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PUEBLO MAPUCHE, EL RACISMO NO ES GRATUITO. MARCOS ROITMAN ROSENMANN

MARCOS ROITMAN ROSENMANN

Al pueblo y presos políticos mapuche

Salvo el periodo de la Unidad Popular (1970-1973), el Estado chileno ha ejercido la violencia, el asesinato y la mentira contra el Wallmapu. El pueblo mapuche ha resistido y resiste. El odio y el racismo toman nuevas formas y se recrean con gobiernos de diferente color. El etnocidio es la política. El objetivo, la expropiación de tierras y la explotación de riquezas del territorio mapuche. El nuevo plan Impulso Araucanía del gobierno de Piñera, favorece la rapiña. Articulado en tres frentes: agricultura, turismo y energías renovables; abre la región a inversiones privadas bajo la denominación de destinos agroclimáticos, turísticos y zonas potenciales de bioenergía, desarrollo eólico y recursos hídricos. El plan propone liberar derechos de agua a empresas privadas para embalses y represas. En este apartado, señalan: aún existen en desuso 3.5 millones de litros para ser rematados. El despojo es constante. Terratenientes, trasnacionales, empresas madereras, mineras, acuícolas, salmoneras, eólicas e hidroeléctricas se disputan el Wallmapu. Entre las madereras, destacan Mininco, perteneciente al grupo Matte; Forestal Arauco del grupo Angelini; Bosques Cautín, y Magasa. Las hidroeléctricas y eólicas suman más de 20, entre otras: la española Endesa, Colbún del grupo Matte; RP Global austriaca; Enacon de inversionistas estadunidenses, brasileños y chilenos. Electro Austral, Conpax y Rankun con socios canadienses. A lo cual se agregan las eólicas Relmu, Endesa, Los Trigales, Piñón Blanco o Ener Renova. A esta pléyade, debemos adicionar las acuícolas y salmoneras: Novatec, Aquasmol, Aquasur, Captren, Landicach, Los Fiordos, Aqua Chile, Salmones Multiexport, Bío-Bío, Antártida o Invitec Pesquera.

El capitalismo verde se impone con políticas contrainsurgentes, militarizando el Wallmapu. Con el eslogan posesionar a la Araucanía como destino turístico internacional, se pretende construir aeropuertos y autopistas. El desastre medioambiental está servido. Contaminación, degradación de las aguas. Al plan Impulso se une la Asociación de Paz y Reconciliación en la Araucanía. Organización de sesgo paramilitar, que agrupa a la ultraderecha, latifundistas y empresarios. Entre sus dirigentes destacan Gloria Naveillan, portavoz de los agricultores de Victoria-Malleco; Andrés Cádiz Stewart, teniente coronel(r) de Carabineros; María Angélica Tepper Kolossa, presidenta de la multigremial en la Araucanía; Eduardo Zwanzger Azocar, terrateniente con fuertes vínculos políticos; Cristian Arntz Mac-Evoy, presidente de la sociedad agrícola y ganadera de Osorno; Patricio Wunderlich Arismendi, presidente de la Asociación de Camioneros de Osorno y multigremial del Sur; Rodrigo Lavín Cristoph, presidente de Agro Llanquihue y productores de leche del sur; Juan Ricardo Hollstein Turk, coordinador, en Los Lagos, del partido ultraderechista de José Kast, y para incrédulos, el terrateniente Alan Leisle Cooper, condenado en tiempos de la Unidad Popular por el asesinato del general en jefe del ejército René Schneider en 1970, cuyo objetivo era evitar el acceso de Salvador Allende a la presidencia. Cooper opina así de los mapuches: los voy a balear a todos si es que llegan acá. No les tengo ningún miedo.

La Asociación Paz y Reconciliación en la Araucanía se ha destacado por sus actos de violencia contra los comuneros. El primero de agosto convocó a sus integrantes a desalojar las municipalidades de Curacautín, Ercilla y Victoria, tomadas por comuneros para hacer oír las demandas de los presos políticos, algunos con 100 días en huelga de hambre, entre otros, el machi, líder religioso, Celestino Córdova, quien ha suspendido el ayuno, tras un acuerdo. Hoy siguen en huelga de hambre en las cárceles de Temuco siete presos, con 33 días; en Angol ocho, con 109 días, y en Lebu, 11 presos, con 46 días.

Bajo el lema de el que no salta es mapuche, y la inacción de Carabineros, incendiaron parte de la municipalidad de Curacautín. El ministro del Interior, de la pinochetista UDI, Víctor Pérez Varela, acudió apoyando a los terratenientes y exculpando sus acciones. Así se refirió a las organizaciones del Wallmapu: no es posible que grupos organizados, violentos, que claramente responden a organizaciones criminales y actos terroristas, angustien y acorralen a la ciudadanía. La constitución pinochetista sólo reconoce un pueblo bajo una nación, el chileno. Cualquier reivindicación sobre territorios, justicia consuetudinaria, flora y fauna dentro del Wallmapu se consideran actos de terrorismo. El Estado chileno, pese a firmar el acuerdo 169 de la OIT, envía tropas, detiene a dirigentes y configura un sistema judicial ad hoc de protección de testigos, cuyas declaraciones inculpen a comuneros. Así se encarcelan lonkos, acusados de quemar automóviles, prender fuego a plantaciones, robar ganado, etc. En esta lógica, Carabineros montó la operación Huracán para inculpar y detener al dirigente de la Coordinadora Arauco-Malleco, Héctor Llaitul, y a los hermanos Huenchulan de la comunidad Temuicuicui. En ella participaron el general director de Carabineros, Bruno Villalobos, el general Gonzalo Bru, el jefe de operaciones de la Unidad de Inteligencia, Patricio Marín, y el informático Alex Smith, quien debía introducir mensajes falsos en sus celulares vía WhatsApp. Nada impidió que los lonkos fueran detenidos y sus familias acosadas. En 2020, entre la pandemia y las políticas de etnocidio, el pueblo mapuche sigue combatiendo. Su valentía y dignidad se anclan en la defensa del Wallmapu. Su ejemplo crece y su bandera corona lo alto de la torre humana, símbolo de la rebelión popular, levantada en la Plaza de la Dignidad.

Fuente: LA JORNADA

A PROPÓSITO DE MADURO, DUQUE, PIÑERA Y LA MADRE TERESA. ATILIO A. BORÓN

ilustración atilio

ATILIO A. BORÓN

ATILIO 3Recientes declaraciones de la Cancillería argentina vuelven a reproducir las habituales monsergas que la Casa Blanca dirige al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.  Críticas que se caen por su propio peso y que si no lo hacen es debido al funesto oligopólico mediático que el imperio y sus secuaces construyeron para desinformarnos, confundirnos y llevarnos de las narices. Por ejemplo, acusar al “régimen de Maduro” (nótese que todos los gobiernos adversarios de Washington son “regímenes”; en cambio, ni el feroz despotismo medieval de Arabia Saudita para ni hablar del criminal narcogobierno de Iván Duque merecen tal apelativo) de hambrear a su pueblo y no cuidar la salud de su población mientras somete Venezuela a un férreo bloqueo que … ¡impide la llegada de los alimentos y medicamentos que Caracas había comprado (y pagado) de antemano! Pocas veces la historia universal ha registrado una adicción tan extrema al doble discurso y a la hipocresía política como las que la Casa Blanca exhibe desde hace ya largas décadas, síntoma inequívoco de la insanable declinación de su poderío imperial.

