
BLANCA MONTOYA*
(Transcripción)
Buenas tardes a todas y a todos. Continuaré diciendo “a todas y a todos” aunque la Real Academia de la Lengua se oponga, argumentando que “es artificioso e innecesario desde el punto de vista lingüístico” y que está “en contra del principio de economía del lenguaje” porque “complican la redacción y la lectura de los textos”. No voy a plantear un debate sobre la lingüística porque no es el tema que vengo a tratar, aunque algo tiene que ver porque la democratización de la comunicación implica no excluir al género femenino, nada menos que la mitad de la población mundial, por normas de una institución de un anacrónico régimen monárquico. No extraña que la “Real” Academia, sea incapaz de asumir que en las democracias la lingüística evoluciona al ritmo de las sociedades y que es más importante resolver la complicación psicológica que representa la exclusión de la mitad de la humanidad que la de la redacción y la lectura de textos, que por cierto si se sabe leer y escribir no es tanta.
Pero bueno, yo vengo a hablar de que no hay Independencia sin comunicación democrática. Abordaré, entonces, dos temas principalmente:
- la importancia de legislar respecto a los medios, y
- las consecuencias de una comunicación masiva que proviene de la oligarquía, basada en una premisa psicológica que aún estoy elaborando pero que puedo darles al menos los principios en que me baso para desarrollar dicho trabajo.
Sabemos que los consorcios monopólicos de la comunicación pervierten y envenenan la mente de la gente mediante diversas técnicas, para que ésta piense y actúe en beneficio de sus intereses capitalistas e imperialistas. Atentar contra la salud mental de la gente, asesinar su capacidad de pensar en relación con sus deseos y su realidad es un delito tan grave como mutilar su cuerpo físico. Envenenar el cuerpo de alguien está prohibido, sin embargo envenenar la mente es algo que impunemente hacen los medios de comunicación masiva todos los días. Los medios de comunicación, en una sociedad que aspira a la democracia plena, tendrían que estar al servicio de todos los sectores de la sociedad. Si existe la ley de libertad de expresión, entonces también tendría que existir el derecho a medios a través de los cuales ejercerla de manera democrática y equitativa. Reitero, los medios de comunicación tendrían que distribuirse de manera justa entre todos los sectores de la sociedad, los campesinos, los profesionistas, los académicos, los artistas, los empresarios, los obreros, los soldados, etc. Sólo así tendríamos la posibilidad de tener una información más auténtica. En el capitalismo y el neoliberalismo sólo los empresarios y las transnacionales se expresan, con el agravante de que ni siquiera develan su verdad, presentan un mundo artificioso y sin valores para inducir a la gente a pensar y a actuar según lo que les conviene.
En Argentina se aprobó una Ley de Medios durante el kirchnerismo con mucho trabajo político de por medio, sin embargo, llegó un presidente neoliberal y la derogó de un plumazo. Aunque hubo manifestaciones en contra de la medida, apenas si el resto del mundo se enteró de ello, es decir, no fueron suficientemente grandes y contundentes. Significa que las mayorías aún no están suficientemente conscientes de la enorme importancia que tiene el hecho de que los medios de comunicación estén en manos de unos cuantos porque ello es una de las razones por las que también la riqueza de nuestro mundo está en manos de unos cuantos y que tampoco hay conciencia del gran daño que estos medios están haciendo en la vida de las mayorías. Entonces, la tarea de los movimientos sociales es seguir insistiendo en la importancia de que los medios de comunicación sean utilizados por todos los sectores de la sociedad y de un mayor trabajo ideológico. La derecha, con el monopolio de la comunicación, ideologiza constante y masivamente. Se necesita lograr que millones salgan a la calle permanentemente a exigir leyes que democraticen la comunicación en toda América Latina, en vez de que sean treinta, cuarenta o, incluso, cien mil personas.
También se necesitan leyes que penalicen la falsedad de la información. Libertad de expresión no significa que la gente pueda inventar, mentir y difamar atentando contra la vida, la tranquilidad y la moral de los demás. Eso no es libertad de expresión eso es permitir la destrucción los demás. Las noticias deben estar documentadas por una investigación o por una fuente que se haga responsable de lo que transmitió porque el daño que se hace con la mentira no puede ser impune, es un delito. Y no basta el derecho a réplica, porque no tiene el poder del primer impacto en la mente de las personas. El derecho a réplica debe servir de elemento de juicio que demuestre la falsedad de lo que se dijo y se proceda a la investigación. Cómo es posible que, por ejemplo, se haya transmitido un supuesto ataque de Gadafi a la Plaza Verde, que se haya verificado, gracias a Telesur, que era un montaje cinematográfico y que cuando se confronta con Sarkozy, éste responda que es una estrategia. Cómo puede la comunidad internacional permitir que se engañe al mundo entero y ello sea considerado como una estrategia de comunicación. Y como éste, cientos de ejemplos que han causado millones de muertos y la destrucción de pueblos enteros, díganme ustedes lo de las armas de destrucción masiva que ocasionó más de un millón de muertos y la destrucción de Irak, un genocidio que ha quedado impune.
