
Poblada por primera vez en la década de 1640 por puritanos ingleses, Bath Beach no acaparó demasiada atención hasta que el tren la unió con Manhattan a finales del siglo XIX. Los artistas venían a pintar sus imponentes paisajes y su luz cristalina, y cualquiera que pudiera permitirse huir del sofocante calor de la ciudad emprendía el peregrinaje veraniego.
Pero Bath Beach es entrañable para los cubanos por razones de lesa infancia. Varios investigadores, entre ellos la poeta y ensayista cubana Fina García Marruz, han documentado que este lugar inspiró “Los zapaticos de rosa”, poema de José Martí publicado en La Edad de Oro (1889), en redondillas que todo cubano conoce desde la niñez y cuyas huellas también están dispersas en las crónicas que le dedicara el Maestro al extremo más occidental de Nueva York que alberga los barrios de clase obrera más poblados de esta ciudad: Brooklyn y Queens.

Los zapaticos de rosa
A Mademoiselle Marie
Hay sol bueno y mar de espumas,
Y arena fina, y Pilar
Quiere salir a estrenar
Su sombrerito de pluma.—“Vaya la niña divina!”
Dice el padre, y le da un beso,
“Vaya mi pájaro preso
A buscarme arena fina!”—“Yo voy con mi niña hermosa”,
Le dijo la madre buena:
“¡No te manches en la arena
Los zapaticos de rosa!”Fueron las dos al jardín
Por la calle del laurel:
La madre cogió un clavel
Y Pilar cogió un jazmín.Ella va de todo juego,
Con aro, y balde y paleta:
El balde es color violeta,
El aro es color de fuego.Vienen a verlas pasar,
Nadie quiere verlas ir,
La madre se echa a reír,
Y un viejo se echa a llorar.El aire fresco despeina
A Pilar, que viene y va
Muy oronda: —“¡Dí, mamá!
¿Tú sabes qué cosa es reina?”Y por si vuelven de noche
De la orilla de la mar,
Para la madre y Pilar
Manda luego el padre el coche.Está la playa muy linda:
Todo el mundo está en la playa:
Lleva espejuelos el aya
De la francesa Florinda.Está Alberto, el militar
Que salió en la procesión
Con tricornio y con bastón,
Echando un bote a la mar.¡Y qué mala, Magdalena
Con tantas cintas y lazos,
A la muñeca sin brazos,
Enterrándola en la arena!Conversan allá en las sillas,
Sentadas con los señores,
Las señoras, como flores,
Debajo de las sombrillas.Pero está con estos modos
Tan serios, muy triste el mar:
Lo alegre es allá, al doblar,
En la barranca de todos!Dicen que suenan las olas
Mejor allá en la barranca,
Y que la arena es muy blanca
Donde están las niñas solas.Pilar corre a su mamá:
—“¡Mamá, yo voy a ser buena;
Déjame ir sola a la arena;
Allá, tú me ves, allá!”—“¡Esta niña caprichosa!
No hay tarde que no me enojes:
Anda, pero no te mojes
Los zapaticos de rosa.Le llega a los pies la espuma,
Gritan alegres las dos;
Y se va, diciendo adiós,
La del sombrero de pluma.¡Se va allá, donde ¡muy lejos!
Las aguas son más salobres,
Donde se sientan los pobres,
Donde se sientan los viejos!Se fue la niña a jugar,
La espuma blanca bajó,
Y pasó el tiempo, y pasó
Un águila por el mar.
Y cuando el sol se ponía
Detrás de un monte dorado,
Un sombrerito callado
Por las arenas venía.Trabaja mucho, trabaja,
Para andar: ¿qué es lo que tiene
Pilar que anda así, que viene
Con la cabecita baja?
Bien sabe la madre hermosa
Por qué; le cuesta el andar:
—“¿Y los zapatos, Pilar,
Los zapaticos de rosa?”¡Ah, loca! ¿en dónde estarán?
¡Dí dónde Pilar!” “—Señora”,
Dice una mujer que llora:
“¡Están conmigo, aquí están!”“Yo tengo una niña enferma
Que llora en el cuarto oscuro
Y la traigo al aire puro,
A ver el sol, y a que duerma.”“Anoche soñó, soñó
Con el cielo, y oyó un canto,
Me dio miedo, me dio espanto,
Y la traje y se durmió”.“Con sus dos brazos menudos
Estaba como abrazando;
Y yo mirando, mirando
Sus piececitos desnudos.“Me llego al cuerpo la espuma.
Alcé los ojos, y ví
Está niña frente a mí
Con su sombrero de pluma.—“¡Se parece a los retratos
Tu niña!”—dijo:—“¿Es de cera?
¿Quiere jugar? ¡si quisiera!…
¿Y por qué está sin zapatos?”“Mira, ¡la mano le abrasa,
Y tiene los pies tan fríos!
¡Oh, toma, toma los míos,
Yo tengo más en mi casa!¡No sé bien, señora hermosa,
Lo que sucedió después;
¡Le ví a mi hijita en los pies
Los zapaticos de rosa!Se vio sacar los pañuelos
A una rusa y a una inglesa;
El aya de la francesa
Se quitó los espejuelos.
Abrió la madre los brazos,
Se echó Pilar en su pecho,
Y sacó el traje deshecho,
Sin adornos y sin lazos.Todo lo quiere saber
De la enferma la señora:
¡No quiere saber que llora
De pobreza una mujer!—“¡Sí, Pilar, dáselo! ¡y eso
También! ¡tu manta! ¡tu anillo!”
Y ella le dio su bolsillo,
Le dio el clavel, le dio un beso.Vuelven calladas de noche
A su casa del jardín;
Y Pilar va en el cojín
De la derecha del coche.Y dice una mariposa
Que vio desde su rosal
Guardados en un cristal
Los zapaticos de rosa.(Publicado en el tercer número de La Edad de Oro, 1889)
Lugares identificados en la bibliografía martiana vinculados con Martí en Nueva York
14th Street
Número 11:
El Steck Hall, donde pronunció varios discursos.
Hotel Fenix, no. 211 y 213, donde se alojó su esposa Carmen Zayas B y su hijo.
9th Street
Esquina 45, sureste: Casa de Calixto García.
Número 21 Oeste: Hotel de Mme Griffou, donde se produjo el célebre encuentro con Máxico Gómez y Antonio Maceo.
19th Street
Hardman Hall, célebre también por ser el lugar donde dio varios de sus más encendidos discursos patrióticos, localizado casi en la esquina nordeste de esa calle con la 5ta. Avenida.
Calle 29
Número 51 Este: Pensión de Carmen Millares y donde nació María Mantilla.
Broadway Street
Numero 756, Revista América
Número 707, estudio fotográfico de los Hermanos Mora
Número 42 (bajo Manhattan), redacción de The Hour
Madein Lane Street
51 y 53, la imprenta de Thompson and Moreau, donde se publica el “Ismaelillo”.
Número 97, la bodega donde compraba sus enseres.
Número 105, Tabaquería de Piña
Pearl Street
Número 214, restaurante Pollegre
Fulton Street
Número 50, tabaquería de Agüero
William Street
Número 77, edita La Edad de Oro
Bond Street
Número 1, 3, 5: Casa Appleton and Co, donde tradujo varias obras.
Front Street
Numero 120, aquí instala su oficina y la dirección de Patria. En este lugar lo retrató Herman Norrman
West Street
Número 75, la sede de The Evening Post, donde publica su extraordinario artículo “Vindicación de Cuba.
Brooklyn, Long Island
Classon Avenue, 324, lugar donde vivió, relativamente cerca de Bath Beach.














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