Acosado por la canalla mediática que fiel a sus patrones exige que el gobierno argentino estigmatice a Venezuela como una dictadura Felipe Solá procura escapar por la tangente y califica de “irregular” la situación del Estado de Derecho en ese país. Pontificar desde la Argentina sobre el imperio del derecho en otros países es un ejercicio que requiere un cierto grado de temeridad, desmemoria o ignorancia. Basta con recordar los más de mil días de prisión de Milagro Sala, todos aquellos que pasaron años en prisión preventiva (amén de los muchos que todavía quedan en esa situación) y la obscena prostitución de la Justicia Federal para que cualquiera nacido en este país tenga cierta cautela al juzgar la situación de Venezuela. Solá reconoció, y no es un dato menor, que el gobierno de Nicolás Maduro tiene un origen legítimo pero también que su relación con la “oposición dura” (o sea, la que representa el interés de Washington por apoderarse del petróleo y el oro venezolanos) “es cuasi bélica”. Consciente que se deslizaba por una peligrosa pendiente que remataba en una postura indefendible e incoherente con previas declaraciones del presidente Alberto Fernández apeló a una pirueta retórica e introdujo un matiz diciendo que Venezuela “está terriblemente golpeada por el precio del petróleo y por la cantidad de sanciones y bloqueos que tiene”. Allí estuvo bien, aunque tendría que haber profundizado en esa línea de pensamiento. No lo hizo y en su lugar perdió el control del vehículo y desbarrancó al decir que, desgraciadamente, en ese país “Hay una gran facilidad para meter presos políticos, luego los suelen largar, aunque no siempre. El gobierno es autoritario, sin dudas.”[1] Sólo falta que hoy nuestro Canciller declare, en línea con lo que ayer dijera el impresentable Mike “Vito Genovese” Pompeo, que el mundo libre debe forjar una alianza para derrotar a la “tiranía china” para que los zombies decimonónicos que pueblan el Palacio San Martín griten alborozados: “¡cartón lleno!”

Unos pocos datos concretos son suficientes para demostrar los gruesos yerros del discurso del Canciller. Sería bueno, para comenzar, que hablara con el ex presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para que se informe del talante moral de esa “oposición dura”, que saboteó a última hora un acuerdo entre gobierno y oposición que el español había pacientemente labrado durante meses de arduas negociaciones. Una oposición que declaró que su único objetivo era la “salida” de Maduro y que organizó dos criminales intentos sediciosos, las “guarimbas” del 2014 y 2017, que ocasionaron centenares de muertos, heridos y una cuantiosa destrucción de propiedades públicas y privadas. Una oposición que durante un tiempo aceptó como “presidente encargado” a un ilustre desconocido designado como tal por el presidente de Estados Unidos, que desde hace meses no cesa de despreciarlo públicamente  ante la constatación de su absoluta nulidad como político. Parecería que para Solá estos datos sobre la naturaleza del sector más vociferante y violento de la oposición venezolana son meras nimiedades, pero no lo son. Y calificar al gobierno de Maduro de adoptar una actitud “cuasi bélica frente a una oposición armada que actúa completamente por fuera de las reglas del sistema institucional es un grosero error de apreciación. ¿Calificaría de la misma manera la conducta del gobierno de Carlos S. Menem (de quien fue ministro) cuando ordenó aplastar a sangre y fuego la rebelión “carapintada” encabezada por Mohamed Alí Seineldín en 1990, que causó muchísimas menos víctimas fatales que la oposición violentista en Venezuela? ¡Por favor, seamos serios y cuidemos las palabras!  Y en cuanto a la “facilidad para meter presos políticos” o para practicar todas las malas artes del “lawfare” la Argentina de los últimos años ha llegado a alturas casi inigualables en esa materia: aprobó la licenciatura, la maestría, el doctorado y el posdoctorado en “Reglas para Violar el Estado de Derecho”.  Este desempeño debería ser un baño de sobriedad para todo alto funcionario de nuestro país, evitando caer en la tentación, o en el ridículo, de sermonear a otro gobierno por lo menos hasta que hayamos realizado la reforma del poder judicial que propone el gobierno para acabar con la herencia macrista de una justicia federal corrupta hasta la médula e inextricablemente vinculada al crimen organizado y los servicios de inteligencia estadounidenses.

Pero supongamos que la tremenda presión de Washington y sus secuaces locales –la “prensa libre” y la derecha económica y política- obliga a nuestro Canciller a pronunciar la palabrota deseada: “dictadura”, que hay que reconocer para crédito de Solá que rehusó hacerlo. Aun así, y pensando en un gobierno que ha declarado su voluntad de avanzar en la reconstrucción de la unidad latinoamericana (o por lo menos sudamericana) sería bueno medir cuidadosamente las palabras y antes de hablar de Venezuela dar una ojeada para ver qué ocurre en el vecindario. Si Maduro es autoritario y por lo tanto el suyo es un “régimen”, ¿qué decir entonces del gobierno de Iván Duque en Colombia? Según el director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Camilo González Poso, “desde que se suscribió el acuerdo de Paz entre el Gobierno y las extintas Farc hasta el 15 de julio de este año, fueron asesinados 971 líderes sociales en Colombia.” No sólo eso: según la misma organización “entre el 7 de agosto de 2018 y julio de 2020, lo que lleva Iván Duque como presidente, han asesinado a 573 líderes sociales y defensores de Derechos Humanos en Colombia.” [2]  ¿Cómo caracterizar a un régimen político que perpetra tan interminable masacre? Por comparación con Duque, Maduro es la Madre Teresa de Calcuta, pese a lo cual ningún al Canciller no se le pasa por la cabeza caracterizar al gobierno colombiano como autoritario. Mucho menos lo hacen los hampones que pululan en la Casa Blanca y los alrededores, para los cuales Duque es el Winston Churchill sudamericano. El malo de la película es el venezolano, así lo dice el libreto que viene del Norte y así lo repiten algunos.

Pero supongamos que nuestra cancillería no conoce demasiado lo que ocurre en Colombia porque la prensa y los medios que lee “la Casa” (eufemismo que designa al fosilizado estamento diplomático de la Argentina) jamás le proporciona tan incómodas estadísticas o noticias “incorrectas”. Además es cierto que si hay un país blindado mediáticamente en Latinoamérica ese país es Colombia; el otro es Brasil. Bien, pero, ¿se puede desconocer tan olímpicamente la trágica realidad que vive un país como Chile, con quien compartimos 5.308 kilómetros de frontera? No debería suscitar alguna preocupación en nuestra Cancillería saber que, como lo suscribe un informe oficial del Poder Judicial chileno “desde el inicio del estallido social el pasado mes de octubre las detenciones ilegales fueron 1928, o sea subieron en un 77 % con relación al año anterior.” [3]  El estallido social, reavivado en las últimas semanas, ocasionó el año pasado 34 muertos, 2.500 presos políticos, 3.765 heridos y 445 lesionados oculares, un buen número de los cuales perdieron totalmente la vista.[4] Aparte hay numerosas denuncias por torturas y vejaciones y por lo menos 20 desaparecidos tan sólo en la primera semana que siguió al inicio de las protestas el 17 de octubre del 2019.[5] El gobierno de Sebastián Piñera se limita a decir que se trata de unos muy pocos casos puntuales, que no hubo un plan sistemático. Nada ni remotamente parecido ocurre en Venezuela, pero no importa. Igual su gobierno es “autoritario” mientras que Piñera, al igual que Duque, es el arquetipo viviente de la democracia, un deslumbrante paladín que todos deberían imitar. Además, téngase en cuenta que en Chile la oposición a Piñera fue completamente pacífica y desarmada, pese a lo cual fue reprimida con ferocidad mientras que las “guarimbas” venezolanas hicieron gala de una violencia extrema, al punto de prender fuego vivas a por lo menos una veintena de personas supuestamente por el delito de “portación de cara” chavista.[6]

