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HUBO RACISMO, RECONOCE FINALMENTE DISNEY. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

Lo estuvieron negando durante muchos años, pero los negocios, y el peso de la realidad, terminaron por inclinar la balanza: hubo estereotipos racistas y otras ofensas, reconoce finalmente Disney en su gigantesca plataforma de streaming donde, a tono con los nuevos tiempos de exhibición, presenta su amplia variedad de títulos.

Críticos y estudiosos lo señalaron desde siempre, pero los defensores de la casa productora alegaban que tales denuncias eran infundadas, al igual que los reproches de racista y misógino endilgados, en lo personal, al fundador de la empresa, Walt Disney.

Generaciones enteras habían crecido disfrutando esos clásicos del dibujo animado, y no todos estaban dispuestos a revisar un pasado infantil marcado por el entusiasmo, ni pedirle cuenta al bonachón Walter Elias Disney por dejar pasar, o incluir él mismo, escenas de contenidos ofensivos a la condición humana.

Pero los tiempos cambian, y los nietos y bisnietos de aquellos que no se percataron, o a los que no les importó el gato por liebre, comenzaron a darse cuenta de que, no obstante el empaque creativo de esos filmes, Disney no escapaba de la impronta racista, machista y xenófoba que, desde su nacimiento, había marcado a Hollywood.

El propio Walt Disney trató, muy temprano, de eludir responsabilidades declarando: «Hago películas para entretener y después la Academia de Hollywood me dice lo que significan». Pero ya desde los años 30 del pasado siglo, no faltaron especialistas en afirmar que en aquellas bellas historias para niños «había algo oscuro».

Las críticas abarcaban las tergiversaciones culturales de la industria Disney, como sucedió con la leyenda china Mulan (1998), y hace solo cuatro años con Moana, cinta en la que Maui, figura mitológica venerada en la Polinesia, era convertida en un chistoso gordito en taparrabos.

La lucha contra posiciones racistas que se libra en el mundo parece haber sido determinante para que la casa Disney se llamara a contar. En noviembre del pasado año, los filmes exhibidos en su plataforma empezaron a llevar la siguiente advertencia: «Este programa se presenta como se creó originalmente, puede contener representaciones culturales obsoletas».

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CINE «FAKE». FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

La cultura de las falacias es una pandemia... también.

buen abad

FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

buen abad 1Abunda en la industria cinematográfica la tendencia “Fake”, no pocas veces disfrazada de “ficción” e incluso de “documental”. “Todos mienten” dice el Dr. House en la “tele-serie” con el mismo nombre. Eso incluye a la catarata de “series televisivas” de moda. Si hubiese una auditoría ética para la producción cinematográfica, en la que primara el rigor de la verdad, basado en evidencias y documentos certificados, quedarían en pie muy pocas “realizaciones” industriales o “independientes”. No caben aquí los nombres de los productores y directores cómplices de esta pachanga. Manipulación simbólica en pantalla. Sálvense todas las excepciones, que las hay y muy honrosas.

Buena parte del negocio basado en hacer películas pertenece a la maquinaria de guerra ideológica responsable de infestar audiencias con el “sentido común” de la mentalidad burguesa. A esa identidad pertenece casi toda la producción de cine bélico, las historias fílmicas de “vaqueros contra indios”, cierta retahíla de “biografías fílmicas” y, desde luego, el “american way of life” en comedias, relatos románticos o “trillers” con su siempre “Fake” de idolatría por la “justicia”, los tribunales, los detectives y la policía. Sin faltar la industria del “porno”.

No se cometerá aquí el improperio de reducir todo cine (o toda realización artística) a un amasijo de falsedades condenando la imaginación libre a una pataleta “conspiranoica”. Muy lejos de esa emboscada. Todo lo contrario, es necesaria una reivindicación emancipadora de las herramientas de producción creativa y de las relaciones de producción para la imaginación, sin la dictadura semántica de la ideología dominante. Tampoco se perpetrará aquí la insolencia de culpar a las víctimas que “consumen” la industria cinematográfica “Fake”, sin tener a mano los dispositivos críticos necesarios que la Educación Pública debe proveer y que hasta hoy, dicho con suavidad, es escandalosamente insuficiente.

Se trata de poner al desnudo el andamiaje ideológico, subordinado por la lógica mercantil, para adulterar toda relación con la realidad -desde los procesos del conocimiento hasta su enunciación- en los soportes de la “cultura de masas”. Y ahí reina la mentira. Hay que recordar siempre que el capitalismo es un sistema económico e ideológico basado en mentirle a los trabajadores sobre la producción de la riqueza. La plusvalía es una realidad pasteurizada por la lógica “Fake” del sistema. El reformismo es una “fake” sistematizada para esconder la lucha de clases que es “el motor de la historia” y la madre de todas las batallas.

Son unos cuantos los dueños de la industria cinematográfica dominante. (“…Algunos empresarios, como Adolf Zukor y Marcus Loew (fundadores de la Paramount), comenzaron su carrera explotando salas de exhibición, antes de volverse productores. Los que siguieron absorbieron simultáneamente las redes de distribución y de explotación. Esta combinación entre el star system y la integración vertical dio nacimiento a los grandes estudios de Hollywood (Metro Goldwyn Mayer, Warner Bros., 20th Century Fox, Paramount, United Artists, RKO, etc.).”[1] Añádase Netflix y sucedáneas. De sus “modelos de negocio”’ salen los “guiones” que filmarán escenas de todo género, adaptadas a los intereses del negocio y del “sistema”. Ahí se decide cómo se tratará el amor y el desamor, la riqueza y la pobreza, la justicia y el delito. Ahí se eligen -e imponen- los estereotipos “raciales”, laborales, religiosos y sexuales. Quién gana y quién pierde. Ahí se estudian las “audiencias” o “target”, y también los ritmos de la circulación de la obra en las salas cinematográficas que están monopolizadas. Ahí se decide la “verdad” y la mentira. Sus disfraces y sus retruécanos. Mientras comemos “pop corn” o “nachos”. Un cantante mexicano, paladín de la cursilería, de quien aquí no se hará publicidad, compungía la voz para decir melodiosamente: “miénteme más que me hace tu maldad feliz”.

