Informe realizado para Mueve América Latina. Elaborado el 20 de Noviembre de 2019. Para descargarlo en PDF, haga clic aquí
- Presentación
El presente informe propone poner en evidencia un conjunto de acciones que vistas de manera conexa permiten inferir un accionar coordinado tendiente a vulnerar el derecho a la información tanto de la comunidad boliviana como de la comunidad internacional en relación al Golpe de Estado en Bolivia; la “invisibilización inducida” de los sucesos que configuró un verdadero “apagón” sobre los sucesos reales en Bolivia, mientras se montaba una “escena de legitimación” del golpe, es una piedra fundamental para poder facilitar el accionar de la represión.
Según nuestro análisis esta estrategia se montó en dos planos complementarios entre sí. Por un lado, uno infraestructural “on the ground” atacando a periodistas y las capacidades comunicativas de los defensores de la democracia (canales comunitarios, radios etc) y de Evo Morales; y, por otro lado, una estrategia propagadora de fake news vía cuentas falsas de que sirvió para saturar las redes, poniendo ruido y erosionando cualquier acción de denuncia ante un golpe que hasta el momento tiene 29 muertos y 715 heridos.
- Metodología
El informe se sustenta sobre el desarrollo de un monitoreo de la situación de los medios de comunicación en Bolivia, recopilando información acerca de ataques a radios, periodistas, etc. Esta información se triangula con otros informes y documentos producidos al respecto. Para el análisis de redes se trabajó con un documento aportado por Julián Macias Tovar, que utiliza una serie de herramientas entre las cuales se destaca Trendsmap.
Otras herramientas utilizadas fueron: T-Hoarder, para analizar redes; Audiense; Twitonomy, para analizar cuentas específicas; BuzzSumo, para revisar lo viral en redes; entre otras.
- Momento Infraestructural, apagón mediático
Grupos civiles coordinados atacaron estructuras de comunicación como radios, canales y periodistas afines al Gobierno de Evo Morales con el objetivo no sólo de desinformar sino para debilitar la capacidad de coordinación de las comunidades y su respuesta al golpe. Como bien afirma el “Informe preliminar sobre la situación de los derechos humanos en Bolivia”, Bolivia se encuentra frente a una situación de blindaje mediático total. Se quemaron las antenas de los canales oficiales, ataron y torturaron a cientos de periodistas y comunicadores que aún continúan siendo perseguidos por comunicar los acontecimientos.
Según este informe, los principales acontecimientos desatados en Bolivia van desde el asedio de las instalaciones de la televisora estatal Bolivia TV y la agresión de sus trabajadoras y trabajadores por parte de grupos de extrema derecha, obligándolos a suspender sus servicios informativos, amenazándolos de muerte; la ocupación de los medios de comunicación, silenciándolos y emitiendo su llamado al golpe de estado fascista, de persecución racial, creando propaganda retórica contra la democracia y falsificación de la historia; la acusación a la prensa nacional de Bolivia e internacional de “desinformar”, por parte de la ministra de Comunicación Boliviana, Roxana Lizarraga; hasta la expulsión de periodistas de Argentina de TN, Crónica, América y Telefé, quienes tuvieron que ser evacuados de manera inmediata frente a las repetidas amenazas.
Esto ha llamado la atención de la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR) que emitió un comunicado en que advirtió que “observa con grave preocupación los distintos actos de violencia contra periodistas y medios de comunicación” acontecidos durante estos últimos días en Bolivia.
La AIR reclamó a las autoridades interinas y a las fuerzas de seguridad que “garanticen el libre ejercicio de la actividad periodística y el derecho a la información por parte del pueblo boliviano”.
Por otro lado, la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) denunció esta semana que, desde el fin de la campaña electoral y la renuncia de Evo Morales a la Presidencia, la prensa boliviana sufrió diversos ataques y agresiones, lo que obligó a la interrupción de sus labores para garantizar la seguridad de sus periodistas.
RSF señaló que desde la elección del 20 de octubre se registraron cerca de 30 actos contra la prensa de Bolivia que van desde intimidación, acoso en línea, amenazas, agresiones físicas, robo de equipo a periodistas, así como incendios en diversas estaciones de radio y televisión.
Como testimonio reciente podemos destacar el del periodista argentino Fernando Ortega Zabala (@F_ortegazabala // Fernando Oz) que estaba realizando una cobertura en Senkata que denunció que tuvo que esconderse en casa de vecinos porque los estaba persiguiendo un “comando de civil”.

Este accionar tiene un solo y claro objetivo, dificultar la coordinación e información de los bolivianos que resisten con el objetivo de desmoralizarlos, por un lado, invisibilizar lo más posible lo que está sucediendo de cara a la comunidad internacional, por otro. Abonando a la creación de un escenario de absoluta confusión donde el discurso de orden represivo impere. Seguir leyendo LA RESISTENCIA BOLIVIANA NO SERÁ TRANSMITIDA