE CONTRA LA REGIÓN

BOLIVIA REPRESIÓN

La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH), reitera el más enfático rechazo al golpe de Estado contra el Presidente Evo Morales, su gobierno y la institucionalidad democrática del Estado Plurinacional de Bolivia, que ha sumergido al país en una escalada de violencia contra el pueblo, su proyecto histórico e incluso contra terceros países.

Denunciamos la persecución sistemática contra las organizaciones políticas, sociales, indígenas, campesinas y contra toda iniciativa o movilización reivindicatoria del retorno a la institucionalidad democrática.  Con operativos de represión masiva y con la identificación selectiva de objetivos a ultimar, la estrategia civil y militar del golpe ha dejado, en apenas cinco días, el saldo de 24 personas muertas, cientos de heridos y arrestos masivos sin respeto a ningún procedimiento o derecho.

El pueblo boliviano se ha volcado a las calles para defender un proceso de cambio que no sólo levantó los índices económicos del país hasta colocarlo como un ejemplo internacional, sino que, gracias a sus políticas públicas redistributivas, logró garantizar niveles de vida sin precedentes y derechos universales, tales como a la educación, la salud, la vivienda, y otros.  Más aún, Bolivia emprendió un acelerado proceso de concreción de la igualdad, contenida en su refundación plurinacional, que reconoce la existencia de los 36 pueblos originarios que comparten el proyecto constitucional del ‘Vivir Bien’.

Denunciamos al mundo el carácter racista y sexista del golpe que se impone en Bolivia, con expresas arremetidas violentas contra los pueblos originarios, ultrajes contra las mujeres “de pollera” –que por primera vez fueron reconocidas como sujeto político en el proceso de cambio– y contra mujeres políticas como la Presidenta del Senado, la Presidenta del Tribunal Electoral, la Ministra de Salud y otras.

El golpe de Estado, impulsado por las élites económicas, pretende volver a imponer el neoliberalismo y con éste la cesión de soberanía, en beneficio de codiciosos proyectos foráneos de saqueo de los abundantes minerales y otros recursos que posee el país. Igualmente, ambicionan beneficiarse de la privatización de importantes infraestructuras y otras condiciones favorables creadas en el proceso de cambio.

Alertamos sobre las extensiones regionales de la vulneración de la democracia, que se expresa en la embestida contra las instancias de integración soberana, como UNASUR y ALBA, que inhibe las capacidades de acción y de proyecto propio de Bolivia y del conjunto de países.   El golpe de Estado en el Estado Plurinacional de Bolivia es un golpe contra Latinoamérica y el Caribe, contra su proyecto de futuro como región.

Denunciamos que la difamación sistemática de los países con proyecto propio, especialmente Cuba y Venezuela, se enmarca en una estrategia deliberada para forzar el alineamiento de todos los países de la región al proyecto geoeconómico hemisférico estadounidense y a los intereses de sus corporaciones.

La persecución y criminalización de las acciones solidarias entre pueblos hermanos, como se expresa en la vulneración de los derechos y garantías de los médicos/as de Cuba, así como contra las representaciones diplomáticas de Venezuela y la propia Cuba, incurren en transgresiones de la legislación internacional  y los principios de convivencia pacífica entre los pueblos.

Llamamos a las y los defensores de los derechos humanos y de la igualdad en el mundo entero a levantar sus voces en defensa del pueblo boliviano, contra el etnocidio y genocidio encubierto que avanza impunemente en el Estado Plurinacional de Bolivia.

Apelamos a la solidaridad comunicacional del mundo a visibilizar por todos los medios la verdad sobre el golpe de Estado y a la denuncia de los atropellos al libre ejercicio de la comunicación y el periodismo que impone el gobierno de facto.

Instamos a las organizaciones internacionales, tales como la ONU, el Movimiento de Países No Alineados, otras agrupaciones de naciones y países, al Papa Francisco, a premios Nobel de la Paz y a otras personalidades y entidades de buena voluntad a respaldar la propuesta de dialogo impulsada por el Presidente Evo Morales, para que la paz retorne a Bolivia y el país vuelva a su curso democrático y soberano.

#NoAlGolpeDeEstadoEnBolivia

Red en Defensa de la Humanidad

Nuestra América, 16 de noviembre de 2019