No diremos que la “pandemia” de “Fake” ocurrió sin darnos cuenta. Ha sido un proceso largo. Hace tiempo que se ensayan los mecanismos de infiltración y se han desarrollado todas las estrategias, que el talento opresor ha tenido, para sembrarnos en la cabeza falacias que se hicieron “verdades” a fuerza de repetirlas e invisibilizarlas. Muchas de ellas llegaron a nuestras vidas en forma de “entretenimiento”. Aceptamos los dichos de las “autoridades” (religiosas, gubernamentales, militares y académicas) como verdades; aceptamos que nadie somos para poner en duda el relato hegemónico y que más nos vale ser dóciles ante el discurso del poder si queremos llevar “la fiesta en paz”. Entramos a la era de la “pos-verdad” arriados por los perros pastores mediáticos. Entramos al campo del disfrute por el engaño porque interpelar a “la voz del amo” exige esfuerzos, compromisos e incomodidades ajenas, sensiblemente, al confort del rebaño. Y nos derrotaron, a punta de falacias, también. “Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza[2] dijo Simón Bolivar.

Llegamos al punto, necesario, de tener que generar un movimiento planetario para frenar a pandemia de falsedades generadas por la industria de las mentiras. En todas sus modalidades. Pero lo asimétrica que es la batalla contra las “Fake”, no impide advertir sobre su necesidad en los terrenos más patentes y más latentes. En lo que se ve y en lo que no se ve. En las superficies y en las profundidades. En la diversidad de todo engaño y en la abundancia de técnicas desplegadas para eso. La lucha no es sólo contra casos aislados, la lucha es contra una sistema de mentiras diseñado para dominar la economía y la ideología. En su tratado de Semiótica General, Umberto Eco la define como “la disciplina que estudia todo lo que puede usarse para mentir” pero necesitamos, además de estudiar las falacias, combatirlas. No podemos dedicarnos sólo a desactivar casos específicos, hay que ir a las fuentes teóricas y prácticas de los fabricantes de “Fakes”. Y no hay punto de reposo. De verdad.

[1] https://www.insumisos.com/diplo/NODE/686.HTM

[2] http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/buscador/spip.php?article9987

 

RACISMO EN LA CULTURA ‘MAINSTREAM’. VALENTÍN KHAL

el mayordomo
Forest Whitaker en El Mayordomo (2013)

VALENTÍN KHAL

El racismo es un hecho cultural que se evidencia en grados diferentes en el cine o en las series que se emiten en diferentes plataformas de Internet. El cine y la televisión están dominados por hombres blancos, es el canon de lo correcto, de lo que se tiene que ser. Todo lo que salga de ahí, es una deformidad, una rareza. Así, la cultura mainstream1 ha reforzado un esquema de valores que se perpetúan en la sociedad, manteniendo, a través de su programación, prejuicios y privilegios que alimentan el racismo. La invisibilización de las personas no blancas y de las mujeres ha sido una constante en las series televisivas de mayor audiencia; en otras ocasiones, las personas no blancas han servido de aliciente para la broma fácil a través de estereotipos que se escudan en el humor.

Se podría afirmar que las cosas han cambiado, que el racismo en Hollywood o en el mundo del espectáculo ya no es como en años pretéritos, casi hay que agradecer que ya no se produzcan películas de añoranza de la esclavitud como Lo que el viento se llevó (1939), todo un largometraje que romantiza a los soldados confederados y presenta a unos personajes negros infantilizados, menores de edad, que tienen que ser tutelados por los blancos. Es cierto que han aparecido series tan interesantes como Master of None Dear White People, series que critican abiertamente los privilegios de los blancos. A ellas irán dedicadas unas palabras más adelante.

La intención de estas líneas es poner el foco de atención sobre aquellas producciones audiovisuales contemporáneas o recientes donde el racismo se expresa de diferentes modos, tanto en la gran pantalla como en series de televisión bien conocidas por todos. Se parte de la premisa de que el racismo no es, necesariamente, el agravio a una persona en razón de su etnia u origen, sino que también lo es su invisibilización, la no presencia de actores no blancos (negros, latinos, asiáticos, etc.) es también racismo.

No vamos a hablar de aquellas tan evidentes como El nacimiento de una nación (1915), Un día de furia (1992), Una tribu en la cancha (1994), El precio del poder (1983)2¿De qué color me quieres? (1986), El Planeta de los simios (1968) o Apocalipsis Now (1979), La lista, por cierto, es aún más larga, simplemente aquí se han expuesto algunas películas donde el racismo es evidente.

Veamos, pues, algunos ejemplos de películas en las que su racismo podría pasar desapercibido, puesto que este mantenimiento de los privilegios de los blancos tiene que seguir existiendo, pero de una manera más disimulada. Vamos a exponerlos según su fecha de estreno

  • La misión (1986): Este drama histórico dirigido por Roland Joffé nos cuenta la historia de unos jesuitas que quieren proteger a los indígenas de la caza furtiva de esclavos, para ello se enfrentan directamente a los intereses de las Coronas española y portuguesa. En ella vemos toda una justificación para la imposición cultural y la evangelización de los indígenas y, por otro lado, se disfraza la labor de los jesuitas, la presencia de los blancos como salvadores y civilizadores.
  • La guerra de las Galaxias Episodio I: La amenaza fantasma (1999): En la ya penúltima trilogía, George Lucas desarrolló una serie de personajes en los que se reflejaban estereotipos raciales como el jamaicano con rastas Jar Jar Binks, que si se ve la película en su versión original, podrá escucharse el acento que le adjudican. También tenemos al avaro mercader judío representado en Watto.
  • La milla verde (1999): El afable papel de Michael Clarke no es más que la representación del negro dócil, incapaz de hacer nada, excepto violar a blancos. Esta misma docilidad de los negros aparece en libros como La cabaña del Tío Tom, de la caucásica Harriet Beecher Stowe.
  • El último Samurai (2003): En esta película vemos una constante que aparece en otros largometrajes como Avatar (2009), Danza entre lobos (1990) o la reciente The Great Wall (2016) y que ya adelantamos en “La misión: El blanco como salvador”. Nathan Algren interpretado por Tom Cruise es un borracho soldado estadounidense que termina en Japón y, se desconoce cómo, decide que debe preservar el estilo de vida samurai. A esto lo llamamos apropiación cultural.
  • Apocalypto (2006): Si antisemita fue su Pasión de Cristo mucho mejor no lo pudo hacer con esta película. La intención de Mel Gibson era promover la cultura maya y aupar a los jóvenes a hablar en su lengua, de ahí que se filmara en maya yucateco. Sin embargo, Gibson se deja llevar por los estereotipos y muestra una cultura violenta, sangrienta, sedienta de sangre y sacrificios humanos, cuando no existe evidencia histórica que permita hacer tales afirmaciones sobre los mayas. Lo que pudo haber sido una bonita oportunidad para hablar sobre estos maravillosos pueblos precolombinos fue desaprovechada.
  • Transformers (2007): Esta superproducción contó con la subvención del Ejército de los Estados Unidos y con su ayuda para grabar en varias bases del propio ejército. El personaje de Jazz, uno de los Autobots, es un negro cuyas frases están llenas de estereotipos y palabras mal sonantes. Este personaje tiene muy pocas líneas en el guión, disminuyendo su visibilización y reduciéndolo a frases como What’s up, little bitches?, entre otras del mismo tipo.
  • El mayordomo (2013): Cecil Gaines (Forest Whitaker) es un afroamericano que comienza a servir como mayordomo en la Casa Blanca. En ella conoce a Eisenhower y a todos sus sucesores, al tiempo que se nos expone el crecimiento del descontento de los afroamericanos por la segregación racial existente. Aquí vemos dos líneas interesantes: por un lado a unos presidentes blancos preocupados por el racismo en su país, en una de las escenas aparece un John. F. Kennedy (James Marsden) realmente afligido por el ataque del Ku Klux Klan a un autobús lleno de afroamericanos, quien acaba promulgando la Ley de Derechos Civiles de 1964; de nuevo el blanco salvador. Por otro, uno de los hijos de Gaines comienza a militar en los Black Panther y a seguir a Malcolm X, a lo que su padre, el mayordomo, se opone. Así pues hay dos tendencias: la de los afroamericanos que buscan acabar con la segregación con la acción directa y los de quienes, a lo Martin Luther King, representan la docilidad y la obediencia al blanco.

