Archivo de la etiqueta: TELESUR

MENSAJE DE LA REDH A PATRICIA VILLEGAS: “QUE TELESUR NOS DIGA QUÉ MÁS NECESITA DE NOSOTROS ¡Y AHÍ ESTAREMOS!”

telesur

Nuestra América, 20 de enero de 2020

Compañera Patricia Villegas
Presidenta de TELESUR
Caracas, Venezuela

Estimada Patricia:

Es difícil reunir tantos elementos y de tan débil credibilidad, como aquellos utilizados hoy por los lacayos del imperio en las amenazas e intentos por acallar a Telesur. Estos empeños no hacen más que reafirmar la certeza del valor de esta plataforma multimedia en la batalla de los pueblos por el derecho a la verdad.

Cuántas veces, como espectadores, nos hemos sentido reconfortados al ver que un equipo de Telesur se encuentra en el lugar donde suceden acontecimientos trascendentales para los silenciados, para los excluidos de siempre, y nos reporta, desde dentro, lo que acontece. No podríamos enumerar esas tantísimas ocasiones, pero sí transmitir nuestro profundo agradecimiento y respeto por una labor tan valiente y profesional como la que realiza la emisora. Solo a través de Telesur hemos podido conocer la acción despiadada y letal del capitalismo, la fuerza de la resistencia de líderes y movimientos populares y de hechos que han abierto verdaderas brechas a la dominación imperial y que han marcado la historia de nuestros pueblos.

La soberbia de los poderosos no soporta la pluralidad de visiones, de culturas, la transparencia informativa, el respeto por el espectador. No soporta el análisis a fondo de los hechos y sus causas, no soporta la denuncia a las transnacionales y sus sucios manejos, la crítica a la manipulación obscena de los medios y redes afines al sistema. Es para ellos imprescindible silenciar esta plataforma, uno de los grandes logros por la descolonización de nuestra América que impulsara el Comandante Hugo Chávez.

Hace ya 16 años de aquella reunión en Venezuela, en diciembre de 2004, donde se dieron cita unos 400 intelectuales provenientes de 52 países. Es en este encuentro en el que se formaliza el nacimiento de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH) y en su documento final, conocido como “Llamamiento de Caracas”, reza: “Apoyar la constitución de una televisora del sur y de medios televisivos y radiofónicos independientes al servicio de los intereses de nuestros pueblos”.

Inmediatamente, el presidente Chávez, con su visión estratégica, asumió el compromiso de crear un medio de comunicación audiovisual asociado a la emancipación.  De esta forma, las historias de la Red y de Telesur están entrelazadas de una manera profunda y germinal; por lo que salvaguardar Telesur, su filosofía, sus ideales, y su obra, es también nuestra obligación.

Hoy estamos frente a un imperio decadente, cada vez más desesperado al ver cómo se debilita su hegemonía en la que José Martí llamara con razón Nuestra América, algo que necesita para garantizar su subsistencia. No subestimemos sus amenazas. Redoblemos esfuerzos y mantengámonos alertas para impedir que despojen a los pueblos del derecho a una información veraz, plural y oportuna, que junto al derecho al trabajo, a la salud, la educación y la cultura, siguen siendo las aspiraciones más caras de la humanidad hoy, cuando ya han transcurrido veinte años de este nuevo siglo.

Querida Patricia, en realidad te honran de modo singular al colocar entre sus principales blancos el exitoso trabajo del canal y tu propia labor como su presidenta. TeleSur es hijo de la batalla de las ideas y de los padres de esta nueva era continental: los Comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frías. Venceremos, sin duda. Asumimos su defensa sin titubeos ni medias tintas, como un compromiso irreversible de todos los compañeros y compañeras que conformamos la Red en Defensa de la Humanidad y muchos otros movimientos afines.

Como dijera el poeta venezolano Víctor Valera Mora: “Sol del mundo que haremos/ los que van a vivir te saludan”.

Que Telesur nos diga qué más necesita de nosotros ¡y ahí estaremos!

