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LA CRONIFICACIÓN DE LAS ENFERMEDADES. PASQUALINA CURCIO CURCIO

Abrebrecha

MONOPOLIOS FARMACÉUTICOS 2

PASQUALINA CURCIO CURCIO

Hay enfermedades a las que llaman huérfanas, también se les conoce como olvidadas. Al parecer pocos se ocupan de investigar sobre ellas: la leishmaniasis, la malaria, la tuberculosis, la lepra, la enfermedad del sueño, el chagas.

Hay otras en cambio, que son las consentidas de la industria farmacéutica, encabezan la lista de prioridades en lo que a recursos para la Investigación y el Desarrollo (I+D) se refiere: el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las mentales, los desórdenes neurológicos, la calvicie, las arrugas, la impotencia sexual, la celulitis y hasta la adaptación a husos horarios.

Hoy la más consentida, por amplias y válidas razones, es el Covid-19.

De acuerdo con un informe publicado por Médicos sin Fronteras existe un desequilibrio fatal en el mundo: “a las enfermedades que representan el 90 % de la morbilidad se dedica solo el 10 % de la investigación mundial”. De los casi 150.000 ensayos clínicos que se desarrollan anualmente en el mundo, tan solo el 1,4% se centran en las enfermedades olvidadas que afectan a cientos de millones de personas.

Dicen que la industria farmacéutica le da prioridad a la I+D de medicamentos para las enfermedades cuya prevalencia e incidencia es mayor en los países más ricos, o sea, donde hay mejores mercados, y olvida las enfermedades de los pobres.

Esta afirmación en parte es cierta, pero no del todo o ¿cómo se explica que ante la gripe aviar y la H1N1 la industria farmacéutica buscó desesperadamente una vacuna, pero no así contra el VIH-Sida? ¿Por qué si la diabetes afecta a 246 millones de personas, la mayoría con altos niveles de ingreso, no se han invertido recursos para desarrollar una cura definitiva?

Otros factores influyen en la decisión de las farmacéuticas: el tipo de enfermedad y el tipo de medicamento que buscan.

Altamente contagiosas y letales

Las enfermedades altamente contagiosas y letales (la viruela, la gripe aviar, la H1N1, el Covid-19) no solo ponen en riesgo la vida de incluso los dueños de las empresas farmacéuticas, además siendo la cuarentena social el protocolo indicado para contener la propagación, afecta, nada más y nada menos que el producto interno bruto mundial. Motivo por el cual se ganarán el interés inmediato de la industria para desarrollar la vacuna o la cura, a diferencia de aquellas enfermedades cuya transmisión puede ser relativamente controlada, por ejemplo el VIH, o la influenza que aunque se contagia de manera directa no es tan letal.

Vacuna, cura, o cronificación de las enfermedades

A menos de que se trate de una enfermedad altamente contagiosa y muy letal, a la industria farmacéutica le resulta más rentable desarrollar mejoras a los tratamientos paliativos de las enfermedades que curarlas o prevenir su aparición. Por eso prefiere invertir en mejorar los tratamientos de la diabetes, el alzhéimer, la hipertensión arterial, el colesterol y el VIH, en lugar de hallar la cura definitiva y romper con la dependencia del medicamento.

Para poner un ejemplo, la industria farmacéutica dejaría de ganar, de aquí al 2050, unos 276 mil millones de dólares por la venta de tratamientos antirretrovirales si hallara la vacuna o la cura contra el VIH.

Richard Roberts, Premio Nobel de Medicina 1993 dijo en 2003: “Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación, no para curar, sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores, mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre.”

Por cierto y valga la cuña: Cuba, en cambio, ha avanzado en el desarrollo de una vacuna terapéutica contra el VIH/SIDA denominada Teravac-VIH. Seguir leyendo LA CRONIFICACIÓN DE LAS ENFERMEDADES. PASQUALINA CURCIO CURCIO

EL CAPITALISMO, SUS MÉDICOS Y SUS MEDICAMENTOS. FILOSOFÍA DE LA SALUD. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

Una sociedad enferma lucra, incluso, con las enfermedades

DOLARES

 

FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ

El Capitalismo, sus médicos y sus medicamentos Filosofía de la Salud

buen abad 1Mientras la salud (o las enfermedades) de los pueblos sean un negociado de mercachifles en el que estén prendidos como vampiros muchos laboratorios, universidades, instituciones gubernamentales, hospitales y médicos… mientras existan personas y pueblos enteros sin seguridad médica… mientras reinen los hábitos y las manías patológicas que inoculan las mafias publicitarias en contra de la salud pública… viviremos una injusticia monstruosa que se ha naturalizado como parte del decorado miserable de las sociedades divididas en clases. Todos los días, durante las madrugadas, las filas de personas a las puertas de los hospitales, en espera de una consulta, padecen listas enormes de violaciones a los derechos humanos mientras, por ejemplo, la industria farmacéutica (13 de los 20 más voraces) instalada en Puerto Rico, recibe beneficios fiscales caimánicos y mueve saludables fortunas en el orden de 60 000 millones de dólares.