A lo arriba comentado, hemos de sumar la práctica del whitewashing que sigue siendo muy habitual en el cine contemporáneo. Consiste en actores blancos que hacen de personas que no son blancas; el caso más famoso es el de Mickey Rooney en Desayuno con diamantes (1961), donde su papel es un japonés. Sin embargo, en la última década son muchas las películas que han usado el whitewashing, impidiendo así la aparición en la gran pantalla de actores y actrices no blancos. Entre los más recientes tenemos títulos como Dragonball Evolution (2009) donde Justin Chatwin interpreta a Goku. A esta podemos sumar otros,  como Prince of Persia: las arenas del tiempo (2010), Jake Gyllenhaal interpreta a un príncipe persa; The social Network (2010) en la que Max Minghella tiene el papel de Divya Narendra, confundador de ConnectU, quien es de origen indio; en Argo (2012), Ben Affleck interpreta al jefe de operaciones de la CIA, Tony Mendez; y más recientemente Ghost in the Shell (2017), donde Scarlett Johansson o Michael Pitt interpretan papeles que en los personajes animados son japoneses, por no hablar de toda la filosofía oriental que ha sido ignorada en el film. Seguir leyendo RACISMO EN LA CULTURA ‘MAINSTREAM’. VALENTÍN KHAL

HOLLYWOOD, ¿Y AHORA QUÉ? ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

Para muchos, Parásitos es el mejor filme de todos los realizados en el año 2019. Foto: Fotograma de la Película

 

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

ROLANDITO¿Cambiarán para bien los tradicionales premios de la Academia de Hollywood tras el aplastante triunfo de Parásitos, primera vez, a lo largo de 92 años, que el Oscar a la mejor película y al mejor director se rinden ante una producción extranjera, hablada «para colmo» –dirían los más conservadores de la institución– en coreano?

Cortarles las alas de la exhibición a las buenas películas extranjeras que no sean habladas en inglés ha sido larga costumbre en Hollywood. Pero como atenuante a lo que pudiera considerarse una soberbia comercial, nunca faltaron proposiciones –indecorosas, después de todo– dirigidas a aquellos filmes que pudieran funcionar en la taquilla nacional: comprarles los derechos de autor y confeccionar remakes muy «a la americana».

Ya al recibir la Palma de oro en Cannes por su drama social Parásitos, el director Bong Joon-ho sacó a relucir un tono cáustico para recomendarle a la audiencia bajar los ojos unos centímetros y acostumbrarse a leer los subtítulos, lo que le permitiría descubrir filmes maravillosos realizados en otras lenguas.

El coreano tenía un antecedente muy próximo, pues en el Oscar de 2019, Alfonso Cuarón, director de Roma, había estado a punto de lograr la hazaña de combinar el doblete de mejor película y mejor director, lo que pareció demasiado a los académicos, que optaron por otorgar el más apreciado de los Oscar al filme estadounidense El libro verde, comedia de aceptables tintes dramáticos, aunque a ojos vista muy inferior al filme mexicano.

Asentado en grandes estrellas, fabulosas producciones y un marketing internacional que no admite comparación, Hollywood terminó de monopolizar el cine mundial tras finalizar la Segunda Guerra Mundial. Impusieron las reglas de un gusto abierto lo mismo a la reiteración masiva que a los aportes del arte y crearon un sistema de premios dominado, en lo fundamental, por una narrativa clásica. Cierto que hubo etapas en que se «infiltraron» al Oscar películas con aires de renovación, pero fue el peso de industria lo prevaleciente.

Y he aquí que solo un año después del malabarismo esquivo con RomaParásitos, una película excepcional, hay que remarcarlo, ajena al gran sistema de producción y con artistas por entero coreanos, penetra el bunker de Hollywood y luego de erigirse en la gran triunfadora (cuatro Oscar en total) le lanza una señal al mundo: la llamada Meca del cine y su academia, están cediendo. Una transformación dada por las circunstancias, porque los tiempos son otros y el cine es mucho más que sentarse en una butaca frente a una gran pantalla.

Las nuevas tecnologías y la expansión de internet, las plataformas streaming, como Netflix, negadas en un principio por Hollywood y finalmente aceptadas, la globalización cinematográfica, con una inmediatez impresionante que nada tiene que ver con esperar a que las grandes producciones estadounidenses lleguen a los países, han ido conformando una audiencia diferente y bien informada, que sabe dónde está lo bueno y sale a buscarlo.

Se irán acabando los tiempos de la vieja escuela, en que Hollywood forzaba a que le compraran internacionalmente una película taquillera convoyada de cinco o seis desastres, para al menos sacar los costos de producción de estas últimas.

 No será de la noche a la mañana, pero el negocio del cine obliga a la transformación de Hollywood, lo que no quiere decir que se renuncie al dominio de las riendas. No pueden negarse los cambios de la Academia en estos últimos años, con puertas abiertas a representantes foráneos, también el hecho de que la edad promedio de los votantes haya bajado considerablemente, pero si ahora Parásitos resultó premiada como ninguna otra, compitiendo frente a varios pesos pesados de la industria, se debió también a que un público conocedor no hubiera perdonado otro desliz mayúsculo.

 En tal sentido, Bong Joon-ho tiene el mérito de haber sido el primero en quebrar el techo de una industria centenaria habituada, entre afeites y argucias, a vivir solo para ella.

GRANMA

WEINSTEIN, EL INTOCABLE. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

ROLANDITOHollywood nunca fue santo y abundan libros y filmes que dan cuenta de ello.