No es más reconfortante la situación si volteamos nuestra mirada a la situación del Ecuador, en donde todavía manda un traidor rastrero y corrupto que ha tomado en sus manos la totalidad de los poderes del estado con tal de perseguir a Rafael Correa y la fuerza política que lo representa. Moreno arrasó con el Estado de derecho con perversa meticulosidad, y ante el levantamiento popular del 2019 desató una represión que produjo según inverosímiles informes oficiales un saldo de cinco muertos y 855 heridos. No obstante, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) denunció la existencia de casi 108 desaparecidos.[7] Ni una palabra en relación al  “régimen” ecuatoriano, que es una dictadura unipersonal apenas disimulada con ligeros ropajes de institucionalidad democrática y en donde se abolió por completo y a plena luz del día la separación de poderes y la institucionalidad vigente hasta su llegada a la presidencia. Pero el “autoritario” es Maduro, no Moreno. Seguir leyendo A PROPÓSITO DE MADURO, DUQUE, PIÑERA Y LA MADRE TERESA. ATILIO A. BORÓN

EL COVID-19 DISPARA LA PANDEMIA DE ESTÚPIDOS. MARCOS ROITMAN ROSENMANN

ERNESTO ARAUJO, BRASIL
Entre los estúpidos, sobresale el canciller de Brasil, Ernesto Araujo, quien declaró que el coronavirus es una invención del marxismo.

MARCOS ROITMAN ROSENMANN

MARCOS 2El virus no es inteligente, no tiene conciencia ni es reflexivo. Los seres humanos poseen, en teoría, dichas cualidades. Sin embargo, en esta crisis, donde es obligado ser prudentes y no buscar chivos expiatorios, emerge una especie que se multiplica, los estúpidos. El combate es contra prelados, deportistas, cantantes, académicos, periodistas, premios Nobel, científicos, políticos de tres al cuarto o expertos. Luchar contra la estupidez constituye una necesidad vital. Hay quienes se escudan en títulos, publicaciones o sus instituciones para decir estupideces. Como ejemplo, el manifiesto de la Fundación Internacional para la Libertad, encabezado por Vargas Llosa, y seguido de ex presidentes, escritores, periodistas, políticos, empresarios y economistas, entre otros Jose María Aznar, Álvaro Uribe, Macri, Zedillo, Sanguinetti, Cristiani, Castañeda, Krause, Savater, Jorge Edwards, Albert Rivera, Esperanza Aguirre, María Corina, Álvarez de Toledo, ex ministros, politólogos y gente de bien, hasta más de un centenar. Ellos, llaman la atención a un confinamiento que impi­de trabajar, producir, generar riqueza, persigue políticamente, ataca la empresa privada, la democracia liberal y la economía de mercado. El enemigo, como siempre, la Internacional Comunista y el populismo. En esta dirección de estúpidos, sobresale el canciller de Brasil, Ernesto Araujo, quien, en sincronía con el manifiesto declara que el coronavirus, camuflado bajo la ideología de género, el cientifismo y el alarmismo climático, es una invención del marxismo y una conspiración para implantar el comunismo, usando la OMS a fin de consolidar un orden sin naciones y libertades y sin espíritu.

Carlo Cipolla, uno de los historiadores más destacados del siglo XX, escribió Las leyes fundamentales de la estupidez humana. Cipolla abría el ensayo: La humanidad se encuentra […] en estado deplorable. La especie humana posee el privilegio de cargar con un peso añadido a los problemas cotidianos, representado por un grupo de personas más poderoso que la mafia, que el complejo militar industrial o la Internacional Comunista. Se trata de un grupo no organizado, que no se rige por ninguna ley, no tiene jefe, ni presidente, ni estatuto, pero que consigue actuar en perfecta sintonía, como si estuviese guiado por una mano invisible, de tal modo que las actividades de cada uno de sus miembros contribuyen poderosamente a reforzar y ampliar la eficacia de la actividad de todos los demás miembros. Se refería a los estúpidos. Luego estableció cinco leyes para explicar su comportamiento. Primera ley: siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo; segunda ley: la probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona; tercera ley o ley de oro: un estúpido es alguien que causa daño a otro u otros sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo perjuicio; cuarta ley: los no estúpidos subestiman siempre el potencial nocivo de los estúpidos. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con estúpidos se manifiesta infaliblemente como costosísimo error, y quinta ley: la persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe. Corolario: el estúpido es más peligroso que el malvado.

Cipolla no ha sido el único en escribir sobre la estupidez. Jean Paul Richter dijo en su Elogio de la estupidez (1782) : “Están demasiado imbuidos por una sensación de superioridad que hace que la expresen mediante el odio y el desprecio… Tendrían que no quererse tanto para no odiar al hombre ilustrado”. Igualmente, el potencial de los estúpidos para perjudicar a los demás, dirá Cipolla, está en función del grado de poder y la autoridad que atesoren. El manifiesto es buen ejemplo de la variedad de especímenes que lo integran. Pero Cipolla va más lejos; subraya que las acciones de los estúpidos no se ajustan a la racionalidad: “nos pillan por sorpresa…, incluso cuando se tiene conocimiento del ataque no es posible organizar una defensa racional, porque el ataque carece de cualquier tipo de estructura racional… ante comportamientos erráticos es extremadamente difícil cualquier contraataque”. Su conclusión es demoledora: “Con la sonrisa en los labios […], el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida y el trabajo, hacerte perder tiempo…, el buen humor, el apetito… y todo… sin remordimientos y sin razón. Estúpidamente”.

En este orden, podemos situar a Trump, Bolsonaro, Boris Johnson o Sebastián Piñera. Pero no menos un sinnúmero de expertos a posteriori que dicen conocer las causas y plantean soluciones a la pandemia, todos en el poder político. Asimismo, estúpidos que hablan de un cambio, para mejor, en los comportamientos sociales colectivos. Seremos más responsables, solidarios y comprometidos con el ambiente. Los corruptos mutarán en honrados, los narcotraficantes se entregarán a la justicia, los empresarios darán beneficios entre sus trabajadores, los bancos darán préstamos a cero por ciento de interés, se financiará la sanidad pública, se perseguirá el fraude, se acabará con los paraísos fiscales, y por fin la cultura gozará de buena salud. La pobreza desaparecerá, las trasnacionales dejarán de sobrexplotar la naturaleza y las empresas contaminantes se volverán ecológicas. No se puede ser más estúpido. Recuerden: no se junten con ellos porque se contagia.

