.
Andrés Leiva Castro. Foto del autor
NARCISO FERNÁNDEZ RAMÍREZ

Conversar sobre el bandidismo en Cuba con el General de Brigada (r) Andrés Leiva Castro es revivir los épicos años de la década del 60, del pasado siglo.
Leiva tiene 82 años y una memoria prodigiosa. Con lujo de detalles habla de las operaciones realizadas contras las bandas contrarrevolucionarias que operaban en el Escambray, y de los horrendos crímenes cometidos por esos asesinos subvencionados por el gobierno de los Estados Unidos, en su afán de destruir la Revolución
Sufrió en carne propia la crueldad de esos hombres convertidos en fieras, y en una de sus piernas y parte del cráneo, de platino desde entonces, conserva las huellas indelebles de aquel terrible encuentro donde recibió un balazo de calibre 45 en el muslo y un culatazo de pistola en la cabeza, que lo dejó prácticamente muerto.
Como creador y fundador del grupo operativo El Molino, cuyo modus operandi permitió capturar a más de 30 bandidos, incluida la famosa banda del cabecilla contrarrevolucionario Osvaldo Ramírez, sus vivencias fueron utilizadas por los realizadores del serial LCB: La otra guerra que acaba de pasar la televisión cubana, en la que sirvió de asesor sobre la epopeya miliciana contra el bandidismo.
Acerca de esa experiencia, y sus valoraciones sobre la gustada serie televisiva, conversamos en la sala de su casa del reparto Escambray, en la ciudad de Santa Clara, provincia donde reside y en la que fuera delegado territorial del MININT.
Una taza de café hecha por su esposa, hizo aún más agradable la amena charla con tan conocedor y locuaz interlocutor.
General, usted tuvo protagonismo en el serial LCB: la otra guerra en su condición de consultante. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué hizo? ¿A cuáles lugares fue?
A mí me consultaron, pero lo principal que tomaron para el serial fue el grupo especial operativo denominado El Molino. Al trabajo del grupo le dedicaron el capítulo 7, cuyo tema central fue la captura de Osvaldo Ramírez.
Les expliqué cómo se creó y cómo actuábamos. El grupo fue constituido el 6 de octubre de 1961. Éramos cuatro miembros de los Órganos de la Seguridad del Estado y seis exalzados capturados por nosotros que se nos unieron. Para engatusar al enemigo, la mayoría nos vestíamos como bandidos, con el pelo largo, barbudos y hasta con su misma peste.
Cogíamos al colaborador y preparábamos un paripé de interrogatorio. El hombre no decía nada, pero le hacíamos una carta donde afirmábamos que había cooperado con nosotros. Por la noche salíamos con él, custodiado por dos o tres hombres, como de traslado a otro sitio.
Seguir leyendo LEIVA: LA HISTORIA DEL BANDIDISMO EN SU MEMORIA. NARCISO FERNÁNDEZ RAMÍREZ