No faltan artistas que llegaron a la cima por facultades propias y mucho esfuerzo. Otros, lo mismo hombres que mujeres, preferiblemente estas últimas, conocieron la fama solo después de pasar por el trampolín de un  lecho.

En sus dos libros Hollywood Babilonia (el primero de ellos publicado íntegramente en París, en 1975), el escritor y director de cine Kennet Anger (hoy con 92 años) da cuenta de asesinatos ocurridos en la denominada Meca del cine, algunos todavía sin resolverse, como el del director William Desmond Taylor (1922) y el de la aspirante a actriz Elizabeth Short, una bella trigueña conocida como la Dalia negra, cuyo cadáver descuartizado apareció en 1947.

Procedente del llamado cine underground, Anger deja testimonio del papel de la mafia en Hollywood, de los desmanes de millonarios influyentes como William Randolph Hearst, especialista en hundir carreras destinadas al estrellato, y de los excesos que allí tuvieron lugar desde los años 20 del pasado siglo, hasta finales de la década de los 70 –en  que concluye el  texto–, con epígrafe especial dedicado a los escándalos sexuales.

Días en que firmar contratos en la cama pasó a ser costumbre y denunciar presiones y  lujurias en una comunidad artística regida por mandos patriarcales no era opción aconsejable.

De todo ocurrió en aquellos años abarcados en Hollywood Babilonia, un estilo de vida  que, con sus matices,  se iría alargando hasta nuestros días, amparado por el silencio temeroso de las víctimas.

Hasta que el triunfante empresario Harvey Weinstein, «el intocable» de Hollywood, le puso la tapa al pomo de los anales de la depredación sexual y  en octubre de 2017 saltó a los primeros planos informativos con un escándalo que le dio la vuelta al mundo y  retoma vigencia al comenzar en Nueva York un juicio que pudiera llevarlo por muchos  años a la cárcel, acusado de violación y otros abusos a lo largo de casi cuatro décadas.

Sobran hechos y detalles vinculados al vándalo creador de la productora Miramax –donde cosechó éxitos junto a su hermano–, pero al final el nombre de Weinstein  quedará unido a una trascendencia social que hablará del momento en que las mujeres perdieron el miedo a denunciar el abuso sexual, un mal que, aunque parezca increíble, ha acompañado a las civilizaciones desde su mismo nacimiento.

El movimiento Me Too, y otros similares surgidos en diferentes geografías para apoyar a las voces denunciantes, ya ha derrumbado a unos cuantos Weinstein y se proyecta como vehículo de solidaridad mundial para aquellas que crecieron con la convicción de que nunca serían escuchadas.

De Weinstein (67 años) se asegura que nunca aceptó un no. Ni en la oficina ejecutiva, donde creció como un todopoderoso de la industria, ni en la habitación de su hotel preferido, célebre porque allí citaba a las aspirantes a obtener algún papel, a las que solía recibir en calzoncillo con la proposición de «primero un masaje» y después «lo otro».

Se calcula en unas 80 el número de mujeres acusadoras de Weinstein, desde trabajadoras de su empresa hasta actrices de la talla de Angelina Jolie,  Gwyneth Paltrow,  Mira Sorvino, Rosanna Arquette, Asia Argento y Annabella Sciorra. Otras han contado cómo pudieron escapar de las trampas tendidas por el irrefrenable productor.

Demasiado lodo en tierra de candilejas para no llevar a las pantallas los métodos de un hombre que se erigió en símbolo de un  poder corrupto, capaz, igualmente, de comprar el silencio de los que con él  trabajaban y todo lo sabían. Fue así que la británica Ursula Macfarlane estrenó el pasado año Intocable, filme en el que recoge el testimonio  de actrices –algunas ya con el paso del tiempo anclado en el  rostro– que dan cuenta de los días terribles en que se convirtieron en piezas de cacería. También revelaciones de trabajadores de Miramax y escándalos que en su momento fueron silenciados por el dinero de Weinstein,  a quien, como se dice en el filme, le gustaba repetir que él era «el puto sheriff de este puto pueblo».

«El caso Weinstein –ha recordado la directora Macfarlane– es también la historia de nuestra generación, es el reflejo del abuso de poder en otras instituciones: la industria musical, el teatro o la Iglesia católica».

En cuanto al presente ha dicho: «Hay cambios, se denuncian casos, pero sigue habiendo un techo de cristal que las cineastas no traspasamos, unos presupuestos que no nos dejan alcanzar. Pero, como dice Rosanna Arquette, nadie nos va a silenciar».

Pronto podremos ver Intocable.

Fuente: GRANMA

EL HOLLYWOOD DE HITLER. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

En el documental queda claro un concepto afín a Goebbel: las masas no van al cine para ser aleccionadas, sino para evadir una realidad, de ahí lo imperioso de crear para ellas nirvanas artificiales. Ni siquiera disfrazaban esa intención

hitler y goebels aprueban una película
Hitler revisando un filme, fotograma del documental. Foto: Tomada de Internet

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

Si bien la cinematografía nazi plasmó a bombo y platillos su ideología, y para ello no escatimó recursos, se ocupó igualmente de producir historias de corte «escapista» –comedias, musicales, melodramas, policíacos–, dirigidas a distraer la atención de un público atrapado en un tiempo convulso.

Llevada a términos numéricos pudiera decirse que aquella dualidad en la producción fue de 50/50, según se afirma en el documental El Hollywood de Hitler (2017), que forma parte de una trilogía del ensayista Rüdiger Suchsland, encaminada a examinar el cine del Tercer Reich, cerca de mil filmes realizados entre los años 1933-1945 bajo lo que pretendió ser una «fábrica de sueños» al mejor estilo de la Alemania nazi.

El director Suchsland emprende un análisis metódico –social, político y estético–, marcado por la objetividad y la contención, sin diatribas contra filmes que lo hubieran merecido por sus enfoques racistas y xenófobos, un cine que gustaba proclamar que duraría mil años, y elaboró un imaginario ideológico cuajado de estereotipos en contra de valores ancestrales de la humanidad.

La exhibición de parte de esa obra, que tuvo en Hitler su estrella máxima, ha estado prohibida en Alemania y se necesitan permisos para proyectarse como material de estudio, por lo tanto, permanece inédita para las nuevas generaciones, ávidas de saber qué fue en realidad aquel engranaje cinematográfico signado por una política demencial.

El documental de Suchsland permite acercarse  a los días en que el cine nazi puso el mayor empeño en la calidad técnica de sus producciones, tratando de crear un «arte propio» y de competir con Hollywood, al que no tuvo reparos en adaptar, acorde a una escala de valores que ya desde los años 30 venía siendo trazada por los ideólogos del nazismo (de esa manera, el artificioso «american way of life», destilado por los filmes estadounidenses, fue encontrando su equivalente germano en filmes amelcochados que glorificaban el patrioterismo nazi y entonaban loas a los tiempos por venir tras el triunfo del nazismo).