Fuente: LA JORNADA

ESTE ES EL MOMENTO, SOMOS MÁS Y NOS TIENEN MIEDO. GUSTAVO GATICA VILLARROEL

Ofrecemos la carta del estudiante de Psicología chileno Gustavo Gatica, quien quedara ciego el pasado 8 de noviembre de 2019, como consecuencia de los disparos de balines realizados alevosamente por el cuerpo de carabineros de aquel país. Gustavo ha vuelto a las manifestaciones y ayer fue aclamado en la Plaza de la Dignidad, en Santiago. Él es un símbolo de la heroica resistencia del pueblo chileno. 

gustavo gatica, plaza de la dignidad
Gustavo Gatica en la Plaza de la Dignidad, en Santiago de Chile

 Compañeros y compañeras:

En primer lugar, quiero agradecer a todas las personas y organizaciones que me han brindado su apoyo constante y genuino. Cada manifestación de cariño ha sido fundamental en este proceso.

En segundo lugar, me gustaría hacer referencia a la nefasta gestión de este gobierno y sus ineptos representantes, ya que desde el primer día han demostrado ser incompetentes e incapaces de escuchar las demandas del pueblo. La única respuesta por parte de estos ha sido reprimir y violar sistemáticamente los derechos fundamentales de las personas.

Todos los asesinatos, mutilaciones, torturas y violaciones NO PUEDEN QUEDAR IMPUNES. Tanto (Sebastián) Piñera, (Mario) Rozas, (Gonzalo) Blumel, (Andrés) Chadwick y todos sus cómplices, deben asumir sus responsabilidades políticas y penales. En este contexto, es nuestro deber continuar en las calles exigiendo justicia y dignidad por cada una de las personas que hemos sido violentadas por el Estado.

No hemos conseguido nada, hay que seguir luchando hasta conseguir lo que como personas merecemos, una vida digna para toda nuestra gente. El proceso ha sido largo y hemos perdido mucho como para bajar los brazos, nuestra peor derrota sería volver a la violenta «normalidad» impuesta en dictadura. Este es el momento, somos más y nos tienen miedo.

Marichiweu

Gustavo Gatica Villarroel

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El joven chileno Gustavo Gatica poco después de que un carabinero le disparara a los ojos,

MÁS DE 200 MANIFESTANTES EN CHILE HAN PERDIDO LOS OJOS. ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ

En Chile, país «modelo» de neoliberalismo, más de 200 personas –jóvenes en su mayoría–, han perdido un ojo o ambos, a causa de las balas de goma con casquillos de metal, empleadas por los carabineros para reprimir las manifestaciones

chile ojos

ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ 

Aunque ni la OEA ni la Comisión de Derechos Humanos de la ONU se pronuncien contra tan terribles hechos, el pueblo chileno sigue en las calles y plazas. Foto: El Tiempo

En Chile, país «modelo» de neoliberalismo, más de 200 personas –jóvenes en su mayoría–, han perdido un ojo o ambos, a causa de las balas de goma con casquillos de metal, empleadas por los carabineros para reprimir las manifestaciones.

Aunque ni la OEA ni la Comisión de Derechos Humanos de la ONU se pronuncien contra tan terribles hechos, el pueblo chileno sigue en las calles y plazas, y mientras, su presidente Sebastián Piñera trata de aplicar medidas cosméticas sin afectar las bases del modelo imperante.

En Ecuador, la nación del «centro del mundo», donde gracias a la solidaridad cubana fueron operados de los ojos 189 000 personas, a las que o se les devolvió la visión o se les mejoró, ahora miles de ciudadanos quedan desamparados al no poder recibir esos servicios médicos, pues su Gobierno ha apostado por el neoliberalismo ciego.

Los últimos 382 profesionales de la salud que trabajaban en 23 de las 24 provincias de Ecuador, ya regresaron a la Isla de la resistencia y la solidaridad.

Han sido 27 años de apoyo concretados en 6,8 millones de consultas realizadas por 3 565 profesionales de la salud cubanos, que han realizado 212 360 cirugías, 3 548 partos y han aplicado 100 084 dosis de vacunas.

Un hecho que evidenció cuán humana es la atención médica brindada por nuestro país fue la Misión Solidaria Manuela Espejo, que se encargó de realizar un estudio sicosocial, pedagógico y clínico-genético de personas con discapacidad en todo Ecuador, donde fueron atendidos 825 576 ecuatorianos. Se realizaron 35 257 pesquisas por especialistas en Neurofisiología y Otorrinolaringología, y a 21 062 pacientes se les realizaron estudios de genética clínica.

Son verdades que el neoliberalismo trata de ocultar, pero que los pueblos se encargarán de hacer visibles.

En el caso de Bolivia, los disparos contra la población por parte de la policía y los militares no han sido con perdigones, sino con balas de tiro real y una represión extrema similar a la chilena.

En esa tierra, luego de consumado el golpe de estado contra Evo Morales, se ha implantado un gobierno con autoridades salidas a la luz gracias al apoyo militar y el total respaldo de instituciones como la oea –partícipe activo del golpe– y el siempre presente Gobierno de Estados Unidos.

Contra nuestro personal médico que allí brindaba salud y amor se emprendieron actos de violencia, detenciones ilegales y una campaña de infamias para tratar de desacreditar tan noble misión.

Nuestros médicos, enfermeras y demás personal de salud obligados a abandonar Bolivia, alegres de estar en su Patria, se sienten a la vez tristes por los miles de bolivianos que quedaron esperando por su atención, en una consulta ya pactada, o para una operación planificada, quizá hasta para devolverle la vista a quienes el capitalismo y el neoliberalismo ciega.

Fuente: GRANMA

ALBERTO FERNÁNDEZ: “CUANDO LA ECONOMÍA SE MUEVA, TODOS VAN A VERSE BENEFICIADOS”

Entrevista exclusiva con el presidente electo 

Las primeras definiciones del próximo gobierno. La economía, la deuda y la justicia. La prioridad: "No hay nada más urgente que la pobreza y el hambre".  

 FELIPE YAPUR y VICTORIA GINZBERG

ALBERTO FERNÁNDEZ
Imagen: Adrián Pérez

Alberto Fernández pasa el fin de semana largo en un campo en la provincia de Buenos Aires. Está en contacto con sus colaboradores pero rodeado de mucho verde, un ambiente donde él puede despejarse y Dylan correr a sus anchas. Tiene los lineamientos y las primeras medidas de su gobierno en la cabeza y, aunque trata de reservarse algunas sorpresas y elude confirmar nombres, ofrece importantes definiciones sobre el país que se viene después del 10 de diciembre. Está contento: “tengo una gran alegría porque a partir de ahora que las cosas salgan bien dependerá de nosotros. Vamos a decidir nosotros y por lo tanto vamos a prestarle más atención a los que más sufren. Esa alegría está mezclada con una gran dosis de responsabilidad, pero también tengo tranquilidad porque sabemos por dónde hay que caminar”. A veces, hace una pausa antes de contestar, aunque casi siempre tiene la respuesta rápida, se sabe que está entrenadísimo en la tarea de hablar con periodistas. Ubica el momento en que se dio cuenta que sería Presidente: cuando Cristina Kirchner anunció que irían juntos en la fórmula que él encabezaría. “Sabía que íbamos a lograrlo porque ella lo pensó muy bien. Sentí que juntos íbamos a poder hacerlo, convocando a todos».  Y tiene muy clara su prioridad: “No hay nada más urgente que la pobreza y el hambre». Dice que cuando termine su mandato se cumplirán 40 años de democracia y que le gustaría poder demostrar que era verdad aquel dicho de Raúl Alfonsín que señalaba que con la democracia se come, se educa y se cura. Además, adelanta una importante noticia sobre la legalización del aborto: “Va a haber un proyecto de ley mandado por el Presidente”.