El capitalismo entrena a los médicos, a las enfermeras y a los trabajadores de la salud como se entrena a un ejército de mercenarios vendedores de análisis cínicos, estudios diagnósticos, cirugías, medicamentos y terapias. Las materias y reflexiones humanísticas, la conciencia social, brillan fulgurosamente por su ausencia y precariedad. Les uniforman las cabezas con aspiraciones y sueños burgueses (estereotipados hasta las náuseas) para que exhiban impúdicamente su lealtad convenenciera a los negocios de dueños de los laboratorios que ya antes entrenaron a sus jefes. “Pfizer es actualmente la mayor compañía farmacéutica, y se reporta 45 mil millones de dólares de rentabilidad. Las empresas multinacionales, entre ellas Glaxo Smith Kline, Merck & CO., Bristol-Myers Squibb, AstraZeneca, Aventis, Johnson & Johnson, Novartis, Wyeth y Eli Lilly, acapararon el 58,4% del mercado, alrededor de 322 mil millones de dólares en ganancias”.[i]

Hay que ver los desplantes de prepotencia y petulancia que pasean muchos jefes de sección, de guardia, de departamento… en cada clínica, hospital o laboratorio frente a las enfermeras, los estudiantes y los trabajadores que deben aprender primordialmente a convertir su humillación en buenas calificaciones, diplomas, nombramientos especiales o premios… como la asistencia a congresos, la publicación de “papers” y los regalitos de los laboratorios. No nos asustan, ni silencian, los medicuchos que se envuelven con enjambres terminológicos y estadísticos para inmolarse en el reino de la erudición archi-especializada y donde no sólo no se aceptan las denuncias más obvias, sino que éstas son vistas como desplantes de “mal gusto”. De esos bonzos demagogos, tecnócratas y burócratas, están repletas las academias y asociaciones de especialistas… y muchos hospitales. No todos, claro… claro. Pero. Muchos estudiantes son adiestrados con excelencia “técnica” para sustentar la servidumbre de clase que justifica el negocito y justifica también algunas dádivas de la filantropía médica que, con su ética mesiánica, beneficia a algunos pobres en hospitales para pobres y con burocracia para pobres.

¿Es esto muy exagerado?

Los médicos, las enfermeras y los trabajadores de la salud suelen ser amaestrados para que adopten, como suyas y originales, ideas reaccionarias y conductas mediocres. Sus heroicidades se reducen a ser serviles y mansos con el negocio y llevar al reino de su individualismo las glorias de las cuentas bancarias y los bienes terrenales. Su heroicidad tiene por alma mater una vanidad inmisericorde entrenada diariamente en el campo de concentración a que someten a sus “pacientes” y a los familiares de ellos. Muchos “doctorcitos” se hacen pagar su magnanimidad con agradecimientos eternos, y halagos, gracias a extorsionar a todo mundo con el viejo truco de regatear información, hablar con tono didáctico y condescendiente, jugar a que el tiempo nunca les alcanza y sacarse de la manga soluciones milagrosas. Muchas bajo el método de la escopeta… algún perdigón le pegará a la perdiz. Cuantos más medicamentos ensayen… mejores regalitos mandarán los laboratorios. Existe un ranquin internacional de premios en hoteles, líneas aéreas y merchandising variopinto. Lo aprenden los médicos, las enfermeras y los trabajadores de la salud desde las primeras lecciones.

Sueñan con infectarnos la vida con saliva de burócratas serviles a la carnicería neoliberal. Son “doctores” inoculados de epidemia usurera entre los mercados farmacéuticos, caldo infecto de la demagogia neoliberal, el peso de la miseria y el crimen, el hambre, el desempleo, la injusticia galopante. Nosotros lo pagamos. Ellos se autonombran “doctores” para esconder su prepotencia y suficiencia de ignorantes funcionales indolentes a la miseria, desnutrición, hospitales destruidos, escuelas desvencijadas, podredumbre y hediondez a diestra y siniestra. Depresión, mal humor, desesperanza, hartazgo, tristeza, melancolía rabia… furia… odio. Cansancio y soledad, trabajadores humillados. Ancianos victimados con indolencia… enfermos carcomidos por la burocracia. Los niños miran atónitos el futuro que les heredamos. Es una Monstruosidad. Vivimos infestados de negligencia. Los más pobres están más desprotegidos, no están bien alimentados, no pueden ir al doctor, imposible pagar medicamentos y, en general, no tienen posibilidad de atender su salud. No es poca cosa. Seguir leyendo EL CAPITALISMO, SUS MÉDICOS Y SUS MEDICAMENTOS. FILOSOFÍA DE LA SALUD. FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