Aunque se sabe que Hitler gustaba del cine, en especial de la obra de Disney, la responsabilidad de impulsar la industria recayó en Goebbels, con una cultura fomentada en universidades de Bonn y Berlín. Nombrado desde el mismo 1933 ministro de Propaganda e Información, una de sus principales tareas fue servirse de escuelas y medios de comunicación para convertir a Hitler en un dios destinado a dominar el mundo. Y nada mejor para ello que el cine.

hitler y goebels - rdirector del documental
Rüdiger Suchsland, director y guionista del documental. Foto: Tomada de Internet

Goebbel trató de que le filmaran un Potemkim nazi, y también prohibió a última hora que una versión alemana de Titanic llegara a las pantallas en 1943, año en que la batalla de Stalingrado le dio un vuelco a la guerra. El filme podía interpretarse como una metáfora del hundimiento alemán y  de la noche a la mañana su director Helbert Sepin, que había dejado media piel en el rodaje,  le resultó sospechoso a la Gestapo y sin juicio ni alegatos terminó en la horca. Seguir leyendo EL HOLLYWOOD DE HITLER. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

“CAPITAN MARVEL”, DE HOLLYWOOD, ES UNA PROPAGANDA MILITAR DESCARADA DE LOS ESTADOS UNIDOS. BEN NORTON

capitana marvel

BEN NORTON

El Pentágono estuvo profundamente involucrado en la producción de la exitosa película de Hollywood, Capitán Marvel, y está utilizando la película para difundir propaganda de reclutamiento.

La superproducción de superhéroe “Capitán Marvel” es un estudio de caso perfecto sobre cómo los militares de los Estados Unidos utilizan Hollywood para difundir propaganda.

El ejército estadounidense está en el centro de la trama de “Capitán Marvel”. La protagonista de la película, Carol Danvers, es una ex piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que se convierte en un superhéroe después de absorber los poderes de una tecnología avanzada creada por otro científico militar de los Estados Unidos. (Ese científico resulta ser un miembro de la raza alienígena avanzada conocida como Kree, que, por razones inexplicables, decidió hacer una investigación militar innovadora para, de todos los innumerables lugares en el universo, los EE.UU.)

Tan pronto como la película comienza, bombardea a los espectadores con dos horas de propaganda militar de los EE. UU. Y ni siquiera es sutil; en el punto culminante de la trama, la capitana Marvel cambia los colores de su traje para que coincida con los de la bandera estadounidense.

Pero el ejército de los Estados Unidos no solo es parte de la historia del “Capitán Marvel”. Como se detalla a continuación en The Grayzone, el Pentágono estuvo profundamente involucrado en la producción de la película.

El reparto y los directores del “Capitán Marvel” trabajaron en estrecha colaboración con el ejército de los Estados Unidos, confiando en que los oficiales militares de los Estados Unidos eran consultores y asesores, empleando a docenas de soldados de los Estados Unidos en servicio activo como extras. Varias escenas fueron filmadas en una base militar estadounidense. Y desde su lanzamiento, el Departamento de Defensa de EE. UU. ha promocionado la película sin descanso en su sitio web y en las cuentas de las redes sociales.

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¿Filmando una película de superhéroes sobre un piloto de @USAirForce? ¡Aumenta el realismo usando a los hombres y mujeres que usan el uniforme todos los días! Cincuenta aviadores de @ 144thFW sirvieron como extras en la nueva película #CaptainMarvel: echa un vistazo a su experiencia htt️ https://go.usa.gov/xEGwW

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DOMINIO MASCULINO DE HOLLYWOOD NO HA CAMBIADO, SEGÚN ESTUDIO

AP

Los resultados del 20mo estudio anual «Celluloid Ceiling», sobre el empleo de mujeres detrás de las cámaras, fueron difundidos por el Centro para el Estudio de las Mujeres en la Televisión y el Cine de la Universidad Estatal de San Diego.

Hollywood

Las mujeres representaron tan solo el 18% de todos los directores, guionistas, productores, productores ejecutivos, editores y fotógrafos que trabajaron en las principales 250 películas estadounidenses estrenadas el año pasado, según un nuevo estudio.

Los resultados del 20mo estudio anual «Celluloid Ceiling», sobre el empleo de mujeres detrás de las cámaras, fueron difundidos por el Centro para el Estudio de las Mujeres en la Televisión y el Cine de la Universidad Estatal de San Diego. Los hallazgos muestran que prácticamente no ha habido cambios en Hollywood en los últimos 20 años. En 1998, el porcentaje de mujeres detrás de las cámaras fue de 17%.

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THE CELLULOID CEILING: BEHIND-THE-SCENES EMPLOYMENT OF WOMEN ON THE TOP 100, 250, AND 500 FILMS OF 2017. MARTHA M. LAUZEN

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MARTHA M. LAUZEN

The Celluloid Ceiling has tracked women’s employment on top grossing films for the last 20 years. It is the longest-running and most comprehensive study of women’s behind-the-scenes employment in film available.

This annual study is sponsored by the Center for the Study of  Women in Television and Film, San Diego State University, San Diego, CA 92182, http://womenintvfilm.sdsu.edu

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In 2017, women comprised 18% of all directors, writers, producers, executive producers, editors, and cinematographers working on the top 250 domestic grossing films. This represents an increase of 1 percentage point from 17% in 2016 and is virtually unchanged from the percentage achieved in 1998

Last year, only 1% of films employed 10 or more women in the above roles. In contrast, 70% of films employed 10 or more men.

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LAS PELÍCULAS MÁS (MENOS) ESPERADAS (POR MÍ) EN 2018

En Twitter, alguien comentaba hace unas horas que estas serían las películas más esperadas de 2018, y preguntaba a sus seguidores cuáles aguardaban con mayor ansiedad. Definitivamente soy un tipo raro –rarísimo, diría yo, a juzgar por lo que han convertido el gusto cinematográfico–: ninguno de estos títulos me deslumbra a priori. Prefiero esperar alguna respuesta alentadora de los dioses menores que van quedándole al cine y de quienes, desde la resistencia cultural, realizan heroicamente una buena película, así nazca condenada a ser invisible por obra y gracia de los dueños de casi todo el mundo. Toca, en fin, seguir luchando; no hay otra opción para el arte.

LAS PELÍCULAS MÁS ESPERADAS DE 2018

LA POLÍTICA EXTERIOR DE HOLLYWOOD. MARÍA CRISTINA ROSAS

La mejor oficina de comunicación social de EE.UU.