–¿Cómo se siente ahora que tiene la responsabilidad de dirigir la Argentina?

–Contento, porque ahora depende de nosotros y no de otros. Que las cosas salgan bien dependerá de nosotros y eso era algo que reclamábamos. Queríamos tener la oportunidad y nos la dieron. Tengo una gran alegría porque sabemos que ahora vamos a decidir nosotros y por lo tanto vamos a prestarle más atención a los que más sufren, cosa que no pasó hasta ahora. Esa alegría está mezclada con una gran dosis de responsabilidad, pero también tengo la tranquilidad de que sabemos por dónde hay que caminar.

–Mientras tanto Macri está de descanso…

–Hace cuatro años que está de descanso.

–Pero a partir de esta situación ¿no está consumiendo usted parte de los famosos 100 días?

–Vengo a trabajar durante cuatro años y voy a poner toda la fuerza para que la gente esté mejor. ¿Qué son cien días? ¿Son días donde se le tolera cualquier cosa a un presidente? No, lo que quiero es tener cuatro años de una buena gestión. Si la gente me ve trabajar responsablemente me va a acompañar. Estoy seguro porque hablo con las mujeres y hombres de la calle, lo hago cotidianamente y todos me dicen que tienen ganas de ayudar. Lo que no tienen es ganas de ayudar a un vago que no los escucha, que no los entiende. No estoy consumiendo cien días, estoy trabajando en lo que los argentinos me dijeron que trabaje. Estoy cumpliendo con lo que prometí. No es que se puede decir una cosa como candidato y después hacer cualquier otra.

–Como «pobreza cero».

–Pero yo no dije eso. Dije que voy a trabajar para que haya menos pobres. Lo dije antes y lo repito ahora. Voy a trabajar para que haya una mejor justicia, para unir al continente, para que la democracia se cure con más democracia. Sé que muchas veces digo cosas que a algunos no les gusta pero lo digo honestamente.

–¿Cómo cree que puede afectar a su gobierno lo que está pasando en la región?

–Nos complica humanamente ver lo que los bolivianos están viviendo. Nos complica humanamente lo que ocurre en Chile. Es muy importante la unidad latinoamericana y toda interrupción democrática es un problema y complica la posibilidad de esa unidad.  Pero hay problemas serios en muchos lados. No sé cuántos muerto hay hoy en Bolivia pero el vicepresidente (Alvaro) García Linera me dijo que era una cantidad muy importante. ¿Y qué hacen los organismos internacionales? ¿Qué hace Naciones Unidas? ¿Qué hace la OEA? ¿Qué están haciendo? ¿Cómo vamos a seguir avalando a una mujer que un día se le ocurrió autoproclamarse presidenta ante un Congreso vacío?

–¿Le llamó la atención que el gobierno argentino no haya querido calificarlo como golpe de estado?

–No, no me llamó la atención porque sé cómo piensan. Pero sí me avergüenza. Se lo dije al presidente, eso lo quiero aclarar. Hay otros problemas en Latinoamérica. Nos estamos olvidando de Ecuador, donde están deteniendo opositores bajo la falsa acusación de sediciosos. Nos olvidamos que hay un vicepresidente preso hace dos años y medio por un juicio inventado que se llama Jorge Glass. Están pasando muchas cosas que no se pueden dejar pasar por alto. Cuando hablo así dicen que mi política exterior se parece a la de Cristina. ¿Defender los derechos humanos? También me puedo parecer a Carter. La estabilidad democrática, como los derechos humanos los voy a defender siempre.  Cuando hablé con (el presidente de Chile) Sebastián Piñera, le dije que lo podía ayudar, sabía que estaba hablando con alguien que no piensa como yo pero igual le pedí que escuchara lo que está diciendo las chilenas y chilenos porque hace falta. Creo que en el continente debemos reconstruir la unidad. México toma ahora la presidencia de la Celac y ahí tenemos la posibilidad de reconstruir la unidad latinoamericana y el caribe.

–Parece complicado con un Bolsonaro desde Brasil confrontando en todo momento…

–No, yo no confronto con el pueblo de Brasil. Que Bolsonaro confronte con quien quiera.

–¿El golpismo retornó al continente?

–Golpe hubo en Bolivia y en el resto de los países son reacciones de pueblos que reclaman más progresismo. Eso hay que tenerlo claro. En Chile y en Ecuador reclaman más progresismo y en Perú también. En Bolivia también lo harán. No es verdad que tengamos un retroceso. Lo digo porque de lo contrario la gente se confundirá. Los factores de poder de Bolivia nunca soportaron que Evo Morales, un indígena, gobierne ese país. Y a la luz de los resultados no sólo fue el mejor presidente sino que es la primera vez que los bolivianos tuvieron un presidente que se les parezca. Seguir leyendo ALBERTO FERNÁNDEZ: “CUANDO LA ECONOMÍA SE MUEVA, TODOS VAN A VERSE BENEFICIADOS”

LAS LECCIONES DEL SUR. CÉSAR HILDEBRANDT

LECTURAS INTERESANTES Nº 926

CHILE 1

A la derecha le encantó el 5 de febrero de 1975, cuando los descontentos, con los apris­tas a la cabeza, quemaron el diario “Correo”, saquearon tiendas y se expusieron a las balas salvajes de la policía.

-El pueblo se ha expresado -decían.

-El pueblo está harto, carajo -grita­ban en los cafés.

Gobernaba Velasco y ha­bía que decirle vela verde al régimen que había acholado al Perú.

A la derecha le fascina el pueblo que sale a las calles y derriba gobiernos, siempre y cuando eso pase en Túnez o en Libia o en Egipto.

-La gente ha demostrado su poder -dicen entonces.

La derecha se excita casi sexualmente cuando un Con­greso de comadrejas conser­vadoras y mañosas se tumba, con un banal pretexto esta­dístico, a Dilma Rousseff y encumbra a un sinvergüenza como Michel Temer.

-Bien sacada estaba la Rousseff, que era la manda­da de Lula -comentaban sus escribas.

-La democracia ha vuelto a Brasil -reflexionaban.

La derecha ama al pueblo que dio vivas a Manuel Pra­do, que reconoció el orden sanguinario impuesto por Odría y que, antes, guardó silencio por la caída de Billinghurst y fue comparsa de Benavides y Sánchez Cerro y nuevamente Benavides. Eso sí que era pueblo: los Olaechea de todas las generaciones sa­bían domarlo. Y cuando había indoma­bles, allí estaban los jueces, los catas­tros, los otrosíes, las minúsculas para hacer su trabajo. Y si los indomables insistían, los muy estúpidos, pues allí estaba la muerte con cara de capitán y las balas con cara de cabo y el entierro clandestino con cara de soldado raso. Era un mundo feliz.