Un abrazo fraterno y solidario,

En nombre de la REDH, los integrantes de su Secretaría:

Atilio A. Borón, Argentina
Paula Klachko, Argentina
Stella Calloni, Argentina
Marcos Teruggi, Argentina/Venezuela
Tim Anderson, Australia
Hugo Móldiz, Bolivia
María Nela Prada, Bolivia
Carlos Alberto (Beto) Almeida, Brasil
Marilia Guimaraes, Brasil
Nadia Bambirra, Brasil
Arnold August, Canadá
Florencia Lagos, Chile
Javiera Olivares, Chile
Pablo Sepúlveda Allende, Chile/Venezuela
Dario Salinas Figueredo, Chile/México
Ángel Guerra, Cuba/México
Ariana López, Cuba
Fernando León Jacomino, Cuba
Omar González, Cuba
Irene León, Ecuador
Orlando Pérez, Ecuador
Arantxa Tirado, España
Javier Couso, España
Alicia Jrapko, EE.UU.
Hernando Calvo Ospina, Francia
Camille Chalmers, Haití
Anarella Vélez, Honduras
Gilberto Ríos, Honduras
Luis Hernández Navarro, México
Nayar López, México
Fernando Buen Abad, México/Argentina
Katu Arkonada, País Vasco/México
Ricardo Flecha, Paraguay
Hildebrando Pérez Grande, Perú
Antonio Elías, Uruguay
Gabriela Cultelli, Uruguay
Carmen Bohórquez, Venezuela
Pasqualina Curcio, Venezuela
Pedro Calzadilla, Venezuela
Sergio Arria, Venezuela/Argentina

ECUADOR: ¿DE LA REVUELTA A LA INSURRECCIÓN? ATILIO A. BORÓN

ECUADOR -A ATILIO

ATILIO A. BORÓN

ATILIO 3Ya van diez días del levantamiento plebeyo en Ecuador y la situación lejos de revertirse cobra nuevos bríos. La toma de edificios públicos se generaliza: masas movilizadas de indígenas, campesinos, capas medias empobrecidas y pobladores urbanos rodean el Palacio de Carondelet, sede del gobierno ecuatoriano. y el edificio de la Asamblea Nacional. Días pasados se tomaron la sede de la misión del FMI en Quito, ámbito donde reside “gobierno real” que tiene como su marioneta privilegiada a Moreno. El “estado de excepción” decretado por su gobierno, luego de su cobarde huída hacia Guayaquil, no logró desbaratar la ofensiva popular a la que se sumaron, en las últimas horas, indígenas amazónicos que nunca antes se habían incorporado activamente a las protestas que conmovieran al Ecuador en 1997, 2000 y 2005 y que culminaran con los derrocamientos de Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez. La única respuesta del régimen, de la dictadura de Moreno, ha sido declarar el “toque de queda” desde las 15 horas de este sábado.

La situación, al caer la tarde de hoy ha sido descrita de este modo por un testigo muy calificado instalado en el teatro mismo de los acontecimientos: “es una verdadera lucha de clases … Quito paralizada con “toque de queda”   desde las 15h, sin hora límite. Indígenas rodeados en las zonas de sede. Bombas y disparos. Ciudad militarizada. En otras ciudades del país empiezan movilizaciones. Violencia brutal contra los protestantes. Varios muertos, centenares de heridos, mil y más apresados. Cortaron señal de Telesur. Imposible información porque nadie puede circular. Algo se informa en redes y ahí circulan videos, fotos, documentos. Lenin Moreno dice estar abierto al diálogo. La posición indígena: no negociar sino públicamente, con presencia de la televisión, ONU, derechos humanos, iglesia. No es solo movilización indígena sino también estudiantes, trabajadores, pobladores. Los indígenas son el centro y la fuerza popular más grande. Llegaron a Quito desde distintas regiones del país. El pedido fundamental: dejar insubsistente decreto de liberación de precios de combustibles. Cuestión de fondo: reacción contra las medidas anunciadas y acordadas con el FMI. Situación incierta. Sin salida por el momento. Para nosotros, quiteños, un ambiente de guerra con focos de enfrentamientos. Situación terrible.”