Hollywood es, en más de un sentido, la mejor oficina de comunicación social de Estados Unidos.

MARÍA CRISTINA ROSAS / REBELIÓN / ETCÉTERA

En la primera mitad del siglo XX, el cine fue el principal medio de comunicación y desde entonces Hollywood tiene una política exterior que ha ido de la mano de los intereses que Estados Unidos promueve en el seno de su sociedad y en el mundo. Mediante ese poder suave Washington exalta la cohesión social exacerbando la imagen del “enemigo” que puede ser interno o externo. El “enemigo” es un personaje importante en el imaginario colectivo porque permite, a través del entretenimiento, mitigar el cuestionamiento al status quo, exaltar logros y valores, fomentar el nacionalismo y el patriotismo, y cerrar filas con las autoridades al encontrar un culpable a quien achacar todos los males.

Hollywood es un país dentro de un país. Su historia es la de Estados Unidos. La Unión Americana se creó gracias a la inmigración, lo que explica la diversidad cultural. Su cine, por lo tanto, fue pensado como industria para un país con un público cosmopolita, diverso, universal, masivo. Esta característica le abrió las puertas de las audiencias de todo el mundo, que aceptaron ese producto por la empatía con sus protagonistas y sus historias. Éstas eran fácilmente asimilables, y eran estelarizadas por glamorosas estrellas a quienes los espectadores querían ver. Fue así que apareció el star system.

A diferencia de Bollywood,(1) Nollywood,(2) Tollywood,(3) Pollywood,(4) Lollywood,(5) Dhallywood(6) y otras industrias cinematográficas a nivel mundial como la francesa, inglesa, italiana, española, sueca, etcétera, lo que distingue a Hollywood es que, en sí mismo es un modelo aspiracional. Hollywood no sólo ha vendido, desde principios del siglo XX la imagen del sueño americano. Hollywood es el sueño americano. Gracias a Hollywood se difundieron en todas partes la excepcionalidad estadounidense, sus valores, estilos de vida. A través de Hollywood, EE.UU. ha llegado a las mentes y los corazones de millones de personas, vendiendo tanto la inevitabilidad del liderazgo estadounidense en el planeta, como el fracaso reiterado de regímenes y entidades que rechazan el American way. Hollywood seduce, atrapa, coopta, atrae. Es la fábrica de sueños. En su época de oro –y aún en la actualidad–, atrajo inmigrantes que deseaban prosperar. Hacer una carrera en Hollywood llevó a que actores, directores, guionistas y productores de todo el mundo llegaran a Estados Unidos, asimilando esos valores pero aportando también los propios.  Seguir leyendo LA POLÍTICA EXTERIOR DE HOLLYWOOD. MARÍA CRISTINA ROSAS

CUARÓN: LOS OSCAR SON UNA HERRAMIENTA DE MERCADOTECNIA

LOS OSCAR NO RECONOCEN CALIDAD ARTÍSTICA DE PELÍCULAS

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  Para Cuarón los Oscar son una herramienta de mercadotecnia. | Foto: Reuters

Los Oscar son «la Academia de Hollywood, no del cine internacional», dijo el cineasta ganador de dos de estos premios por la película Gravity.

El director mexicano Alfonso Cuarón afirmó este martes que a los premios Oscar se le da «mucha importancia», pero que estos en realidad son una «herramienta de mercadotecnia» y no reconocen necesariamente la calidad artística de las películas.

«Son una herramienta de mercadotecnia que no tiene nada que ver con el estado artístico del cine como lenguaje» o con la calidad de este, aseguró el cineasta, quien se convirtió en el primer latino en ganar el Oscar al mejor director.

Las producciones que son premiadas con el Oscar tienen un cierto «perfil» y «en el contexto del cine los Oscar son una industria», consideró el ganador dos galardones en 2014 por la dirección y edición del filme Gravity, ante una rueda de prensa con motivo de la presentación de su nueva película Roma.

La institución que entrega estos galardones es «la Academia de Hollywood, no del cine internacional», insistió Cuarón y agregó que ni el Oscar ni otras entidades como el Festival de Cannes, tienen la «autoridad» para decidir «qué es una buena película».

WERNER HERZOG: “NO TRATEN DE LLEVAR HOLLYWOOD A SUS PELÍCULAS, TENGAN AUTONOMÍA»

 WERNER HERZOG EN LA EICTV

María Lucía Expósito, Kianay Anandra Pérez y Dariel Pradas / HABANA RADIO

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El conocido cineasta alemán Werner Herzog, quien visita por primera vez Cuba, intercambió en conferencia de prensa este lunes con estudiantes y personal de la Escuela Internacional de Cine y Televisión así como invitados al encuentro. Una representación del colectivo de Habana Radio se trasladó hacia allá para el conversatorio.

Varias fueron las inquietudes de los jóvenes emprendedores de la Escuela de Cine: consejos, anécdotas, preguntas técnicas y felicitaciones por su obra.

El cineasta invitado recomendó de primera mano que no llevaran Hollywood a sus películas:”tengan autonomía, lleven sus propias ideas”.

De la producción y la urgencia

Siempre he escrito con tanta prisa que no pienso en lo demás, ese es el propio momento para escribir. Asimismo, cuando veas que un proyecto no tiene avances, no pongas mucho empeño en ello. Actualmente, con una buena laptop y las nuevas tecnologías se pueden hacer buenas películas.

He querido siempre llevar a realización un proyecto que empecé sobre la pérdida de los lenguajes, pero nadie ha querido gastarse un solo centavo en este proyecto. Actualmente existen alrededor de 7000 lenguas pero al final del siglo quedarán apenas 10. Encontré los dos últimos hablantes de una lengua y ya nadie podía hablarles, y hace 30 años conocí a un señor que era el último hablante de su lengua, caminaba hablándose a sí mismo, hay muchas historias por ahí como estas que necesitan ser grabadas, pero es un proyecto a largo plazo y que involucra, además, a otros cineastas.

Mandatory Credit: Photo by Juan Karita/AP/REX/Shutterstock

¿Alguna fórmula para el éxito?

No hay un modelo teórico a seguir ni ninguna filosofía, salgan hagan su propia película, preséntenla. Mi manera de enseñar no es otra que mostrando los problemas y cómo solucionarlos.

Hablando sobre el tema de emprendimientos de los cineastas Herzog confesó:”Cuando yo fundé mi propia escuela me dije dos cosas: La primera no se permite quejarse en los proyectos, y tratar de depender de uno mismo lo más rápido posible”.

¿Sabe sobre la trayectoria del cine cubano?