Cuando Chile intentó dejar de ser el país secuestrado por la vieja oligarquía heredera de los pelucones -el proyec­to ancestral de Diego Portales-, un día llegó el ejército que se había meado en­tre los escombros humeantes de Cho­rrillos y empezó a matar gente como si fueran los cholos de San Juan, los cho­los de Miraflores, los cholos de Huamachuco y hasta los cholos burlados de aquella Arica jamás devuelta.

Fueron años de caravanas de la muerte, de picana en los huevos, de palos en la vagina, de interrogadores que no querían respuestas sino ago­nías, de chacales que el mismo chacal habría rechazado (Neruda dixit). Miles de muertos, miles de desaparecidos, miles de exiliados: una generación su­mergida en sangre.

-Qué macho Pinochet, carajo -decían en Lima en los clubes donde las cholas seguían prohibidas de bañarse en la playa.

-Cómo no tenemos uno así igual -suspiraban limeñamente.

-Chile siempre nos llevará la delan­tera -reconocían placenteramente.

CHILE HILDEBRAND 2
Piñera y su guerra

La plutocracia chilena, la que le hizo la guerra a Balmaceda y obtuvo su sui­cidio en el siglo XIX, la que le hizo la guerra a Allende y obtuvo su suicidio en el siglo XX, no quería esta vez que se cometieran los errores del pasado. Esta vez sí que sería para siempre. Chile sería un país inmóvil, atado eter­namente a la dictadura de la élite. La profecía de Fukuyama se cumpliría en el Chile de Pinochet: la historia habría terminado. Para eso estaban las Fuerzas Armadas, aquel ejér­cito invencible que había matado civiles tomados como “pri­sioneros de guerra” tras el golpe, aque­lla Fuerza Aérea que había misileado La Moneda, aquella Armada que había prestado algunos de sus buques glo­riosos como centros de reclusión y de tortura. La vieja oligarquía chilena cre­yó mineralizar el país con la Constitu­ción pinochetista, el ancla que dejaría al país en el único embarcadero de la felicidad: el liberalismo impuesto por las bayonetas.

De modo que los ricos, que habían olido el peligro de las chusmas de Allen­de, financiaron el paisaje que pintó Milton Friedman, que bendijo el puerco de Escrivá de Balaguer y que suscribió, pe­nosamente, Jorge Luis Borges.

Los ricos se hacían cada vez más ri­cos. Y los pobres aguantaban mientras las clases medias trataban de entrar al porche de la fiesta. Todo estaba bien atado en el Chile de Pinochet y todo estuvo atadísimo cuando Pinochet me­joró el mundo con su muerte. Franco creyó que dejaba todo bajo arreglo y se equivocó. Pinochet no cometió ese error. Chile no sería la España anarquizada por la democracia puebleri­na que llegó después de la muerte del Caudillo.

Y así fueron llegando los gobiernos de la Concertación y ni Lagos ni Bachelet se atrevieron a meterse con la Constitución de Pino­chet y con el orden de cosas impuesto por la dictadura y respaldado por los uniformados. Un Baquedano espec­tral, tan invisible como poderoso, lo controlaba todo.

Chile era el ejem­plo de las derechas reunidas de Améri­ca Latina. Todos los Bolsonaro de este subcontinente lo tenían como ejemplo de sensatez, or­den y éxito.

La derecha peruana adoraba a Pi­nochet. Le habría regalado Tacna si la hubiese pedido y si de ella habría de­pendido entregarla.

-El liberalismo ha demostrado que es el modelo insuperable -decían.

Pero algo se cocinaba en Chile. La desigualdad era de las más inicuas del mundo, la sociedad de consumo ofrecía sus manjares, sus viajes y sus máqui­nas en la tele pero los sueldos estaban por debajo de los sueños, la educación privada era muchas veces inaccesible y la pública fe sacaba la vuelta a la ofi­cial gratuidad, las AFP ganaban como nunca y los medicamentos costaban como siempre, las pensiones eran de hambre. Y mientras los barrios altos se convertían en guetos de la abundancia y exhibición de la demasía, el rencor acumulado zumbaba como abeja por las calles comunes.

Hasta que el segundo Piñera, más bruto que nunca, más oligarca y ajeno que ja­más, dijo otra vez “que se jodan” y mandó subir el precio del metro de Santiago.

Abrió el corcho este hom­brecito indigno, siete leguas por debajo de Jorge Alessandri, y lo que olió no fue un carmenere de la región cen­tral sino el antiguo olor de la explosión social, el mismo y arduo aroma a desconten­to que todos percibieron en Iquique, el año 1907, cuando el general Silva Renard ma­sacró a 300 salitreros que protestaban por las duras condiciones de trabajo y los salarios de hambre.

A este hombre, entonces, a Piñera, ante las manifes­taciones y saqueos -la vio­lencia anecdótica y fatal que responde al despojo brutal de la esperanza-, no se le ocurrió mejor idea que vol­ver a llamar a los generales a ver si al­gún Silva Renard lo sacaba del apuro.

No funcionó. Porque el miedo ha huido de Chile.

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SI NO HAY SOLUCIÓN

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LA LUCHA CONTINÚA

Rugen los chilenos reclamando lo que les pertenece. Lo que les quitaron a la fuerza desde 1973. Lo que les si­guieron quitando todos estos años.

Y a este pueblo digno que ha des­pertado, la podre derechista del Perú le llama “peón del castro-chavismo”.

Cuando Pinochet se rodeaba de masas acarreadas en buses públicos y salía a leer lo que los Chicago Boys le preparaban, entonces “el pueblo sabía quién era su líder”.

Ahora que Chile ha dicho basta, entonces es que los comunistas inter­nacionalistas deben estar metiendo su cuchara.

En esta columna dijimos desde hace mucho tiempo y hasta el cansancio que el modelo liberal, en modo bestia, fue impuesto en Chile y en Perú por sendas dictaduras. El trolismo nos respondió con sus desmanes y los comentaristas oficiales prefirieron no tocar el tema.

Ahora sí que se abre el debate. La ira de los pueblos es la que hace la histo­ria. Es la ira que liberó a Norteamérica del imperio británico, la que indepen­dizó América, la que descolonizó Asia y parte de África. La que nos habrá de librar de la dictadura liberal que nos castiga con su monotonía y su infalibi­lidad plagada de mentiras.

Fuente: PUNO CULTURA Y DESARROLLO

LA MARCHA DE CHILE 1

AGONÍA Y MUERTE DEL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA. ATILIO A. BORÓN