En toda crisis, como en las guerras, el papel de la prensa al informar o desinformar es de enorme importancia. De hecho, el conflicto se presenta como si fuera una reacción de los indígenas ecuatorianos, segmentando y subestimando la confrontación. En realidad el rechazo al “paquetazo” de Moreno atraviesa –como lo dice más arriba nuestro informante- casi toda la estructura social: comenzó primero en las ciudades: los transportistas y, de inmediato, estudiantes, maestros, la militancia política opositora, ciudadanas y ciudadanos de Quito y (en menor medida al principio) de otras ciudades. Pero esta revuelta  experimentó un “salto cualitativo” con la arrolladora incorporación de las comunidades indígenas y campesinas. Fueron éstas las que le otorgaron ese tono amenazantemente plebeyo a la insurgencia que el presidente fugitivo y sus compinches caracterizaron como la “revolución de los zánganos”, reflejando nítidamente el talante racista del bloque dominante.  Antes, los paniaguados de Lucio Gutiérrez también habían denigrado a las masas que, en el 2005, acabarían con ese otro traidor y que fueran anatemizadas como una “revolución de forajidos”.

Hay cuatro rasgos que distinguen a la actual coyuntura pre-revolucionaria de las revueltas anteriores: esta es muchísimo más masiva y multitudinaria; tiene presencia en casi todo el país mientras que sus predecesoras tenían lugar casi exclusivamente en Quito; su duración es mucho más prolongada; y la brutalidad de la represión oficial es muchísimo mayor, incluyendo el “toque de queda”. Según cifras oficiales había cinco muertos a manos de las fuerzas de seguridad al anochecer del viernes. Pero las organizaciones sociales ya hablan de un número bastante mayor y hay centenares de heridos -varios de ellos en grave estado- y más de mil personas detenidas.  Esto, antes del “toque de queda”. Además buena parte de los medios de comunicación están bajo control oficial y Telesur ha sido sacada del aire, al igual que un puñado de radios anatemizadas por el gobierno ecuatoriano como “correístas”. Además, los internautas están también siendo acosados y los que emiten noticias contrarias a los informes oficiales por las redes sociales están siendo bloqueados. Líderes y dirigentes opositores están detenidos o amenazados (por ejemplo, sobre Paola Pabón, prefecto de Pichincha, pesa una orden de captura por instigación a la violencia, sabotaje y terrorismo). Otros tuvieron que asilarse. Gabriela Rivadeneira buscó refugio en la embajada de México y a Ricardo Patiño se encuentra exiliado en ese país. Correa sigue en Bélgica y la persecución sobre otros dirigentes del correísmo es implacable.  El presidente prófugo sólo produjo como gesto de pacificación un mensaje por cadena nacional de 44 segundos (¡Sic!) diciendo que está dispuesto a dialogar con los revoltosos. Seguir leyendo ECUADOR: ¿DE LA REVUELTA A LA INSURRECCIÓN? ATILIO A. BORÓN

TATOJ. ILKA OLIVA CORADO

La última vez que lo vi me dijo mi Tatoj: “Prieto, me voy a morir,” fría y directa como es natural en mí, le contesté quitada de la pena: “Tatoj, no te ahuevés, todos nos vamos a morir”. Casi al mes de esa conversación falleció mi Tatoj, la noticia nos tomó  a distancia,  en la diáspora,  a miles de kilómetros de Guatemala,  hace apenas 5 días.
Tatoj

Soy la hija que desde la adolescencia menos lo abrazó y menos lo acarició, soy la hija más herida, la única vehemente. Sin embargo de sus 4 crías soy la que más lo disfrutó y sucedió en mis primeros años de infancia; esa relación le dio raíces profundas y fuertes a mi vida.

Tengo el privilegio que a mi papá yo no necesito verlo en una fotografía, basta con verme al espejo pues físicamente soy idéntica a él.  Tengo sus gestos, la forma de sus ojos, sus labios, sus cejas, su color de piel y sus piernas rollizas. Sonrío como él.  Le heredé el amor por los deportes y las actividades al aire libre, el amor a la tierra y al monte. Y hasta me paro como él. La poesía y mi afinidad por las artes también son suyas. Tengo el privilegio de haberle heredado hasta la  locura. ¿Qué más necesito? Nada.

A mi papa le celebro la vida, pues vivió y vivió con ganas.  No me visto de negro porque no creo en esas cosas, tampoco en los rezos ni en encender cirios blancos para el descanso de su alma. Mucho menos en la culpa de llenarle la tumba de flores, ¿ya muerto para qué?, no las va a ver.  Soy de las que piensan que es en vida, lo demás es hipocresía  o culpa. Pienso también que no hay más allá, ni cielo ni infierno;  que todo está aquí en vida, que  la muerte es un sueño profundo del que no se despierta nunca, es un descanso eterno.  Seguir leyendo TATOJ. ILKA OLIVA CORADO