La inversión de la derecha y las transnacionales en los medios de comunicación es enorme, de tal forma, la tecnología que se emplea en ello no sólo formalmente sino en contenidos les permite crear un mundo paralelo que no existe pero que es percibido por la mayoría como real. La izquierda, como siempre, nunca cuenta con ese capital, ni con ese espacio para hacerlo. Y cuando llega al poder, invierte en programas sociales que van directamente a beneficiar a la gente, lo cual sin duda es lo primero, pero paralelamente esos programas sociales tienen que estarse propagando y apelando a los principios bajo los cuales se llevan a cabo. La izquierda, a veces, no se da cuenta de que mientras se están llevando a cabo esos beneficios, en educación, en salud, en vivienda, por el otro lado, la derecha está desarrollando su agenda mediante la cual ataca todo lo que hace la izquierda, internándose en la mente de las personas para que no se den cuenta, para que se desvirtúen las acciones que benefician su vida y para convertirlas en lo contrario, es decir, en algo criticable o hasta perjudicial. Tomando algunas cosas reales y muchas falsas crean un mundo dentro de la mente de las personas para que rechacen aquello que les beneficia. Y así, nos preguntamos ¿dónde estaban los treinta millones que Lula sacó de la pobreza? ¿Por qué sólo salieron a protestar por miles y no por millones? Pues por los medios de comunicación y por la falta de trabajo ideológico.
No basta con denunciar lo que hace la derecha y su perversión, también hace falta expresar lo que sí hace la izquierda, hace falta propaganda. Creo que por lo general estamos a la defensiva y siguiendo la agenda que nos marca la derecha. Los medios ponen el tema. Otra cosa muy importante, hace falta articulación e integración, no podemos ganar esta batalla cada quien por su lado. La división de la izquierda ha llevado al fracaso históricamente. Cuando atacan a un líder progresista, no podemos voltear para otro lado, tenemos que salir al paso a defenderlo, aunque sus procesos de cambio sean distintos e incluso no los compartamos, son los nuestros porque se basan en nuestros principios y tenemos que respetar las distintas formas e idiosincrasias. Si obedecemos el principio de la no intervención aún en gobiernos de derecha no veo porqué no nos exigimos lo mismo para los de izquierda. Nos ponemos a criticar, es decir, nos sumamos a la derecha. Ysi tumban a uno, más temprano que tarde vienen por nosotros.
Por tanto, la lucha más fuerte que tiene que darse está en que las poblaciones tengan el derecho de expresarse y de obtener información de todos los sectores de la sociedad para que el mundo que perciban sea más real y no ése que muestran los medios de comunicación. Es necesarísimo que luchemos todos por la revolución de las conciencias, por exigir leyes que regulen las concesiones del espacio radioeléctrico de tal forma que todos tengamos acceso a ello y que se penalice la mentira. Deben ser millones los que exijan.
La cuestión de las redes es el aspecto de la comunicación más importante actualmente, requiere de nuestro trabajo y creatividad. Aunque es un hecho que quienes queremos un mundo mejor tenemos una vía de acceso a través de las redes, ésta es menor porque el control de las plataformas está en manos de la derecha, las transnacionales, etc., y, como dije antes, la inversión, la organización y el acceso a las bases de datos de la población orquestan estrategias que producen lo que ha ocurrido en las elecciones, millones de ciudadanos votan por aquello que los conduce a la muerte. Necesitamos crear nuestras propias plataformas, de hecho, existen plataformas alternativas para salirnos del control del Gran Hermano. Se necesitan talleres que eduquen a la gente en el manejo de las redes y de esas plataformas alternativas. Se necesita difundirlas y promover la creación de nuevas. Entonces, y para cerrar este segmento, una lucha muy fuerte tiene que darse en función de:
- organizar movimientos en todos los países para exigir permanentemente leyes que permitan la comunicación y la libre expresión a todos los sectores de la sociedad,
- denunciar la manipulación de la información de la derecha y difundir los avances de los beneficios de la izquierda,
- mostrar nuestra capacidad autocrítica cuando las cosas no nos salen bien, anunciando cómo lo vamos a corregir; no le dejemos la crítica a la derecha, hagámosla desde la izquierda,
- crear plataformas de redes comunicacionales en las cuales entren contenidos de todo tipo que anulen las mentiras y los anti valores que penetran la mente de las poblaciones.
Paso al segundo tema, que es el de los contenidos en forma y fondo. Creo que la descripción, la forma, en que los medios masivos manipulan psicológicamente a la humanidad ha sido abordada y, por supuesto, tendrá que seguir abordándose para que el común se entere de lo que le están haciendo. En el libro “Dominio Mediático” que publiqué en el 2010, están, entre otras cosas las técnicas que no son otras que las que utilizó Goebbels para que el pueblo alemán se destruyera a sí mismo. Lo encuentran en Internet. Seguir leyendo LA IMPORTANCIA DE LEGISLAR SOBRE LOS MEDIOS: CONSECUENCIAS DE UNA COMUNICACIÓN MASIVA QUE PROVIENE DE LA OLIGARQUÍA. BLANCA MONTOYA →
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