ATILIO A. BORÓN

atilio-3-1-e1572400752337.jpgEn las últimas semanas el neoliberalismo sufrió una serie de derrotas que aceleraron su agonía y en medio de aparatosas y violentas convulsiones desencadenaron su deceso. Tras casi medio siglo de pillajes, tropelías y crímenes de todo tipo contra la sociedad y el medio ambiente, la fórmula de gobernanza tan entusiastamente promovida por los gobiernos de los países del capitalismo avanzado, las instituciones como el FMI y el BM y acariciada por los intelectuales bienpensantes y los políticos del establishment yace en ruinas. La nave insignia de esa flotilla de saqueadores seriales, el Chile de Sebastián Piñera, se hundió bajo el formidable empuje de una protesta popular sin precedentes, indignada y enfurecida por décadas de engaños, artimañas leguleyas y manipulaciones mediáticas. A las masas chilenas se les había prometido el paraíso del consumismo capitalista, y durante mucho tiempo creyeron en esos embustes.  Cuando despertaron de su sonambulismo político cayeron en la cuenta que la pandilla que las gobernó bajo un manto fingidamente democrático las había despojado de todo: les arrebataron la salud y la educación públicas, fueron estafadas inescrupulosamente por las administradoras de fondos de pensión, se encontraban endeudadas hasta la coronilla y sin poder pagar sus deudas mientras contemplaban estupefactas como el 1 por ciento más opulento del país se apropiaba del  26,5 por ciento del ingreso nacional y el 50 por ciento más pobre sólo capturaba el 2.1 por ciento. Todo este despojo se produjo en medio de un ensordecedor concierto mediático que embotaba las conciencias, alimentaba con créditos indiscriminados esta bonanza artificial y hacía creer a unas y otros que el capitalismo cumplía con sus promesas y que todas y todos podían hacer lo que querían con sus vidas, sin que se inmiscuyera el estado y aprovechando las inmensas oportunidades que ofrecía el libre comercio. Pero ninguna utopía, aún la del mercado total, está a salvo de la acción de sus villanos. Y éstos aparecieron de súbito personificados en las figuras de unos adolescentes de escuela secundaria que, con ejemplar audacia y filial solidaridad, se rebelaron contra el aumento en las tarifas del metro que perjudicaba no a ellos sino a sus padres. Su osadía hizo trizas el hechizo y quienes habían caído en la trampa de resignar su ciudadanía política a cambio del consumismo se dieron cuenta que habían sido burlados y estafados, y salieron a las calles para expresar su descontento y su furia. Se convirtieron, de la noche a la mañana, en “vándalos”, “terroristas” o en una revoltosa banda de  “alienígenas” –para usar la elocuente descripción de la mujer del presidente Piñera- que avizoraron los límites infranqueables del consumismo y del endeudamiento infinito y el carácter farsesco del minué democrático que ocultaba, bajo prolijos ropajes y vacías formalidades, la implacable tiranía del capital. Comprobaron en ese violento despertar que una de las sociedades antaño más igualitarias de Latinoamérica ahora compartía, según el Banco Mundial, el dudoso honor de ser junto a Rwanda uno de los ocho países más desiguales del planeta. Como un relámpago advirtieron que habían sido condenados a sobrevivir endeudados de por vida, víctimas de una plutocracia -insaciable, intolerante y violenta- y de la corrupta partidocracia que era cómplice de aquélla y gestora del saqueo contra su propio pueblo y los recursos naturales del país. Por eso tomaron las calles y salieron en imponentes manifestaciones a luchar contra sus opresores y explotadores, y lo hicieron –y aún hoy lo hacen- con una valentía y heroísmo pocas veces vistos. Ya son por lo menos veinte los muertos por la represión de las fuerzas de seguridad y los desaparecidos reportados suman más de cien, amén de los centenares de heridos y torturados y los miles de detenidos que  marcan, con lúgubres tonalidades, los estertores finales del tan admirado modelo.

Después de esta espontánea insurrección popular ya nada volverá a ser igual, nada revivirá al neoliberalismo, nadie lo señalará como la vía regia hacia la democracia, la libertad y la justicia social. Eso aunque Piñera continúe en La Moneda y prosiga su brutal represión. Pese a lo cual ni la OEA, ni los gobiernos “democráticos” del continente -presididos por turbios personajes de frondosos prontuarios- ni tampoco los hipócritas custodios de los valores republicanos tendrán un átomo de decencia para caracterizar a su gobierno como una dictadura, calificación que sólo merece Nicolás Maduro aunque jamás haya habido en su gobierno una represión tan bestial y sanguinaria como la que quedó documentada en infinidad de videítos grabados en  Chile y que se viralizaron por internet. Para Donald Trump Piñera es amigo, vasallo y sicario político de la Casa Blanca, imprescindible para atacar a la Venezuela Bolivariana y esas son razones más que suficientes para defenderlo y protegerlo a cualquier precio. Obedientes, las ONGs del imperio y sus sucursales en Europa y Latinoamérica -inverosímiles defensoras de los derechos humanos, la democracia, la sociedad civil y el medio ambiente- mantendrán un silencio cómplice ante los crímenes que cometa el ocupante de La Moneda. Algunas expresarán otras opiniones, más no aquellas que son los tentáculos ocultos del imperialismo. Impertérritos, los publicistas del sistema seguirán señalando a Nicolás Maduro como el arquetipo de la dictadura y al chileno como la personificación misma de la democracia. Pero todo será inútil, y lo que murió –la receta neoliberal- bien muerta está.

Claro que la historia no comienza ni termina en Chile. Poco antes del estallido social todavía en curso, el Ecuador del traidor y corrupto presidente Moreno había sido convulsionado por inmensas protestas populares. El detonante, la chispa que incendió la pradera fue la quita de los subsidios a los combustibles. Pero el factor determinante fue la implementación del “paquetazo” ordenado por el FMI al servil agente instalado en el Palacio de Carondelet. La reacción popular, iniciada primero entre los transportistas y sectores populares urbanos y luego potenciada por la multitudinaria irrupción de las poblaciones originarias en las principales ciudades del país se extendió poco más de una semana y obligó al cobarde presidente a trasladar la sede del Ejecutivo a Guayaquil. Poco después tuvo que suspender la cruel represión con que había respondido al desafío y abrir una fraudulenta negociación con los autoproclamados líderes de la revuelta indígena. Astuto, pactó una tregua con la desprestigiada y también ingenua dirigencia de la CONAIE y derogó el decreto relativo al subsidio a los combustibles, prometiendo revisar lo actuado. Nada de eso ha ocurrido, pero logró desarticular la protesta, por ahora. Como le cuadra a un traidor serial como Moreno el jefe de los negociadores indígenas, Jaime Vargas, está siendo judicialmente perseguido por el gobierno. El “paquetazo” será puesto en práctica porque el mandato del FMI es inapelable y Moreno es un peón más que obediente: es obsecuente.  Es sabido que estos programas del Fondo sólo son factibles si se los gestiona con una mezcla -variable según los casos- de engaños y represión. Pero ahora la pasividad ciudadana tiene mecha corta y en pocos meses más, en cuanto se dejen sentir los rigores del ajuste salvaje, no sería extraño que estalle una nueva rebelión plebeya que esperemos no caiga en las trampas de Moreno y sus compinches y culmine exitosamente con la destitución del presidente y la refundación de la democracia en el Ecuador. El presidente está entrampado: si aplica el programa del FMI la poblada popular probablemente acabe con su gobierno; si no lo hace, el imperio puede decidir que llegó la hora de prescindir de sus servicios por inútil. Y como la Casa Blanca “sabe demasiado” de las trapisondas y los negocios sucios de Moreno no tendrá más remedio que aceptar el úkase imperial y acogerse a un “desempleo involuntario”, como decía Keynes.  Pero, pese a su inutilidad y a los crímenes perpetrados durante la represión de las protestas populares Washington se encargará de esconderlo y protegerlo. Como lo hizo con otro asesino, Gonzalo Sánchez de Lozada y con tantos otros.  En poco tiempo sabremos cual será el desenlace. Seguir leyendo AGONÍA Y MUERTE DEL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA. ATILIO A. BORÓN

ANTE LA SITUACIÓN QUE SE VIVE EN CHILE

DECLARACIÓN POR LA SITUACIÓN QUE SE VIVE EN CHILE

La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad manifiesta su solidaridad con el pueblo de Chile, con sus estudiantes secundarios, y los trabajadores y trabajadoras en el ejercicio de su legítimo derecho a la protesta social y la desobediencia civil frente a una democracia cada vez más deslegitimada y una sociedad extremadamente desigual.