He visto algunas películas cubanas, sobre todo las de los años 60, aunque no me declaro un gran conocedor de esta obra, pero confieso que si se presenta un proyecto no tengo ningún problema en filmarlo en Cuba.

Confesiones

Soy un hombre de trabajo, el año pasado hice tres películas, dos largometrajes de ficción y un largometraje en Bolivia, pues me interesó el desierto salado más grande del mundo.

Cada vez que hago una obra nueva, me olvido todo lo que sé de cine para adentrarme en un mundo completamente distinto, donde soy de nuevo el aprendiz.

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Herzog ha realizado más de cincuenta películas y solo 15 de ellas son ficciones. Sus filmes de no-ficción son propuestas arriesgadas y atractivas, tanto en forma como en contenido. En ellas desarrolla grandes temas universales, como pueden ser: el origen o el fin del mundo, el éxtasis, el fanatismo, la locura, las peregrinaciones, la percepción o el lenguaje y lo hace siempre de forma irónica, utilizando imágenes de una belleza sublime. Sus filmes son en su mayoría relatos épicos, protagonizados por conquistadores, por sobrevivientes, por incapacitados, o por seres igual de alucinados y locos, que los personajes de sus ficciones.

Algunas de sus obras serán expuestas por estas jornadas a partir del día ocho de marzo en el cine 23 y 12.

POLÍTICA Y PAPELAZO EN EL OSCAR 2017. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

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Foto: abc.es

Premios y dardos políticos eran esperados durante la Gala de los Oscar de este domingo, no así el papelazo de los últimos minutos, que pasó a discutirle titulares a lo acontecido durante las tres horas previas en el teatro Dolby.

Ya estaba sobre el escenario el equipo completo de La La Land para recoger el codiciado Oscar a la Mejor película, anunciado por Warren Beatty y Faye Dunnaway, cuando ¡error!, el actor se había equivocado al leer la tarjeta y la ganadora (para prestigio de la Academia) era Luz de luna, la historia de un joven negro homosexual que, a puro disfraz, se cría en una sociedad machista.

Desconcierto, caras largas y, «a bajarse del escenario, muchachos, que no les toca», mientras Beatty pedía excusas.

De las catorce nominaciones con las que llegaba a la ceremonia la sobreestimada y melosa La La Land, terminó por ganar seis: mejor director, Damien Chazelle, mejor actriz, Emma Stone, fotografía, banda sonora, diseño de producción y canción original.

Luz de luna (Moonlight), además de mejor película, le hizo merecer el Oscar de actor de reparto a Mahershala Ali y se alzó con el galardón al mejor guión adaptado.

El premio de mejor actor le correspondió a Cassey Affleck por Manchester by the Sea, filme que también triunfó en mejor guión original.

El Oscar de mejor actriz de reparto fue para Viola Davis (Fences).  Seguir leyendo POLÍTICA Y PAPELAZO EN EL OSCAR 2017. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

LA HISTORIA A TRAVÉS DEL AUDIOVISUAL. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

>>Soy partidario de algo que pudiera denominarse la alfabetización del gusto y del conocimiento libre de influencias manipuladoras. El gusto, aunque alguna gente no esté de acuerdo, se puede alfabetizar a partir de un trabajo inteligente y culto. Hay que influir en la gente, no para que piensen como nosotros, sino para que tengan herramientas para analizar, para que no se queden como “enanos intelectuales”<<.
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Intervención en el Panel organizado por la Red En defensa de la humanidad en el Congreso Pedagogía 2017 el 3 de febrero de 2017, en el Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba.

Para hablar de la historia vista a través del audiovisual habría  que empezar necesariamente por el cine, cuando el cine lo era todo antes de formar parte de ese amplio concepto que es el audiovisual.

rpb-1Hablo, para empezar refiriéndome a nuestros país, de los días en que Teddy Roosevelt –––tres años más tarde presidente de los Estados Unidos–– desembarca en Cuba con su cuerpo de voluntarios, los llamados rough riders.  Pero antes de plantar un pie en tierra esos soldados, son los técnicos, las cámaras de cine, los que toman posición para recoger la triunfal llegada de las tropas. Y esto tiene lugar en 1898, solo tres años después de que los hermanos Lumiere inventaran el cinematógrafo. Teddy Roosevelt está presente en la toma de la Loma de San Juan, la hazaña más divulgada en los Estados Unidos  en relación con la Guerra Hispano-americana y reconstruida cinematográficamente para ponderarse el heroísmo de la tropa y por supuesto, de Teddy… (No importa que tan solo sea la toma de una loma). Tanto las escenas fílmicas  que  se vieron en ese país como la propaganda de la prensa escrita resultaron esenciales para que el cowboy Teddy Roosevelt fuera electo, primero gobernador de Nueva York y más tarde,  vicepresidente.

Y posiblemente fueron esas imágenes las primera en dar pie a lo que luego sería la  “americanización del héroe”, sustancia ideológica capital recreada en el cine de Hollywood, vista desde las primeras películas realizadas por esa industria, hasta los días de hoy y que consiste en que cualquier hecho de tintes históricos, narrado en cualquier país, siempre tendrá a un héroe norteamericano resaltando en medio de la lucha de la población nativa contra cualquier  injusticia.

rpb-santiagoUn buen ejemplo sería la película “Santiago”, producida por la Warner Brothers en 1956 en  la cual José Martí es un regordete de barriga cervecera,  una suerte de vividor viviendo en 1898 en un palacio en Haití, donde contrata los servicios de un contrabandista norteamericano (interpretado por Alan Ladd) para que transporte un cargamento de armas a la provincia de Oriente. El general Antonio Maceo, que recibirá las armas (¡también está vivo  en 1898!), es un soldado de aspecto siniestro y con un  bigotillo a lo David Niven, que viste un uniforme de oficial similar al del Ejército Confederado en la Guerra de Secesión. Antes, como carta de presentación, el Martí de la Warner Brothers le ha dicho al cowboy Alan Ladd que Maceo “ha matado a dos mil soldados españoles con sus propias manos”.   Seguir leyendo LA HISTORIA A TRAVÉS DEL AUDIOVISUAL. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

LA MANIPULACIÓN DE LA HISTORIA DE CUBA. EJEMPLOS PARA UN ANÁLISIS. RENÉ GONZÁLEZ BARRIOS

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RENÉ GONZÁLEZ BARRIOS / CULTURA Y RESISTENCIA

Intervención en el panel organizado por la Red En defensa de la humanidad “La historia a través del audiovisual” en el Congreso Pedagogía 2017, 3 de febrero de 2017, Palacio de las Convenciones, La Habana, Cuba.

