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SPECTRUM. De la derecha a la izquierda en el mundo de las ideas. PERRY ANDERSON

ANDERSON 1

PERRY ANDERSON* 

Prefacio

Este libro es un ejercicio sobre la historia de las ideas contemporáneas. Puede considerarse una toma panorámica, de derecha a izquierda, de un paisaje intelectual determinado. Los pensadores y los escritores a los que observa pertenecen a un mundo político en el que las categorías de derecha, centro e izquierda conservan aún visiblemente su significado, aun cuando —ésta es una de las cuestiones que se plantean a lo largo del libro— las localizaciones y los límites de cada uno distan mucho de estar fijados. Se trata del espectro al que alude el título. La existencia de tal gama de concepciones y convicciones es suficientemente conocida. Pero un recorrido por ellas sigue siendo una empresa analítica relativamente rara, por dos buenas razones. La primera es la tendencia natural de cada familia política a interesarse más por su propia especie que por extraños o adversarios. El celo polémico puede provocar una fijación con la otra orilla, u orillas, de intención puramente hostil. La Guerra Fría estaba llena de este tipo de bibliografía, tan efímera como instrumental. Pero en un plano intelectual más serio, las mentes tienden a dividirse de acuerdo con simpatías, una versión erudita de la atracción hacia los similares. El impulso de estudiar, ante todo, las fuentes —próximas o remotas— de las lealtades de uno mismo es perfectamente adecuado y productivo. Pero evidentemente también puede provocar un estrechamiento del horizonte. Las ideas raramente son valores absolutos: su valor siempre está en relación con cualesquiera otras nociones en juego al otro lado del campo, y cuyo conocimiento es el único que permite medirlas. La absorción intramural nunca puede proporcionar esto.

La segunda razón para la escasez de trabajos comparativos en este campo está relacionada con la naturaleza del ámbito en sí. La política no es una actividad encerrada en sí misma, que genere orgánicamente un conjunto de conceptos internos. El conjunto de ideas que se considera que influyen en el conflicto político de un tiempo varía de acuerdo con la época y la región. Hoy se extiende mucho más allá del alcance de la ciencia política, tradicionalmente concebida. La filosofía, la economía, la historia, la sociología, la psicología, por no hablar de las ciencias de la tierra y de la vida, y las artes, todas se entrecruzan en diferentes puntos con el terreno de la política en su definición clásica.

Aunque dista mucho de haberse extinguido, la teoría política formal ocupa sólo una parte del espacio resultante. Ésta es una expansión, sin embargo, sometida a las leyes férreas de la especialización. Cuanto más amplio sea el conjunto de disciplinas con potencial interés por las perspectivas políticas de un momento determinado, más difícil resulta hacerse una idea precisa de la gama de ideas sobre el poder y la sociedad —el ámbito de la política propiamente dicha— que compone el inventario de ese tiempo. La restricción especialista refuerza la introspección partidista, al inhibir la exploración del campo en su totalidad.  Seguir leyendo SPECTRUM. De la derecha a la izquierda en el mundo de las ideas. PERRY ANDERSON

LOS HEREDEROS DE GRAMSCI. PERRY ANDERSON

“Sus sucesores tomaron en sus manos esos y otros cambios no previstos. Cada uno hizo suya tan sólo una parte de la herencia de Gramsci y produjo a partir de ella una obra que no era ese «marxismo de visión panorámica» por el que abogaba David Forgacs veinticinco años antes, sino una obra parcial como perspectiva y como marxismo. Juntos, sin embargo, sus escritos ofrecen, objetivamente hablando, el ejemplo de algo así como un «intelectual colectivo» para los que puedan venir después.”

perry-anderson-1PERRY ANDERSON* / NEW LEFT REVIEW

Ningún pensador italiano goza de mayor fama hoy que Gramsci. Tanto las citas académicas como las referencias en Internet lo sitúan por encima de Maquiavelo. La bibliogra­fía de artículos y libros sobre él llega a unos 20.000 títulos. En medio de esta avalancha, ¿es posible alguna brújula? Sus Quaderni del carcere [Cuadernos de la cárcel] se pusieron a disposición de los lecto­res italianos, políticamente expurgados, a finales de la década de 1940. La primera traducción extensa a una lengua no italiana llegó a principios de la de 1970, con la selección editada por Quintin Hoare y Geoffrey Nowell Smith (Londres, 1971), que les dio un público global, siendo pro­bablemente la versión más consultada en todo el mundo. Cuatro décadas después existe ya una extensa literatura secundaria sobre la historia de su recepción a escala mundial, que abarca una vasta gama de usos(1). La mag­nitud de esta apropiación, en una época tan diferente de la que conoció y enjuició Gramsci, debe mucho a dos características de su legado que lo diferencian del de cualquier otro revolucionario de su tiempo.

La primera es su multidimensionalidad. La variedad de temas tratados en los Quaderni del carcere –la historia de los principales países europeos; la estructura de sus clases dominantes; el carácter de su dominio sobre los gobernados; la función y pluralidad de sus intelectuales; la experien­cia de los trabajadores y la perspectiva de los campesinos; las relaciones entre el Estado y la sociedad civil; las últimas formas de producción y consumo; cuestiones de filosofía y educación; las interconexiones entre la cultura tradicional o vanguardista y la cultura popular o folclórica; la construcción de las naciones y la supervivencia de las religiones; y con no menos importancia, las formas y medios para superar el capitalismo y sostener el socialismo– no tenía ni tiene igual en la literatura teórica de la izquierda. Su ámbito era no sólo temático sino espacial, puesto que en Italia se combinaba una industria capitalista avanzada en el norte con una sociedad precapitalista arcaica en el sur, y los Quaderni provenían de una experiencia directa de ambas, siendo por eso capaces mucho des­pués de interesar a lectores del Primer y del Tercer Mundo por igual. Había mucho donde elegir.

La segunda atracción magnética de esos textos reside en su fragmenta­ción. Las notas de Gramsci en la cárcel eran lacónicas y exploratorias, como preparación para obras que nunca pudo componer en libertad. Eso las hizo, como señalaría David Forgacs(2), sugerentes más que concluyen­tes, invitando después de su muerte a una reconstrucción imaginativa, en un tipo de totalización u otro. Menos vinculantes que una teoría ter­minada, eran más atractivas para los intérpretes de todo tipo, como una partitura que invita a la improvisación. En su propio país los efectos no fueron felices, ya que todo el proceso quedó bajo el control del partido que él había liderado junto a otros, pero que había cambiado mientras estaba preso al someterse sus dirigentes en el exilio al mandato de Stalin. El resultado fue la instrumentalización continua de su pensamiento para fines oficiales, como defensa e ilustración de la línea política del PCI, sin importar cuántas posiciones contradictorias implicara esto, desde la época de la Kominform hasta la del Eurocomunismo y su autoliquida­ción final. Dentro de esa camisa de fuerza táctica, naturalmente, no era posible un escrutinio crítico de las tensiones y vacilaciones, así como de los fulgores, de los Quaderni del carcere(3). Al principio, para despejar cual­quier sospecha de Moscú, Gramsci tuvo que ser identificado en bloque con Lenin. Después de los congresos vigésimo y vigésimo segundo del PCUS, se le presentó como complementario a Lenin, y después de 1968 como reemplazo del mismo. Finalmente, cuando se acercaba el final, fue desechado al considerarlo demasiado contaminado por Lenin, en un partido que afirmaba que se había desarrollado más allá de ambos, poco antes de exhalar su último suspiro.  Seguir leyendo LOS HEREDEROS DE GRAMSCI. PERRY ANDERSON