Lo expresado durante los últimos días en la ciudad de Santiago, como consecuencia del alza del precio del transporte, se suma al rechazo de una serie de medidas que encarecen la vida del pueblo de Chile al tiempo que benefician en ganancia a las empresas privadas que controlan la provisión de los servicios básicos en ese país.

Denunciamos ante la comunidad internacional, los organismos de Derechos Humanos y los pueblos hermanos, la criminalización a la protesta social que ha emprendido el gobierno de Sebastián Piñera, especialmente contra los niños, niñas y adolescentes que han protagonizado las protestas de los últimos días y que por eso fueron catalogados como “violentistas”, “vándalos” y “delincuentes”, los cuales han sido perseguidos y reprimidos con brutalidad. Denunciamos que estos hechos constituyen graves violaciones a los derechos humanos.

De igual forma, condenamos enérgicamente las vergonzosas medidas tomadas por el gobierno, que incluyen haber decretado el estado de emergencia y la consecuente restricción del derecho de reunión y de libre locomoción, medidas propias de una dictadura, y que lejos de resolver la compleja situación, la acentúan.

Se constata una defensa férrea del modelo neoliberal a ultranza, en el marco de una estrategia que pretende imponer un modelo a nivel continental, que lleva a restringir los derechos del pueblo, y posteriormente se hace un llamado a un supuesto diálogo sin retroceder en las alzas.

Finalmente, hacemos un llamado a intelectuales, artistas y hombres y mujeres honestos del mundo a manifestarse y condenar la crisis en Chile, al tiempo que reiteramos nuestro respaldo a la protesta ciudadana y nuestra completa solidaridad con las luchas sociales por alcanzar un Chile más justo para todos y todas.

Secretaría de la Red en Defensa de la Humanidad

19 de octubre de 2019

COLOMBIA, PLATAFORMA DE LA CIA PARA LA AGRESIÓN A VENEZUELA. CARLOS FAZIO

ÁGUILA 7

CARLOS FAZIO

CARLOS FAZIO 2El pasado 28 de agosto, el secretario de Estado Mike Pompeo anunció la creación de la Unidad de Asuntos para Venezuela (Venezuela Affairs Unit, VAU por sus siglas en inglés), que estará ubicada en la embajada de Estados Unidos en Bogotá, Colombia, lo que exhibe a ese país sudamericano como la principal plataforma para un golpe de Estado Made in USA contra el gobierno constitucional y legítimo de Nicolás Maduro y el papel servil y cipayo del presidente colombiano Iván Duque.

La Unidad de Asuntos de Venezuela estará dirigida por James Story, ex encargado de negocios en la Embajada estadunidense en Caracas, y quien fue uno de los últimos diplomáticos en retirarse de la misión en la capital venezolana en marzo, después de que el presidente Nicolás Maduro rompiera relaciones con Washington.

El nivel de la VAU no es tradicional en el servicio exterior de Estados Unidos, y según trascendidos de prensa no se equiparará a una “sección de intereses” como la que existió en La Habana, Cuba, durante décadas. De acuerdo con fuentes del Departamento de Estado, su carácter provisional la coloca fuera del Comité de Relaciones Exteriores del Senado en cuanto a aprobar su personal, aunque seguirá supervisando el desarrollo de las relaciones bilaterales.

La creación de la oficina diplomática paralela de EE.UU. en Bogotá contó con el apoyo bipartidista (demócrata/republicano) del Congreso, y busca dar legitimidad regional al desdibujado presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, en un momento de extrema debilidad política de la oposición interna al gobierno de Maduro.

El presidente Maduro rompió relaciones con Estados Unidos el 23 de enero pasado, luego de que Donald Trump desconociera su mandato y reconociera a Guaidó, su creación, como “presidente encargado”, en medio de una campaña de intoxicación mediática en el mundo occidental dirigida a presionar, desestabilizar y producir un “cambio de régimen” en Venezuela, con apoyo de varios presidentes de la ultraderecha latinoamericana agrupados en el llamado Grupo de Lima.

Desde entonces, oficiales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) comenzaron a realizar contactos con funcionarios diplomáticos venezolanos con fines de reclutamiento e incitación al abandono de sus cargos, en particular en Colombia, Panamá y Naciones Unidas.

Según reportes periodísticos, a cambio de convertirse en colaboracionistas de la agencia de espionaje estadunidense, oficiales de la CIA ofrecieron sumas de dinero de entre 120 y 150 mil dólares, con el encargo, a quienes defeccionaran, de que deberían ofrecer entrevistas a medios de prensa donde evidenciarían, entre otras exigencias, rechazo al presidente Maduro y al gobierno que habían defendido hasta ese momento.

Desde entonces, también, los agentes de la CIA incrementaron sus actividades en territorio colombiano. En 2018, la agencia estadunidense ya había logrado la defección del agregado de prensa venezolano en Bogotá, Luis Espinoza. Destaca, asimismo, el apoyo brindado a una red terrorista basificada en Perú, denominada operación “Jaque Mate Venezuela 2019”, dedicada a la ejecución de actos violentos en territorio venezolano con fines de desestabilización.

Antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, entre Iván Duque y Gustavo Petro, en junio de 2018, la CIA preparó una denuncia pública donde acusaba, falsamente, a Royland Belisario, miembro del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), de un supuesto atentado contra el hoy presidente Duque. La versión fue recuperada por el diario bogotano El Tiempo el 3 de marzo de 2019 y atribuida a “organismos de inteligencia colombianos”.

El 15 de abril de 2019, durante una sesión de preguntas y respuestas en la Universidad de Texas, el secretario de Estado Mike Pompeo afirmó que cuando “yo era director de la CIA, mentimos, engañamos y robamos. Teníamos hasta cursos de entrenamiento”. La transcripción oficial del Departamento de Estado censuró esas aseveraciones, pero sí quedaron registradas en video. Y aunque es público y notorio que a lo largo de su historia la CIA ha hecho lo que Pompeo dijo, no deja de ser grave que el jefe de la diplomacia estadunidense se refiera a sí mismo de esa forma.

El 7 de febrero anterior, tras la detención del ex coronel de la Guardia Nacional Bolivariana, Oswaldo Valentín García Palomo, el vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo de Venezuela, Jorge Rodríguez, destacó ante los medios la publicación de mensajes intimidatorios y noticias falsas por parte de actores del antichavismo que delineaban el marco de una serie de acciones golpistas. Seguir leyendo COLOMBIA, PLATAFORMA DE LA CIA PARA LA AGRESIÓN A VENEZUELA. CARLOS FAZIO

PINOCHET FESTEJA CON PIÑERA

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“¡Chile se salvó!”, gritaron los partidarios de Piñera reunidos afuera de su sede de campaña en Santiago, donde una persona llegó a celebrar con un busto del dictador Augusto Pinochet. Foto: Martin Bernetti/Agence France-Presse — Getty Images

Fuente: The New York Times en Español