Pudiera parecer herejía hablar de cine y cultura ante los panelistas que me acompañan, verdaderos gurúes en ambos temas. Lo haremos desde la perspectiva del historiador y como resultado de las experiencias de un Taller experimental llevado a efecto en el Instituto de Historia de Cuba titulado El desmontaje de la Historia de Cuba en el cine.

Para nadie es secreto que la ideología política estadounidense se sustenta, sobre todo, en el convencimiento de su superioridad cultural, haciendo de su modelo de vida, una de las fortalezas del sistema. Zbigniew Brezezinski, uno de los principales ideólogos imperiales, manifestaba en época del gobierno del presidente James Carter, entre 1977 y 1981, que “…deseaba ayudar a que Estados Unidos se ganara los corazones y las mentes de Europa del Este.” Años después, en su obra El Gran Tablero Mundial, al identificar a EEUU como única superpotencia global extensa, definía los cuatro ámbitos decisivos de su poder: militar, económico, tecnológico y cultural. Respecto a este último, refería que disfrutaba “de un atractivo que no tiene rival, especialmente entre la juventud mundial,”  y añadía:

“La dominación cultural ha sido una faceta infravalorada del poder global estadounidense. Piénsese lo que se piense acerca de sus valores estéticos, la cultura de masas estadounidense ejerce un atractivo magnético, especialmente sobre la juventud del planeta. Puede que esa atracción se derive de la cualidad hedonista del estilo de vida que proyecta, pero su atractivo global es innegable. Los programas de televisión y las películas estadounidenses representan alrededor de las tres cuartas partes del mercado global. La música popular estadounidense es igualmente dominante, en tanto las novedades, los hábitos alimenticios e incluso las vestimentas estadounidenses son cada vez más imitados en todo el mundo. La lengua de Internet es el inglés, y una abrumadora proporción de las conversaciones globales a través de ordenador se originan también en los Estados Unidos, lo que influencia los contenidos de la conversación global. Por último, los Estados Unidos se han convertido en una meca para quienes buscan una educación avanzada.”  Seguir leyendo LA MANIPULACIÓN DE LA HISTORIA DE CUBA. EJEMPLOS PARA UN ANÁLISIS. RENÉ GONZÁLEZ BARRIOS

SABER MIRAR ES SABER ASOCIAR. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

Cien años después de aquellos primeros intentos de Chaplin y otros pocos por marcar la diferencia con un Hollywood ramplón y repetidor de fórmulas, sigue reinando en el mundo una subcultura de la ignorancia

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ROLANDO PÉREZ BETANCOURT / GRANMA

Difícilmente exista una definición del proceso creativo tan simple como la ofrecida por Chaplin al referirse al método para mantener el argumento de sus películas: «meter a la gente en apuros, y después hacerla salir de ellos».

Parecería una receta fácil, pero —talento mediante— ella dio lugar a un símbolo universal (el vagabundo Charlot y sus historias) hoy estudiados no solo por aquellos interesados en el cine, sino también por los que pretenden tomarle el pulso a una época en sus más diversas connotaciones, incluyendo el crack bursátil de 1929, magistralmente reflejado en Tiempos modernos (1936).

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El Chaplin que había comenzado como un estereotipo del payaso enredador creció hasta convertirse en un artista pletórico de humanidad y empatía social, a tono con una verdad que buscó y que pocos discutirían: La cultura no debe acomodar al ser humano, sino elevarlo.

Cien años después de aquellos primeros intentos de Chaplin y otros pocos por marcar la diferencia con un Hollywood ramplón y repetidor de fórmulas, sigue reinando en el mundo una subcultura de la ignorancia, que se vigoriza gracias a los encargados de alimentarla: la llamada Gran Industria del entretenimiento, que si bien satisface a muchos con productos reiterativos y envueltos en celofanes, está interesada en la fabricación de un «consumidor tipo» que acepte sin reparos —y hasta se vanaglorie— de la mediocridad intelectual recibida.  Seguir leyendo SABER MIRAR ES SABER ASOCIAR. ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

MERYL STREEP CRITICA A DONALD TRUMPH EN LA 74ª ENTREGA DE LOS GLOBOS DE ORO

De vez en cuando en Hollywood suceden estas cosas, es de esperar que  en los próximos meses, con Trumph en la Casa Blanca, ocurran más a menudo. (OG)

meryl_streep_february_2016Palabras pronunciadas por Meryl Streep durante la entrega de los Globos de Oro, en la noche del 8 de enero de 2017.

“Gracias Hollywood Foreign Press. Para seguir la línea de lo que dijo Hugh Laurie, nosotros, todos los presentes, pertenecemos a un segmento denigrado de la población. Piénsenlo: Hollywood. Extranjeros. Y la prensa. Pero, ¿quiénes somos? ¿Qué es Hollywood? Es un grupo de gente que viene de todos lados. Yo nací, crecí y me eduqué en las escuelas de New Jersey. Viola nació en una cabaña en Carolina del Sur y creció en Central Falls. Sarah Paulson nació en Florida y la educó su mamá soltera en Brooklyn. Sarah Jessica Parker era una de siete u ocho hijos en Ohio. Amy Adams nació en Italia y Natalie Portman en Jerusalén. ¿Dónde están su actas de nacimiento? Y la hermosa Ruth Negga nació en Etiopía, creció en Londres. No, en Irlanda, me parece. Está aquí nominada por hacer el papel de una chica de un pueblo de Virginia. Ryan Gosling, como toda la gente más amable, es canadiense. Y Dev Patel nació en Kenia, creció en Londres, y está aquí por hacer el papel de un Indio que vive en Tasmania…  Seguir leyendo MERYL STREEP CRITICA A DONALD TRUMPH EN LA 74ª ENTREGA DE LOS GLOBOS DE ORO

Hollywood, la Academia, y sus nuevos integrantes

Rolando Pérez Betancourt
Fuente: Granma

Cheryl Boone Isaacs, presidenta de la Academia de Hollywood. Foto: To­ma­da de rtve.es
Cheryl Boone Isaacs, presidenta de la Academia de Hollywood.

Las invitaciones formuladas por la Academia de Hollywood a 683 per­sonalidades del mundo de la pantalla para que se sumen al grupo integrado por poco más de 6 mil 200 académicos “tradicionales”, han si­do consideradas por algunos como una revolución dentro de la llamada Meca del cine.

Aunque el término “revolución” resulta inmoderado, el optimismo es comprensible si se tiene en cuenta que hasta hace unos días la Aca­demia estuvo integrada en un 93 % de blancos, 76 % de hombres, y una edad promedio de 63 años, cifras que se reiteraron en los medios tras el intento de boicot que sufrió la última entrega del Oscar al no aparecer, en dos años consecutivos, un solo actor negro nominado en las diversas categorías. Seguir leyendo Hollywood, la Academia, y sus nuevos integrantes